En otros artículos dedicados a la fotografía HDR te hemos dado algunas pinceladas sobre la técnica, explicando por qué en determinadas circunstancias tu cámara no es capaz de recoger toda la información que ven tus ojos y cómo debes realizar distintas exposiciones para poder recoger toda esa información, hemos desterrado mitos sobre la fotografía HDR y te hemos explicado qué necesita tener tu cámara para poder hacer fotos HDR con garantías. Ha llegado el momento de comenzar el trabajo de verdad, el trabajo con tu cámara en la mano. ¿Te animas?
Introducción
Como te decía, ya te hemos explicado en qué consiste el HDR. Si has revisado los artículos en los que hablábamos de ello, a estas alturas sabrás lo que es el rango dinámico de una escena y cómo en muchas ocasiones nuestra cámara no es capaz de recogerlo completamente en una sola toma.
Probablemente puedas hacer buenas fotos HDR con tu cámara, ya que no necesitas que tenga demasiadas cosas. Si es más que recomendable que tenga enfoque manual y, si es posible, que dispongas de un trípode (recuerda que si no cuentas con uno puedes tratar de hacer las fotos a pulso en cualquier caso). Si además de trípode tienes un disparador remoto, mucho mejor. Si te perdiste el artículo en el que te explicaba que cámara necesitabas para hacer fotos HDR, puede ser un buen momento de que lo repases.
Aunque voy a describir un escenario tipo, te daré las pistas necesarias para que solventes la situación si no dispones de todo el equipo o si tu cámara no cuenta con todas las funcionalidades que podríamos utilizar.
1. Monta el trípode
En esta ocasión vamos a plantear una situación en la que disponemos de un trípode y pensamos utilizarlo.
Aunque no es estrictamente necesario hacer las fotos con trípode, si es muy recomendable hacerlo así, ya que la probabilidad de fallo si no lo utilizamos es muy alta.
Además, cuando no contemos con un trípode para este tipo de fotos nos veremos limitados en el número de tomas y otros ajustes, por lo que me reservo la situación en la que queramos tomar una secuencia de fotos a pulso para obtener un HDR en otro artículo.
Si no usas demasiado el trípode, te recomiendo estos artículos que publicamos hace algún tiempo en los que te damos algunos consejos para usar tu trípode de forma más eficiente.
2. Usa un disparador remoto
Un complemento indispensable cuando utilizas un trípode por su inmensa utilidad y bajo precio es el disparador remoto.
Gracias al disparador remoto, puedes hacer las fotos sin tocar para nada la cámara ni el trípode, evitando de este modo transmitir cualquier vibración a la cámara y arruinando la foto.
No obstante, y como veremos más adelante, tendremos que tocar la cámara para ajustar los distintos tiempos de exposición al disparar, pero de este mod ominimizamos el número de interacciones directas con nuestra cámara.
Si no dispones de un disparador, activa la opción del disparo con temporizador para tratar de evitar transmitir a la cámara cualquier vibración al pulsar el botón de disparo en el momento de hacer la foto (y si tu cámara permite conectar un disparador remoto, ve pensando en encargar uno).
3. Usa el modo manual y fija una apertura
Para poder realizar diferentes tomas de modo que unas queden más expuestas y otras menos, ampliando el rango dinámico de la foto resultante, vamos a utilizar el modo manual y vamos a fijar un valor para la apertura del diafragma.
La apertura será uno de los factores que determinará la profundidad de campo resultante en nuestras tomas.
Puede que tu cámara cuente con una utilidad para comprobar in situ la profundidad de campo resultante de una determinada configuración de los parámetros. Si la tiene, puedes utilizarla.
En función del motivo que estés fotografiando y la focal utilizada, te interesará utilizar una u otra apertura. Si no estás demasiado familiarizado con tu objetivo, te recomiendo que te des una vuelta por los artículos en los que hablamos de la profundidad de campo y la distancia hiperfocal.
4. Selecciona el modo de medición de la luz puntual
Para determinar el tiempo de exposición en función de la apertura que quieras utilizar tendrás que medir la luz.
Y en este tipo de fotos, el modo de medición puntual es el mejor de los modos que tiene tu camara.
Selecciona este modo de medición y mide la luz en las zonas con más y menos luminosidad de la escena. Con ello podrás ver la diferencia de luminosidad y hacerte una idea de las exposiciones que necesitas realizar para recoger toda la información de la escena en la combinación de las diferentes tomas.
5. Ajusta el modo de enfoque a manual
Si tu cámara permite fijar el enfoque manualmente, lo mejor es que lo utilices.
Utilizando el enfoque manual te aseguras de fijar el punto de enfoque y no variarlo en las sucesivas tomas.
Si no puedes usar un modo de enfoque manual, utiliza el automático y fija el punto de enfoque en una ubicación clara que te permita enfocar en cada toma asegirando que el enfoque se realiza en el mismo punto, para evitar así que distintas tomas estén enfocadas a distancias diferentes.
6. Pon el ISO lo más bajo posible
Las fotografías HDR se suelen caracterizar por la aparición de ruido como resultado de parte del postprocesado.
Aunque hay métodos para tratar de reducir ese ruído, lo mejor que puedes hacer en el momento del disparo es tomar las fotos con el ISO más bajo que permita tu cámara.
Cuanto más bajo el ISO, más luz necesitas para hacer la foto (más tiempo de exposición y más abierto el diafragma). En este caso, al estar utilizando trípode, puedes usar el ISO más bajo posible sin miedo a que las fotos salgan movidas por el tiempo de exposición empleado.
7. Si puedes, dispara en RAW
Aunque vas a hacer diferentes tomas con exposiciones distintas, al disparar en RAW tu foto mantiene mucha más información que si se almacena en JPEG y evitas el procesado que se suele realizar en la cámara cuando internamente el procesador de tu cámara convierte la toma a JPEG.
Si queremos hacer HDR de calidad, lo mejor que podemos hacer es no empezar a limitar la información en el momento de la toma, y mantener una relación mínima señal-ruido es una buena forma de hacerlo.
8. Si no disparas en RAW, no olvides ajustar el balance de blancos
En caso de que tu cámara no disponga de RAW (si lo tiene, úsalo. Al fin y al cabo los programas que utilizarás posteriormente para fusionar las fotos lo soportan) selecciona el modo de balance de blancos correcto.
Fijate bien de las condiciones de luz (si estás en un día soleado o nublado, o cuale s el tipo de luz artificial si se trata de fotos de interiores) y ajusta el modo de balance de blancos adecuado.
Y a disparar...
Si tu cámara dispone de modo bracketing y has comprobado previamente que el rango cubierto por el bracketing recoge toda la información que necesitas, puedes seleccionarlo y usarlo.
Así te aseguras de no mover la cámara al tener que ajustar el tiempo de exposición entre toma y toma para recoger distintas exposiciones.
Pero si el rango cubierto es insuficiente o quieres realizar más tomas de las que el modeo bracketing de tu cámara te permite, simplemente ve disparando y ajustando el tiempo de exposición en cada toma.
Y listo. Ya solo queda el procesado
El procesado será tan sencillo o complejo como quieras (ya te adelanto que si quieres conseguir buenos resultados tendrás que dedicarle algo de tiempo), pero para cualquier procesado, necesariamente tienes que haber hecho las fotos.
Y ahora ya sabes cómo hacerlas con garantías.
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