Si somos ordenados y seguimos una serie de pautas siempre que salimos a tomar fotografías ahorraremos mucho tiempo después. Para obtener la mayor calidad posible y garantizar que no nos vamos a quedar tirados es recomendable empezar por tener limpio todo nuestro equipo, así como la mochila donde llevamos el material.
Por supuesto, asegurarnos de que tenemos suficiente memoria en la tarjeta (llevar varias) y lo más importante de todo, salir con la batería cargada al 100%. En mi opinión, es más recomendable comprar una segunda batería de recambio antes que comprarse un filtro UV.
Además, es frecuente que llevemos diferentes accesorios por lo que recomiendo tratar de guardar cada cosa siempre en el mismo sitio de la mochila, de manera que lo encontremos más rápido.
Configuraciones
A partir de aquí, debemos tener claro la configuración actual de la cámara. Lo más habitual es tener la configuración que dejamos la última vez que salimos a fotografiar. Hay que revisar que todo esté correcto. Un parámetro importante es el comprobar tipo de archivo en el que se guardan las fotografías. Yo no suelo tener este problema porque todas mis fotos las disparo en RAW. Sin embargo, mucha gente dispara en JPEG o va cambiando entre uno y otro, o incluso las almacena en ambos formatos. Es importante comprobar esto antes de disparar, puesto que para mí sería terrible disparar en JPEG un atardecer, por ejemplo, puesto que no tendría margen de revelado posteriormente.
Comprobar que estamos utilizando el ISO más bajo posible, o el balance de blancos más adecuado son otros parámetros.
Otro parámetro configurable, pero que solamente es necesario hacer una vez, es la información del autor en la cámara. No está de más poner tu nombre, apellidos y la información para el Copyright, puesto que se almacena en todas las fotografías. También puede ser interesante configurar el nombre de los archivos que va a generar la cámara.
Volcar las fotos al disco duro
Cuando volvemos de una sesión de fotos llega el momento de guardar nuestras fotos. Si tenemos a mano nuestro disco duro haremos copia en él. Yo no suelo borrar las fotos de la tarjeta hasta que no me aseguro de que he copiado las fotos al ordenador y de que he hecho copia del disco.
Si estamos de viaje es posible que nos hayamos llevado un disco duro portátil donde podemos hacer las copias temporales, que después volcaremos en nuestro disco duro en casa. Si por lo que sea se llena una tarjeta la cambio por otra vacía. Gracias a la gran capacidad que tienen hoy en día las tarjetas veo prácticamente imposible quedarme sin memoria durante un viaje, por muy largo que sea. Se suele recomendar llevar varias tarjetas de poco tamaño antes que llevar una muy grande por si se estropea. Lo que pasa es que al final el tamaño es relativo. Hace unos años era mejor llevar dos tarjetas de 4GB que una de 8GB. Hoy en día 8GB no es tanto, por lo que se recomienda llevar dos de 16GB antes que una de 32GB. Lo importante a mi juicio es que las tarjetas tengan buena calidad y en el momento que veamos que falla cambiarla por otra.
Un tema importante es la manera de gestionar nuestras fotografías. Desde que llegó la informática a nuestras vidas, tener miles de archivos desordenados en cualquier parte del ordenador es algo habitual y que está a la orden del día. Si no queremos morir ahogados entre tantas fotos recomiendo seguir un criterio.
Por ejemplo, lo primero sería tener una carpeta exclusivamente para las fotografías. Todas las fotografías se van a copiar ahí, y solamente ahí, sin excepciones. De esta manera ya tenemos localizadas las fotografías. A ser posible, recomiendo tener una partición solamente con la carpeta de las fotografías, y preferiblemente, que en vez de una partición sea un disco duro exclusivo.
Pero no es suficiente, puesto que haremos miles de fotos, por lo que recomiendo guardar cada sesión en una carpeta. A la carpeta se le puede nombrar de la forma que cada uno quiera, pero una manera muy práctica es la de añadir el prefijo con la fecha en la que se tomaron las fotos. El formato de la fecha debe seguir el patrón YYYYMMDD, es decir, primero el año, después el mes y por último el día. De esta manera tendremos ordenadas cronológicamente todas las carpetas de manera automática. Un ejemplo sería 20130620_Roma.
Si estamos almacenando las fotos de un viaje de varios días, recomiendo guardar las fotos por días o por temas, eso ya depende de cada uno.
Copiar e importar
Estábamos explicando la manera de organizar las fotos en el disco duro, sin embargo, podemos hacerlo de manera manual o podemos utilizar Lightroom. Este programa consiste en una base de datos que contiene información de nuestras fotografías, para lo cual debemos importar primero las fotos. Además de importar, Lightroom te da la opción de copiar los archivos al disco duro, en vez de hacerlo nosotros manualmente. Desde el propio programa podemos definir la ubicación y el nombre de la carpeta.
Lightroom funciona con catálogos, que no es más que una base de datos con información de las fotos que hemos importado. Podemos tener varios catálogos o solamente uno. Si no te dedicas a la fotografía profesionalmente te recomiendo tener uno sólo. La aplicación soporta cientos de miles de fotografías sin problemas. Si prefieres diversificar puedes crear distintos catálogos con fotografías que no tengan nada que ver entre ellas.
Ganar tiempo durante el procesado
Utilizar un programa que sirva para mantener tus fotografías ordenadas en cierta manera te ahorrará tiempo. En estos programas puedes clasificar las fotografías de manera que te será más fácil encontrarlas después. Además, programas como Lightroom te permiten procesar tus fotos sin tener que cambiar de aplicación.
Una de las ventajas es la opción de sincronizar ajustes entre fotografías. De manera que si tenemos fotografías con parámetros iguales podemos modificarlo en una fotografía y después sincronizarla al resto haciendo un clic nada más. Esto supone un ahorro de tiempo muy grande.
La copia de seguridad
Existen dispositivos que permiten hacer clonados de discos duros con tan sólo pulsar un botón.
Una vez hecho todo esto, vendría el momento de hacer la copia de seguridad. Podemos seguir un criterio y hacerla un día de la semana concreto, o una vez al mes. Después de tener la copia de seguridad y asegurarnos de que todo está correctamente guardado podemos liberar la memoria de las tarjetas de memoria.