Hoy en día tendemos a fotografiarlo todo, pero si hay un momento en el que el número de fotos aumenta es cuando se acercan las fiestas de nuestra ciudad o pueblo. Durante las fiestas se suceden multitud de eventos y actos que bien merecen ser fotografiados.
Algunas fiestas tienen como protagonista el fuego, lo que conlleva que nuestras fotografías sean más espectaculares, pero hay que tener en cuenta una serie de aspectos antes de meternos de lleno a disparar como locos.
Como siempre digo, la luz lo es todo, y en este tipo de situaciones, el fuego es la luz que necesita nuestra cámara para iluminar cada instante. Pero no sólo hay que tener en cuenta la luz del fuego, sino la luz de ambiente, por lo que no obtendremos los mismos resultados si disparamos de día o de noche. Si quieres saber cómo fotografiar estos eventos, ¡no dejes de leer este artículo!
El Mejor Momento: la Luz del Día
El punto de vista cambia cuando consigues una posición elevada. La mayoría de las fotografías de mascletás son desde el suelo. Sólo hay que esperar al momento adecuado para disparar. Las nubes se mezclaban con el humo creando una atmósfera homogénea. Gracias a un amigo pude acceder a un balcón y disfrutar de una manera diferente.
Canon 17-40mm f/4, 1/400s, ISO 200.
Sin lugar a dudas, disparar de día es mucho más sencillo, puesto que tenemos la luz de ambiente y la luz del fuego. Ambas luces reducen el contraste de la escena, con lo que será más fácil exponer correctamente.
El fuego será la zona más iluminada, por lo que es interesante realizar la medición sobre él. Hay que tener en cuenta si la intensidad será constante o irá variando. Para ello, es interesante conocer cómo va a transcurrir el acto y prever el momento en el que disparar.
Un ejemplo podría ser una mascletà, que consiste en disparar una serie de petardos, tanto aéreos como terrestres. Hay que saber que se van disparando una serie de petardos, y que es al final cuando más se concentran, por lo que la intensidad de la luz es mayor. Si no queremos que nuestra foto final se nos queme tendremos que reducir la exposición con respecto a los primeros disparos.
Es interesante disparar ráfagas, puesto que será más sencillo captar el momento de la explosión. También puede resultar interesante capturar el instante después a la explosión, y evitar que la foto salga sobreexpuesta.
Fotografiar el fuego de día nos permitirá obtener detalle en la propia llama y tener bien expuesta el resto de la escena. Es importante que no se nos queme, nunca mejor dicho, el fuego en nuestra fotografía, ya que suele ser el centro de interés.
Los momentos posteriores al acto también son interesantes, ya sea porque la gente es más expresiva y podemos capturar momentos únicos, o porque la atmósfera aún tiene restos de lo que acaba de suceder, como puede ser el humo.
La Importancia del Punto de Vista
Durante varios días me dediqué a pensar en posibles ubicaciones desde donde poder captar el momento más espectacular de las mascletà. En este caso, me subí a las Torres de Serranos, desde el cual pude captar el Miguelete y la traca final.
Canon 70-200 a 153mm, f/5.6, 1/1600s.ISO 400.
Si conocemos la fiesta sabremos cómo y dónde se realiza cada acto, y podremos evaluar los posibles puntos donde colocarnos, con el fin de obtener puntos de vista más interesantes y diferentes.
Déjame que te recuerde, que conseguir un punto de vista distinto puede hacer que tu fotografía sorprenda con tan sólo mirarla. Por lo tanto, trata de moverte, intenta conseguir mejores lugares, o incluso preguntar a algún amigo que viva por la zona para que te deje hacer las fotos desde su balcón o ventana.
Las azoteas suelen ser uno de los puntos más concurridos cuando el evento está relacionado con un espectáculo pirotécnico aéreo.
Intenta pensar lugares desde donde se puede contemplar el espectáculo y pruébalo. En ocasiones es necesario disponer del material necesario, como teleobjetivos, o incluso duplicadores, pero si de esta manera obtienes algo distinto, merecerá la pena.
Nocturnas: Más Espectacular, pero Más Difícil
Un correfoc se suele realizar por la noche, para que el fuego gane protagonismo. Para realizar esta fotografía simplemente hay que medir sobre el fuego. Se puede observar como las personas que hay alrededor están iluminadas. Es una iluminación ideal puesto que la atención se centra sobre la zona que rodea la luz, aislando el resto de elementos. Configuré un ISO alto para poder congelar el momento. De lo contrario me habría salido una fotografía en movimiento.
Canon 70-200mm a 200mm, f/2.8, 1/200s, ISO 1600.
Las fotografías nocturnas suelen ser más espectaculares, sobre todo cuando hay fuego de por medio. Sin embargo, hay que tener en cuenta que lo más probable es que se nos queme la fotografía. Es importante decir que no se suele utilizar flash para este tipo de fotografía puesto que la luz no suele alcanzar a nuestro sujeto y además suele ser una luz muy dura y demasiado directa. Por supuesto, si el único flash que tienes es el de la cámara es recomendable deshabilitarlo.
Aquí hay que tener cuidado con el fuego, puesto que si medimos en la llama, el resto nos aparecerá oscuro, sin embargo, una llama quemada no tiene el mismo interés.
En la zona donde vivo, hay unas fiestas llamadas Correfocs, y que consisten en recorrer las calles con una serie de artefactos que desprenden fuego y chispas, pero que no explotan. Únicamente con la luz que aporta dichos artefactos es suficiente para iluminar la escena, sin embargo, la luz varía constantemente, por lo que tendrás algunas fotografías oscuras y otras quemadas, sobre todo si disparas en modo manual. Lo bueno que tiene que haya tanta luz es que no necesitamos aumentar el ISO.
Una opción es utilizar los modos semiautomáticos, con lo que puedes configurar el obturador y la cámara hará el resto.
Un consejo para conseguir fotografías más espectaculares es disparar a velocidades lentas, puesto que la cámara captará las chispas en forma de trazas de luz. Cuanto más lenta sea el tiempo de exposición, más larga serán las trazas. Con este tipo de fotografías, la creatividad es uno de los puntos fuertes, porque se trata de probar, sin saber a ciencia cierta qué vas a obtener. Sin embargo, con la experiencia, y revisando las fotografías ya realizadas en otras ocasiones, será más fácil repetir los mismos resultados.
Este tipo de fotografías entrarían en lo que llamaríamos fotografías de acción, es decir, disparamos a pulso, y nos iremos moviendo.
Fotografía de un castillo de fuegos artificiales tomada desde la azotea de un edificio. Se esperó a que lanzaran varios cohetes y se calculó el tiempo que tardaban en expandirse.
Canon 17-40mm a 31mm, f/22, 2,5s, ISO 400.
Otro tipo de fotografía sería más estático, utilizando trípode, con el fin de captar el movimiento del fuego, como por ejemplo en un castillo de fuegos artificiales. Para conseguir una medición correcta podríamos esperar a que nuestro encuadre esté iluminado por los fuegos artificiales y medir. Hay que tener en cuenta que en este tipo de situaciones la luz es muy variable, por lo que habrá que estar modificando los parámetros continuamente.
Estas fotografías pueden tener tiempos de exposición muy diferentes de una fotografía a otra, pudiendo llegar a tener varios segundos. Una vez más, hay que tener en cuenta el momento en el que disparamos, y para ello hay que prever lo que va a pasar.
Normalmente hay fases en los que se suelen disparar varios tipos de cohetes del mismo tipo, por lo que podemos calcular más o menos lo que tarda desde que explota hasta que desaparece, para después configurar nuestro tiempo de exposición.
La Previa y los Preparativos: otro Momento Interesante
Los periodistas acreditados pueden moverse por el interior de la plaza antes de disparar los petardos, momento que se puede aprovechar para mostrar algo distinto.
Canon 70-200mm a 200mm, f/4, 1/1250, ISO 200.
Pero no todo es disparar durante el acto en sí. Los momentos previos de preparación, y los posteriores son muy interesantes también.
Si acudimos con tiempo antes de que se produzca el espectáculo, podemos fotografiar la gente que está realizando los preparativos o la infraestructura utilizada.
Una vez terminado, la gente suele irse rápidamente, y no solemos percatarnos de lo que sucede a continuación. Son estos momentos los que podemos aprovechar para sacar fotografías diferentes, que en cierta manera están relacionados con la fiesta.
Y también el momento de después, cuando solo quedan restos, y las personas recogen la paraeta.
Canon 70-200mm a 195mm, f/2.8, 1/640s, ISO 250.
No hay que olvidarse de la gente, es decir, no todo es fotografiar el fuego, sino lo que le rodea también. Al fin y al cabo, el fuego es un protagonista más, pero las personas viven cada momento de una manera muy especial. Si estás atento podrás captar la esencia del momento y de la fiesta.
Durante la Cremà se prende fuego a cada monumento, y es cuando las falleras mayores de cada Falla tienen los sentimientos a flor de piel, incluso llegando a soltar algunas lágrimas.
Canon 70-200mm a 200mm, f/2.8, 1/125s, ISO 1600.
De esta manera, tendríamos una especie de historia o reportaje que cuenta cómo va transcurriendo la fiesta, desde que se prepara cada acto y cada momento, capturando los momentos más increíbles, las personas y sus sentimientos, y el final, un final que la mayoría de la gente no ve pero que también forma parte de la fiesta.
Estas fotos puede que no sean las más bonitas, pero sí suelen ser llamativas, sobre todo porque no se acostumbra a ver los momentos de después, ya que la gente se va y sigue con la fiesta.
Canon 16-35mm a 16mm, f/4, 1/13s, ISO 1600