Internet está plagado de normas de composición para conseguir unas imágenes espectaculares y que llamen la atención a todo aquél que las mire.
Pero, ¿cuáles son (en mi opinión) las más importantes de todas ellas? ¿Somos conscientes de que aplicando alguna de estas sencillas directrices nuestras fotografías mejorarán sensiblemente? ¿Deben aplicarse siempre, por norma, para conseguir los mejores resultados?
Primera Regla: Expón Correctamente
Es cierto, quizás esto no es una regla para mejorar la composición de nuestras imágenes pero, aún así, es el primer paso que todo fotógrafo debería dar con su cámara: aprender a exponer correctamente. Podemos disparar en automático y podemos disparar en semiautomático, pero lo importante para poder llegar a ser fotógrafos de verdad es poder dominar la cámara.
Así que el primer paso es ese: aprender a exponer. Esto no significa que debamos disparar siempre en manual, ni muchísimo menos. La gracia de conocer nuestro equipo es que podremos decidir en cada momento cómo nos interesa más disparar. Puedes utilizar el modo automático de tu cámara si crees que es lo que más te interesa pero si se da el caso de que los resultados que consigues con ello no te satisfacen, debes poder conseguir tus objetivos de manera manual.
Así que aprende a exponer, a ver las diferencias entre luces y sombras, a ver qué tipo de medición te interesa más en cada momento... Aprender a exponer y a determinar los parámetros de tu cámara de una manera rápida te será tremendamente útil, no sólo para conseguir imágenes más "fieles a la realidad" (que puede interesarte o no) sino porque sólo cuando domines tu herramienta de trabajo serás capaz de potenciar y sacar a la luz toda la creatividad que puedas tener. Si no estás cómodo con la cámara, si tienes que estar pendiente de buscar cómo hacer esto o aquello, perderás momentos irrepetibles. Así que dedica unos segundos extra antes de tomar tus fotografías a medir la luz correctamente.
Quizás sea un poco pesado al principio pero, con el tiempo, te saldrá de manera natural y podrás dedicarte a pensar en otras cosas como la composición.
Huye del Centro
Ahora sí: empezamos con las principales reglas de composición que te ayudarán a conseguir unas mejores fotografías. Y en primer lugar tenemos "Huye del centro". A veces, sobre todo cuando hacemos fotografías de una manera rápida, podemos tender a colocar nuestro sujeto en el centro. Creemos que si lo colocamos en el centro, será lo primero que llame la atención o quizás es sólo porque los principales puntos de enfoque de las cámaras suelen estar situados en el centro y es mucho más fácil enfocar y disparar que enfocar, encuadrar y disparar. Sea como sea, el centro es aburrido, es estático, es previsible. No llama la atención.
Es por eso que la regla de los tercios que deriva de la proporción áurea nos ayuda a la hora de darles más interés a nuestras imágenes, pues nos regala esos puntos de interés visual donde podemos colocar los sujetos principales de nuestras fotos.
Enfoca a los Ojos
Hacer un retrato es más difícil de lo que pueda parecer y quizás, el hecho de enfocar a los ojos sea lo más fácil de hacerle fotos a alguien. Pero que sea lo más fácil de hacer no significa que no sea lo más importante. Debemos tener especial atención en situar el punto de enfoque exactamente en los ojos de nuestro modelo sobre todo si disparamos con focales muy largas o con aperturas de diafragma muy grandes porque ambas situaciones nos darán una profundidad de campo muy pequeña y la mínima desviación del enfoque puede hacer que una fotografía que iba a ser espectacular se convierta en un "oh, qué pena...".
A la hora de enfocar, fíjate en que no estés enfocando la punta de la nariz o las orejas. Además, si tu modelo está situado de lado, lo mejor será enfocar el ojo que esté más cercano a la cámara porque este será el primero que vea aquel que mire tu foto. Enfocar a los ojos debe ser una premisa para cualquier otro tipo de fotos en el que puedan aparecer ojos por ejemplo la fotografía de animales y de juguetes.
Rellena el Encuadre pero Deja Espacio
Cuando nos dicen que debemos rellenar el encuadre para que nuestras fotos sean mejores, a veces se nos olvida que llenar el encuadre no significa abarrotar la fotografía de información. Debemos dejar espacio en ella para que haya aire, para que nuestros sujetos respiren y no estén "enjaulados" por los marcos de las imágenes. El espacio también puede ayudarnos a llenar la fotografía porque una área vacía puede transmitirnos muchas cosas. Por ejemplo, un camino por recorrer. Así que, aunque quieras llenar el encuadre de una foto, piensa en si deberías llenarlo con un espacio vacío.
Dejar espacio es especialmente importante cuando el motivo principal de una fotografía es la mirada. Si nuestro sujeto (sea persona, animal, juguete o cualquier otro elemento que tenga ojos) mira hacia la derecha, deberíamos dejar espacio hacia ese lado.
Cuanto más Simple, Mejor
Esto está muy relacionado con la regla anterior y, aunque habrá ocasiones en las que no podremos seguir esta directriz, en la mayoría de situaciones fotográficas en las que nos encontremos, nos ayudará a conseguir imágenes que llamen más la atención. No se trata solo de dejar ese aire que a veces la fotografía nos pueda pedir, también se incluye, aquí, otras cosas como reducir el número de sujetos (tres puede ser mejor que ocho si esos tres cuentan la misma historia que los ocho) o, incluso, de no mostrar todo lo que se quiera enseñar. Me explico: el ojo y el cerebro humanos son capaces de hacer maravillas y, a veces, no necesitan tener toda la información para interpretar correctamente aquello que tienen delante. Se puede dar el caso de que enseñarlo todo convierta la fotografía en algo redundante y, por lo tanto, aburrido. Algo que no nos interesa.
Dota de Profundidad las Imágenes
Que la fotografía sea un arte bidimensional no significa que debamos centrarnos en sólo esas dos dimensiones. Existen muchas maneras de dar profundidad a nuestras imágenes. Si conseguimos dotarlas de tridimensionalidad, ganarán en atractivo, pues llamarán la atención más a todas aquellas personas que las miren porque se acercarán (en la medida de lo posible) a la realidad que nosotros apreciamos con los ojos. Las maneras más fáciles de conseguir profundidad gracias a la composición:
- Profundidad de Campo. Cuando nosotros miramos con nuestros ojos a un punto concreto, el resto de nuestro campo de visión queda fuera de foco. Si trasladamos esto mismo a nuestras fotografías, un diafragma abierto nos puede regalar una imagen con poca profundidad de campo que tendrá cierta profundidad. Hay que andar con cuidado, eso sí, porque utilizar diafragmas excesivamente abiertos puede traer consecuencias no deseadas. Además, utilizar la mínima profundidad de campo puede llevarnos a conseguir imágenes que tengan cierto aire fantástico, alejándonos del realismo que buscamos cuando intentamos dotar una imagen de profundidad de campo. Pero no creas que la única manera de conseguir sensación de profundidad es abriendo el diafragma, también se puede conseguir cerrándolo si tenemos en cuenta los planos de información:
- Los planos de información. Cuando colocamos distintos elementos en distintos planos para que el ojo se entretenga a la hora de leer la fotografía, podemos dotar la imagen de mucha profundidad. El caso más evidente es cuando en una imagen hay algo en primer plano que nos llama la atención en un primer momento. Sin embargo, cuando seguimos leyendo la fotografía que tenemos delante, podemos descubrir que hay otros elementos interesantes como pueden ser el fondo u otros sujetos a distancias medias.
- La perspectiva. Si sabemos usarla a nuestro favor, la perspectiva puede dotarnos, por ella sola, de una gran profundidad en nuestras imágenes. Elementos lejanos y pequeños, líneas convergentes... Nuestro ojo lo interpretará como profundidad y así, aunque nuestra imagen sea realmente en dos dimensiones, conseguiremos dotarla de cierta tridimiensionalidad. Aunque siempre podemos utilizar la perspectiva forzada para, precisamente, ¡eliminar toda la profundidad de la foto!
La Regla más Importante del Mundo de la Composición Fotográfica: Aquella que te Regalará las Mejores Fotos
Seguramente hayas leído infinidad de reglas, a parte de las que hay en este artículo, que te prometerán conseguir la fotografía con la composición perfecta. La regla más importante que debes conocer al respecto es: aprende a ignorar las reglas cuando sea necesario. Esto funciona así: lee, entiende y practica todas las reglas que encuentres a lo largo de tu aprendizaje fotográfico. Son reglas que, por norma general, acostumbran a dar resultados agradables para el ojo humano y, por lo tanto, con ellas se consiguen imágenes "buenas". Sin embargo, habrá muchas ocasiones en las que, bien por la situación del momento o bien por lo que quieras conseguir transmitir con tu fotografía, te interesará más romper con alguna de las reglas "básicas" de la composición. Por ejemplo, las imágenes completamente simétricas son muy atractivas pero, para conseguirlas, debes situar el sujeto principal en el centro. También puede darse el caso de que, en un retrato, te interese centrarte más en algún detalle de tu modelo que en su expresión. En esa fotografía puede que sea más interesante localizar el punto de enfoque en una zona que no sean los ojos. O incluso puede darse el caso de que no te interese, por lo que sea, dejar aire en una fotografía (ya sea para una mirada, para un movimiento o, simplemente, para que tu sujeto principal respire) si con ello quieres conseguir, por ejemplo, cierta sensación de agobio. Una vez domines todas las reglas, debes ser consciente de cuándo es mejor romperlas porque, si haces las fotografías exactamente como quieres hacerlas, nadie podrá decirte nunca que esa imagen no es buena.