La fotografía infantil es todo un mundo. Los niños nos llaman la atención porque son pequeños y risueños. Pero intentar hacerles fotos puede llegar a convertirse en una verdadera pesadilla.
En este artículo vamos a intentar poner sobre la mesa las posibles situaciones que te puedes encontrar cuando tengas que hacerle fotos a una criatura y las alternativas que tienes en cada caso.
¡Vamos allá!
En otras ocasiones en dZoom os hemos dado consejos para fotografiar niños o bebés.
En este artículo intentaremos ir un poco más allá clasificando las posibles actitudes que te puedes encontrar en un niño en el momento de hacerle fotos.
El niño terremoto
El niño terremoto es el más difícil de domar. Se pasará la sesión corriendo por el estudio/parque/escenario en el que tomes fotos. Te tocará correr detrás de él, intentando cazarlo cuando no se lo espere.
¿Qué puedes hacer para sacarle mejores fotos? Puedes intentar distraerlo (ya verás que es la gran solución para la fotografía de niños). Busca un juguete, un juego, algo que le llame la atención para que se centre en algo y se le olvide corretear. Aunque es cierto que, si el niño no para quieto y tú sabes captarlo sin "forzarlo" (mediante juguetes y juegos) a estarse quieto, saldrán imágenes más naturales, en las que el niño saldrá tal como es: en su salsa. Será complicado, pero estarás muy satisfecho con el trabajo que hayas conseguido.
El niño llorón
¿Te ha tocado un niño que no para de llorar? Deja que su madre se ocupe y sea ella la que lo consuele. Que esté un rato con él para que se calme y así, de paso, el niño se olvidará de la cámara, así que, cuando llegue el momento, te será más fácil hacerle las fotografías. No tengas prisa, si se trata de hacer un reportaje infantil, las fotos del niño llorando no son muy recomendables. Los padres quieren ver a sus hijos felices, así que si el niño no para de llorar por lo que sea, quizás la mejor opción que tengas sea dejar la sesión para otro día. Un niño contento está más dispuesto a las fotos y además éstas son más agradecidas por los padres e, incluso, por ti.
Por supuesto si por razones artísticas quieres buscar las expresiones tristes de un niño, no las provoques tú. Tendrás que esperarte a que salgan solas!
El niño con personalidad
Hay niños que tienen muy claro lo que quieren y lo que no y a veces es mejor no llevarles mucho la contraria. Si tienes que hacerle fotografías a un niño que no quiere de ningún modo hacérselas, deberás pelearte con él (en sentido figurado, por supuesto) para conseguir las fotos. Como siempre, puedes convertirlo en un juego para que se distraiga y se olvide de que tiene una persona con una cámara delante. También en esta ocasión los deberás aliarte con los padres de la criatura para que sean tus compinches a la hora de distraer a su retoño.
Si el niño deja hacerse fotos pero demuestra su personalidad con otros detalles como por ejemplo no querer ponerse en el sitio adecuado, no mirar a cámara si se lo pides o cambiar el escenario a su gusto, tendrás que armarte de paciencia e ir detrás de él para conseguir tus propósitos.
En una ocasión, debía hacerle fotos a una niña de dos años y medio. La había convencido para que se sentara en una silla en medio del escenario que tenía preparado. Los focos estaban dirigidos a ese punto en concreto pero ella decidió que no era el sitio idóneo para su silla, así que la movió un metro a la derecha. Ante esta situación, primero opté por intentar convencer a la niña de que la silla no debía estar ahí. Terminé moviendo los dos focos para iluminar a la criatura en su nueva posición. Si hubiera insistido en cambiar la posición de la silla, posiblemente la niña hubiera terminado enfadada y no hubiera sacado las fotos que quería. Así que hay que tener cuidado con presionar (con delicadeza, por favor) a los niños y saber cuándo se tiene que ceder.
El niño tímido
Estos son de los más comunes, ponte en situación: has quedado con los padres en que tomarás unas fotos a su hijo así que decidís encontraros en un parque (por ejemplo). El niño llega en brazos de su madre y, en cuanto te ve, se esconde. La madre lo deja en el suelo para que se le pase la vergüenza, pero sólo consigue que la criatura se esconda entre sus piernas. Llegados a este punto, tienes varias opciones:
- Ignorar al niño para que se acostumbre a tu presencia. Puedes hablar con los padres un rato, enseñarles el escenario, contarles tus ideas. Con un poco de tiempo, el niño se olvidará de la vergüenza que te tiene y podrás empezar tu trabajo. Si esto no funciona, puedes probar con la segunda opción:
- Sobornarle para que se haga tu amigo. Con un juguete sencillo o unos dulces debería ser suficiente. Un pequeño truco: si tienes delante un niño que se aferra con los dos brazos a su madre, prueba a darle tres cosas. La primera la cogerá con la mano derecha, la segunda, con la izquierda. Con el tercer objeto tendrá un gran dilema, pues no le quedarán manos. Así que tendrá que pensar en qué hacer. En mi experiencia he descubierto que en estos casos optan por pedir a su madre que los dejen en el suelo para, una vez ahí, poder sentarse, colocarse los dos primeros objetos en el regazo o en el mismo suelo y, al final, aceptar tu tercer regalo. El caso es que, con la tentación del tercer objeto empiezan a pensar y ¡eso les distrae de la vergüenza que tenían!
- Buscar los robados. Ve sacándole fotografías mientras no se dé cuenta. Después puedes enseñárselas y, así, poder establecer más relación con el niño para que pierda la vergüenza. Y, con un poco más de confianza por su parte, podrás empezar a sacar las fotos que querías desde un principio.
El niño con "mamitis"
No podrás hacerle nada si tienes como modelo un niño con "mamitis", es decir, con la necesidad de estar siempre con su madre (o padre). Te tocará sacar a los padres en las fotografías o pelearte con la composición de tus fotografías para que éstos queden fuera de plano. De nuevo deberás contar con la complicidad de los padres para poder distraer un poco al niño o para poder hacer las fotografías que necesites.
El niño somnoliento
Al fin y al cabo, son criaturas y si se cansan, se duermen. Todos los niños son preciosos cuando duermen, así que si se te presenta la oportunidad, aprovecha! Si no quieres que todas las fotos sean del niño dormido, puedes intentar captar los detalles de su pequeño cuerpo: las manos, los pies, las facciones de la cara...
El niño modelo
Este es el último tipo de niño que te puedes encontrar. Le gustará hacerse fotos, te hará caso en todo lo que le pidas y, al final, se quedará dormido en una pose perfecta. Por desgracia de estos hay poquísimos (de hecho, yo no he encontrado ninguno todavía!).
Con esto quiero decirte que es muy probable que debas lidiar con alguno de los niños que he explicado en este artículo, así que te recomiendo que antes de una sesión infantil, te armes de paciencia, sepas exactamente lo que quieres hacer y, después, debes estar dispuesto a renunciar a tus intenciones fotográficas para adaptarte al niño. Puede que no hagas todas las fotos que quisieras porque el niño no ha estado dispuesto a ello, en cualquier caso siempre puedes intentarlo otro día. Si organizas otra sesión, el niño ya te conocerá y, a lo mejor, se presta desde un principio a hacer las fotos. ¡Quién sabe!
Los hermanos celosos
No he querido dejarlos fuera de este artículo pues me parecen un punto importante a tener en cuenta. A veces tu modelo es un niño que tiene un hermano (o varios) que están presentes en la sesión. Puede que estos niños se sientan desplazados y llamen tu atención contándote cosas o estando con su hermano para salir en las fotos. Mi consejo es que los hagas participar de alguna manera en la sesión: pidiendo que te ayuden a hacer cosas sencillas (como acercarte algún objeto que necesites o colocar bien alguna tela, peluche, o cualquier otro elemento del escenario). Además, puedes aprovechar para tomar algunas fotos de los hermanos juntos aunque ten en cuenta que, entonces, deberás lidiar con un par de niños (¿te imaginas un niño con "mamitis" y un llorón en la misma escena?). Así que, más niños igual a más paciencia. ¡Pero también a más fotos y a más bonitas!
¿Algo que añadir?
¿Te has encontrado con algún tipo de niño que no sale retratado en el artículo? ¿Tienes algún truco para salir airoso de una sesión fotográfica infantil? Seguro que tienes alguna foto de la que te sientes orgulloso, ¿nos la enseñas?