En el bullicio de las ciudades suceden cantidad de acontecimientos, hechos en los que buscar ese punto de emoción que aporte otro talante a nuestras imágenes: Coches, animales, edificios, el ir y venir de las vidas de cada uno de nosotros, miradas, encuentros y desencuentros… Todo un abanico de posibilidades que podrían convertirse en el núcleo de nuestra historia.
En el artículo de hoy abordaremos las posibilidades que nos brindan las ciudades en un contexto estrictamente social, cómo podemos sacarle provecho a las personas, sus historias y oficios. Por otro lado, también incluiremos a la vida animal como elemento social, las mascotas son parte de nosotros y el resto de vida salvaje asociada a una ciudad puede llegar a ser un gran complemento en ésta vertiente de la fotografía.
4 Formas de Abordar la Fotografía Social
“Si sabes esperar la gente se olvidará de tu cámara y entonces su alma saldrá a la luz”. Bajo mi punto de vista, la cita de Steve McCurry da en el clavo. La presencia de una cámara suele hacernos actuar de manera diferente, altera en cierta manera nuestro comportamiento natural y se verá reflejado en nuestras imágenes. Una de las claves para la fotografía social urbana es precisamente pasar desapercibido o, en el mejor de los casos, captar ese primer momento en el que se dan cuenta de que los estamos fotografiando, una mirada a cámara fresca y pura que no será la misma segundos después.
Desde un punto de vista práctico podemos abordar la fotografía social de varias maneras:
- Emplear a las personas como apoyo a un paisaje: Lo que primará será la elaboración del propio paisaje e intentaremos introducir a las personas como complemento. En este sentido, bajas velocidades de obturación pueden crear movimiento en ellas, aparecerán desdibujadas y su presencia se tornará sutil. Cuando nos referimos a personas también incluiremos bicicletas y otros medios de transporte que puedan emplearse a tal efecto, ¡pruébalo!
- Centrar la atención en las personas sin entablar conversación con ellas, es decir, el robado. Si conseguimos camuflarnos adecuadamente entre el resto de la población podríamos conseguir algunas de nuestras mejores imágenes, se trata de retratar el alma de las personas, esos gestos que aparecen cuando piensas que nadie te está observando.
- Seleccionar personalidades y aspectos físicos interesantes para proponer un retrato casi instantáneo mediante unas mínimas directrices. En éste sentido habrá que ser especialmente cautos y cuidadosos, explicarles qué estás haciendo y para qué de forma muy resumida, y especifico resumida porque intentaremos no desviarles demasiado de la actividad que estén realizando en el momento que entablemos conversación. Ésta forma de abordar la fotografía social será menos fresca que la anterior pero dispondremos de algo de tiempo adicional para componer la imagen de la mejor forma posible. Sobre retratos callejeros me llamó especialmente la atención la galería en flickr de Danny Santos, una auténtica colección de retratos que no os dejará indiferentes
- Retratar oficios: El retrato de personas dedicadas a un oficio es especialmente gratificante gracias a que disponemos de todo un despliegue escénico natural a nuestra disposición, ¡un lujo! Pescadores, tenderos, vendedores ambulantes, policías, bomberos… Se unen multitud de factores a nuestro favor y nuestro único cometido será convencerlos para una sesión fotográfica, el resto está hecho (vestuario, ambiente, actitud…) ¡aprovéchalo!
Sea cual sea la forma que escojamos de trabajar la fotografía social, nuestras imágenes deben contar historias. Las personas somos auténticos cúmulos de ellas y es ahí donde radica la magia de la fotografía social, descubrirlas, contarlas mediante imágenes.
8 Consejos para Fotografía Callejera
Una vez repasadas algunas de las formas de abordar la fotografía social, ¿qué tal algunos consejos prácticos?
Elige bien el equipo
Estamos trabajando una disciplina que precisa de cierta rapidez y flexibilidad a la hora de tomar imágenes, un momento puede escaparse en cuestión de segundos. En este sentido convendría salir con el menor peso posible, es decir, el equipo imprescindible.
Desde luego, la mejor opción técnica sería utilizar una réflex acoplada a un zoom potente, nos permitiría llegar a determinadas situaciones sin la necesidad de acercarnos. Sin embargo, como ya habíamos comentado el pasar desapercibidos es una parte crucial y quizá no sería la mejor opción. A medio camino tendríamos las cámaras EVIL o cámaras sin espejo, de tamaño reducido y con buena calidad de imagen, ¡no son mala opción! Y en el extremo opuesto las compactas y smartphones, muy hábiles a la hora de camuflarnos entre la gente pero con considerables carencias ténicas. No me gustaría recomendar ninguna de las opciones como válida, creo que cada uno debería centrarse en la que le haga sentir más cómodo y cada cual sabrá hasta dónde puede llegar en el arte del "camuflaje".
Sé observador y atento a cada situación
Cámara siempre encendida, tapa liberada, ajustes preparados. Lo repetiré una vez más: la fotografía social nos brinda momentos efímeros y el más mínimo retraso puede hacernos perder una buena imagen.
Prioriza el momento a la perfección técnica
Ojalá pudiéramos conseguir ambas cosas, sin embargo, en numerosas ocasiones no será posible y convendría asegurarnos el momento a pesar de alguna deficiencia técnica. Los modos prioridad a la apertura o diafragma puede echarnos un cable.
Mézclate con la gente, pasa desapercibido
Cuando hablamos de pasar desapercibido no expresamos el ser espías o paparazzis de prensa rosa, hablamos de ser lo más naturales posible, no llamar la atención y, en definitiva, no intervenir en los acontecimientos que la ciudad nos ofrece.
Aprende a esperar
Como en toda disciplina que se precie no obtendremos nuestros mejores resultados a la primera. La fotografía social necesita de mucha concentración, nuestro ojo fotográfico incluso estando entrenado necesita “rodarse” un poco antes de alcanzar ese estado artístico que nos hace ser una esponja ante cualquier estímulo.
Atentos a la composición
No es fácil coordinar todo lo que supone una gran fotografía, sin embargo, mientras surge ese momento que nos haga apretar el botón ya deberíamos estar analizando cómo es el entorno en el que nos estamos moviendo e imaginar posibles composiciones, ¡adelantemos trabajo! Las ciudades están llenas de elementos y la mayoría no aportarán nada, intenta simplificar y centrarte en lo más básico, a veces menos es más.
Anticípate al momento
Tiene mucho que ver con el ojo fotográfico, es lo que nos hace prever ciertas situaciones y marcará la diferencia con respecto a cualquier otro fotógrafo. Imaginemos que tienes un rincón con unas características de luz óptimas, la escena es perfecta pero echas en falta algún elemento que le de coherencia. Al fondo, una chica se acerca en bici y en cuestión de segundos decides que sería lo que le faltaría a la imagen. Inmediatamente bajas la velocidad de obturación, esperas un par de segundos y consigues un estupendo barrido con ella como protagonista y el fondo que tenías en mente.
Atento a los animales
De la interacción de las personas con sus mascotas e incluso con la vida salvaje que puebla una ciudad pueden surgir grandes imágenes. ¿Quién no ha pasado alguna vez por una plaza abarrotada de palomas y un niño que las espanta? Ésta escena es ya un clásico pero, si sabemos enfocarla desde el punto adecuado, conforma una situación llena de acción y dinamismo, ¡es lo que buscamos! Los perros suelen acompañar muy bien determinados retratos y, sin duda alguna, los gatos serán los reyes de nuestras fotografías nocturnas.