Este artículo no trata de cómo mejorar tus fotografías para lograr venderlas. Más bien, intentará darte algunas claves que debes tener en cuenta para que tu pasión por la imagen sea al mismo tiempo tu profesión.
Así que, no hablaré aquí ni de diafragma, pixel, megabyte o foco, pero sí de cómo hacer que esos clics que haces cada día te ayuden a hacer otros más al día siguiente y, de paso, vivir de ello. Digamos que saldremos del laboratorio fotográfico para irnos a sentar al escritorio. ¿Quieres continuar?
Y ya que para muchos de nosotros, los fotógrafos, esto de papeles y estudios de mercado no es lo que más nos apasiona, trataré de definir el camino en ocho prácticos pasos de la manera más concreta que pueda.
1.¡Define tu vida!
El primer paso es asomarte a ti mismo: ¿dónde te gusta estar?, ¿con quién te interesaría colaborar y trabajar?, ¿en qué situación te imaginas fotografiar en uno, cinco o diez años, semana a semana?...etc.
Si te apasiona fotografiar animales, pero no piensas vivir la incomodidad de la naturaleza o, si sabes que la fotografía de boda es un excelente negocio, pero no tienes estómago para vivir esas ceremonias, entonces no te vayas por esos caminos.
Pero si en cambio, tu arte fotográfico se encamina a la fotografía documental y además te interesa trabajar con ONG´s o instituciones sociales, entonces el asunto va quedando mejor definido.
De igual manera, si eres feliz creando imágenes en el estudio y la publicidad te atrae… parece ser que la ruta es clara, ¿no?.
Se trata, en pocas palabras, de lograr una conexión entre tus intereses, comportamiento y pasiones con las de tu arte.
2.Concéntrate en tu mercado
Una vez que definas el tipo de fotografía que piensas ejercer, es momento de pensar en los nichos donde podrás encontrar a tus clientes. Si eres fotógrafo de arquitectura, analiza con calma dónde podrás ofrecer tus servicios: revistas especializadas locales e internacionales, despachos de arquitectura e ingeniería o agencias de bienes raíces. Incluso compañías de construcción o decoradores de interiores pueden ser clientes importantes.
Con respecto al equipo fotográfico, no te detengas por ello. Podrás irlo adquiriendo poco a poco, dependiendo del ramo de la fotografía por el que decidas irte.
En un comienzo, alquila o pide prestado a amigos y después, compra aquel que tu experiencia irá solicitándote. No frenes tus intenciones de ser fotógrafo profesional simplemente porque no tienes todo aquel equipo que sueñas tener o que te dicen que debes tener ahora mismo.
3.Aprovecha tus habilidades
Subraya en tu propuesta profesional aquellos dotes que pueden lograr distinguirte entre la competencia. Puede ser que tu técnica como fotógrafo o quizás alguna habilidad social te permitan convencer a los clientes sin grandes esfuerzos. Tal vez, decidas el camino de la fotografía de bodas y sabes que tienes un don especial con la iluminación natural en sitios urbanos o te gusta la fotografía de paisaje y además eres un excelente conductor de drones.
Entonces, aprovecha esos puntos para diferenciarte de los demás y ofrecer un producto, por decirlo de alguna manera, exquisito.
4.Publicidad
Realizar buenas fotos, subirlas a una web y esperar sentado a que lleguen ofertas de trabajo suele no ser la mejor receta.
Quizás, tendrás que plantearte ser más activo, lo que quiere decir que necesitarás mostrar tu trabajo a través de Facebook, Instagram, Tumblr o Pinterest, pero sumando otros caminos que te permitan llegar a tus potenciales clientes: por correo convencional con alguna postal atractiva o un portafolio en forma de libro, o en eventos, convenciones, ferias, etc..., que tengan que ver con el nicho que has seleccionado. No puedes dejar de lado los newsletter, una técnica que hoy en día sigue siendo importante en el mundo de la promoción de diversos productos. Y sobre todo paciencia. Se trata de un platillo que requiere cocinarse a fuego lento.
En mi caso yo utilizo Instagram, Facebook y un blog (se aceptan seguidores en mis redes!) para mantener a mis clientes informados de los últimos trabajos que he realizado. Publico en estos sitios lo que he realizado con ellos y esto ayuda a mantener una relación cercana con mis clientes.
5.Escaparate a punto
Tu web es tu aparador, la ventana por donde se conocerá tu trabajo. Pero también puede funcionar como el centro neurálgico de tu trabajo por donde conozcan tus fotografías, contacten contigo, anuncies novedades, e incluso, el medio por donde entregues el trabajo final a tus clientes.
Por eso, tendrá que ser tan impresionante como lo es tu propia fotografía. Deja claro en ella quién eres tú, organiza las imágenes de manera que puedan verse con facilidad y sin peligro de lograr extraviar al potencial cliente a través de decenas de galerías y cientos de fotos, y sobre todo, no la dejes en el olvido: lo mejor es mantenerla al día, con el trabajo que has realizado últimamente y eliminando aquello que creas ya esta obsoleto.
Mi web es de fácil manejo. Esto me ayuda a subir las fotos y no preocuparme por cuestiones técnicas de lenguaje de ordenadores. Al mismo tiempo entrego las imágenes a cualquier cliente tanto en España como en América a través de ella y aprovecho las galerías que publico en ella para promoverme en mis redes sociales. En pocas palabras: ¡es mi almacén, mi distribuidor, relaciones públicas y egoteca!.
6.Papeles
Así es, no hay escapatoria. Remángate la camisa porque no te salvarás de realizar aquellos pasos que Hacienda de tu país te requerirá, ten a punto contratos para modelos o cartas de solicitud de permiso para realizar tomas, una agenda de tus clientes, un espacio adecuado para labores de oficina y un etcétera que no tiene por qué asustar tus pretensiones de ser fotógrafo profesional.
Sobre todo, cuenta en la medida de lo posible con contratos que establezcan derechos y obligaciones entre el cliente y tú, así te podrás ahorrar futuros mal entendidos y tendrás un documento que te respalde en caso de requerirlo. Por otro lado, organiza la economía contigo mismo. Se trata de un negocio y debes pensar como tal: una cuenta de banco y tarjeta de crédito separada de tus gastos corrientes puede ayudar a tener los números mejor organizados.
7.Precios
Es un punto difícil de establecer pero muy importante. Para establecerlo, piensa en los gastos fijos que tu negocio conlleva y aquellos que el propio proyecto que estás por realizar generará. Tienes gastos de oficina, de impuestos, de equipo y al mismo tiempo, el trabajo en concreto con el cliente que seguramente sumará algunos extras, como podrían ser desplazamientos, contrataciones de asistentes, alquiler de equipo extra, etc.
No regales tu arte, por el propio bien de tu negocio, pero también por el del colectivo en general. Por un lado será difícil que más adelante puedas subir tus presupuestos sin asustar al cliente y por otro, afectarás al mercado, una consecuencia que quita mérito al gremio en general.
Para conocer lo que cobran otras personas, acércate a colectivos o sindicatos de fotógrafos de tu entorno -Sindicat de la Imatge en Cataluña o la Asociación de Fotógrafos de España, son dos buenos ejemplos- y aprovecha las redes sociales para hablar con otros colegas sobre los precios que ellos manejan. Pero por encima de todo, valora tú mismo tu trabajo, porque la fórmula es sencilla: si tú no lo haces, nadie más lo hará por ti.
8.Creatividad
No olvides que tus imágenes están conformadas por grandes dosis de arte. Son únicas porque están en ellas tu visión del mundo y la forma en que te relacionas con él. Así que aplica grandes pizcas de esta fórmula para tu camino profesional.
Los siete pasos anteriores son los básicos, pero los que lograrán que tú te encuentres cómodo y alcances a recorrer el camino de forma feliz, solamente podrán provenir de tu inventiva particular. Invéntate a ti mismo como un profesional. Y sobre todo, ¡diviértete!.
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