Cuando empiezas a disparar en RAW un nuevo mundo de posibilidades de procesado se abre ante tus ojos. Pero lo que también habrás notado es que tu espacio libre en el disco duro se va reduciendo considerablemente. ¿Y qué decir de las copias de seguridad? Cada vez requieres más espacio para guardar tus fotografías de manera segura.
Por eso más de una vez te habrás planteado borrar tus antiguos RAWs. Es algo que te desaconsejo completamente. En este artículo te quiero mostrar por qué yo decidí no borrar todos mis RAWs y cuáles son los que conservo.
¿Por Qué No Borro mis RAWs?
Un archivo RAW es un formato crudo, sin compresión, o más bien dicho de "compresión sin pérdidas". Este archivo no es un archivo de imagen en sí, sino que contiene todos los datos de la fotografía tal y como ha sido captada por el sensor de la cámara. Así como el JPG aplica de manera automática todos estos datos y ajustes, el RAW los contiene todos para que el fotógrafo los aplique manualmente a su gusto en el procesado o "revelado digital".
Por este motivo se dice generalmente que el RAW es el "negativo digital", porque conserva muchísima más información que un archivo JPG que, en este símil, equivaldría a la fotografía revelada. Una fotografía revelada puedes escanearla y volverla a procesar, pero nunca conseguirás tener tanta calidad y detalle como si volverias a revelar el negativo. Con los archivos RAW para lo mismo: puedes volver a revelar un JPG pero jamás conseguirás sacar la misma calidad y detalle que si vuelves a revelar el RAW desde cero.
Esta es una de las razones por las que no borro mis RAWs. Vamos a ver las diferentes razones en profundidad:
1. Re-Revelar tus RAWs Antiguos
Siempre lo digo: lo que más me gusta de la fotografía es que nunca dejo de aprender. Y por supuesto también aprendemos mucho sobre procesado con los años. ¿Cuántas veces has visto una fotografía tuya de hace algunos años y has pensado en lo mucho que la mejorarías actualmente?
Puede que te gustara repetirla de nuevo, desde cero, es decir, desde el disparo. Pero no siempre es posible, quizás sea una fotografía de un viaje que no vayas a repetir en muchos años. ¿No te haría ilusión procesarla de nuevo? Es increíble ver cuánto puedes mejorar una fotografía con los nuevos conocimientos que has ido adquiriendo a lo largo de los años. Y para muestra, un botón: aquí te muestro un ejemplo propio.
Viajé a Islandia en 2014 y con un nuevo viaje a esta maravillosa isla a la vista, decidí calmar mi impaciencia volviendo a procesar alguna de mis fotografías favoritas de aquel viaje. ¡No me podía creer cuánta información me dejé por el camino en mi revelado inicial! Con todos los conocimientos que he ido adquiriendo estos años, creo en mi más sincera opinión que mejoré mucho la fotografía que hice en 2014.
Y este nuevo procesado solo lo pude conseguir gracias a haber conservado el archivo RAW. Podría haber intentado mejorar el JPG, pero recuperar las zonas de altas luces y de sombras tan contrastadas hubiera sido imposible. Quizás habría podido recuperar parte de la información, pero nunca podría haberla recuperado toda, como he conseguido con el archivo RAW.
2. Aplicar Técnicas Novedosas
La tecnología avanza a pasos agigantados, y también lo hacen los programas y técnicas de procesado. Los algoritmos que usan los programas para trabajar y procesar los datos mejoran día a día y consiguen sacar mucha más información de un mismo archivo RAW. Por eso, te puede venir bien guardar tus RAWs para re-procesarlos con las nuevas técnicas, herramientas o programas de procesado que vayan saliendo.
Por ejemplo, esta vía láctea la revelé hace un par de años, usando la técnica del pincel de historia de Photoshop. Sin embargo, hace poco decidí re-procesarla usando las nuevas máscaras de luminosidad de Tony Kuyper. Como se puede comprobar, conseguí sacar mucha más información en este segundo procesado, gracias a la mejora de la técnica.
Nota: Si estás interesado en estas técnicas y otras técnicas de procesado de la vía láctea, no te pierdas nuestro artículo: "Consigue una Vía Láctea Increíble con estas 5 Técnicas de Edición en Lightroom y Photoshop".
3. Adaptarse a las Modas
¡Ay las modas! Nos encantan un día y al día siguiente las odiamos, ¿verdad? A lo largo de los años he visto muchas modas subir y caer: los HDR extremos, las desaturaciones selectivas, el efecto Dragan, el efecto Adamski, etc. Ahora se llevan de moda el estilo vintage y el efecto orange teal. ¿Pero hasta cuándo?
Todo son técnicas y efectos que se han puesto muy de moda en ciertos momentos, pero que luego han saturado tanto nuestras redes que hemos acabado por aborrecerlos. Por eso si procesas tus fotografías con cualquiera de estos (u otros) efectos o técnicas será muy recomendable guardar el archivo RAW. Porque lo que hoy te encanta mañana te podría parecer demasiado recargado o exagerado, y quizás te apetezca volver a procesar la fotografía en un futuro para darle un aspecto más normal. ¡O incluso para seguir una nueva moda!
4. Presentarte a Concursos de Fotografía
Muchos concursos de fotografía son muy exigentes a la hora de asegurarse de la autoría y la veracidad de las fotografías que se presentan, y por eso requieren la entrega del archivo RAW en el caso de ser uno de los agraciados. Un archivo RAW no puede ser alterado, y además contiene todos los datos EXIF de la fotografía: modelo de cámara, objetivo, parámetros usados, día y hora, e incluso datos de localización si la cámara dispone de GPS.
Por eso, gracias al archivo RAW los organizadores del concurso pueden de verdad confirmar que esa fotografía no ha sido alterada de ninguna manera, y que tan solo ha sido procesada utilizando un revelado simple. Así pues, si no guardas los RAWs de tus fotografías o si ni siquiera disparas en este formato, te quedarás sin poder participar en muchos concursos de fotografía.
Aprende a Ser Selectivo
Por supuesto conservar todos tus RAWs es una locura. Los primeros años será factible, pero cuando lleves unos cuantos años más vas a tener que dejarte el sueldo en discos duros externos. Por eso lo más óptimo será solamente conservar los mejores RAWs. ¿Y cuáles son esos?
Bueno, esto es algo muy subjetivo. Creo que todos sabemos diferenciar nuestras mejores fotos del resto. Cuando viajas o haces una sesión fotográfica puedes volver a casa con cientos e incluso miles de fotografías. Muchas de ellas serán parecidas y por eso la mayoría ni siquiera verán la luz nunca. ¿Por qué? Precisamente porque al hacer el proceso de selección elegirás las mejores. Esto es:
- Las que técnicamente sean mejores: buen enfoque, nitidez, exposición...
- Las que mejor composición tengan.
- Las que mejor luz tengan.
- Las que tengan algún detalle especial.
- En las que mejor salga nuestro modelo, en el caso de que sean fotografías de retrato.
De esas fotografías es principalmente de las que tienes que guardar el archivo RAW. El resto puedes revelarlas tan solo en JPG o borrarlas si crees que no merece la pena porque tienes muchas otras parecidas y mejores. Así ahorrarás mucho espacio.
Aprende a diferenciar entre Recuerdos y Fotografías Profesionales
Puede que te esté costando más de lo que creías decidir con qué RAWs quedarte. Y es que nuestras fotos son como nuestros pequeños retoños, ¿verdad? Cuesta deshacerse de ellas, cuesta elegir cuál se queda y cuál se va. Puede que aprender a distribuirlas en dos tipos de fotografía te ayude a verlo con una mayor claridad.
Debemos aprender a diferenciar entre fotografías para el recuerdo y fotografías para nuestro portfolio profesional. Con "portfolio profesional" no me estoy refiriendo tan solo a los fotógrafos profesionales. Cualquier fotógrafo, aunque sea aficionado, tiene su colección de fotos de las que está orgulloso como fotógrafo, ¿no? A este tipo de fotos me estoy refiriendo. De estas fotografías de las que estás orgulloso como fotógrafo es de las que deberías conservar el RAW, por las razones que te he dado antes.
En cambio, las fotografías para el recuerdo son fotografías que quizás no subirías a tu portfolio, pero que te encantaría volver a ver más adelante para recordar ese momento o ese viaje especial. Estas fotografías puedes revelarlas en JPG para conservarlas, pero puedes eliminar el archivo RAW para evitar que ocupen demasiado espacio tanto en tu ordenador como en tus copias de seguridad.
Organízate
Por supuesto, para hacer esta selección primero debes ver todas las fotografías y decidir con cuáles te quedas. En sesiones o excursiones cortas será sencillo, pero la cosa se complica cuando vuelves de las vacaciones con miles de fotos en tu tarjeta de memoria.
Bueno, en este caso no te quedará más remedio que conservar los RAWs y guardar una copia de seguridad de todos ellos hasta que saques tiempo para revisar y procesar tus fotografías. Intenta no demorar esto mucho en el tiempo, aunque a veces dé pereza, porque más pereza da todavía cuando ya se te han acumulado varias sesiones y viajes por revisar.
Una manera sencilla y rápida de visualizar, puntuar y elegir las fotografías de cada sesión, excursión o viaje es el catálogo de Lightroom. Con Lightroom podrás ver todas las fotografías a la vez, revelarlas rápidamente e incluso revelarlas por lotes. También podrás puntuarlas y marcarlas con colores para decidir fácilmente cuáles son las mejores y qué RAWs conservarás. Además, también podrás exportar grandes lotes a la vez rápidamente en JPG, para las fotografías que quieras conservar tan solo en este formato.