Existen muchas formas de adquirir conocimiento aunque, sin duda, cometer errores es una de las más eficaces.
Refiriéndonos a la fotografía, muchos pensarán en la sobreexposición o subexposición, como los más habituales. Aunque, si bien es cierto que muchas fotos no están correctamente expuestas, creo que son otros los principales.
La lista podría ser interminable, tan larga como quisiésemos, pero en aras de evitar una lectura tediosa voy a relatar unos cuantos referidos a mi último viaje. No es el primero que hago -cámara en mano- y espero que no sea el último, pero aun así…
Uno por pereza
Esta es la fotografía del plano de una ruta que no hice. Simplemente vi un plano y supuse que era el de la ruta que acababa de realizar. Al llegar a casa comprobé que no era así. Creo que ilustra perfectamente lo que quiero decir con el primero de los errores: por pereza.
Es de esos que no deberían ocurrir, pero ocurren. Un error en la planificación, provocado por una mala interpretación de la documentación a la que accedí para la planificación del viaje, provocó que decidiese renunciar a la realización de determinadas fotos bajo la creencia de que en el sitio al que me dirigía tendría un paisaje similar y todo el tiempo necesario para afanarme en la tarea. ¡Ooops, sorpresa! Cuando en el destino solicité información sobre lo que consideraba cierto, resultó ser erróneo, con lo que perdí la oportunidad de realizar algunas fotos que me interesaban.
Conclusión: revisa la documentación, asegúrate. En este caso hablamos de 700 Km -6 horas de coche- aquí, al lado de casa. No es que vaya a regresar mañana, pero si esto te pasa en un destino a 9 horas de avión…
Uno viejo
La climatología nos puede jugar malas pasadas. En este caso me ayudó a conseguir una atmósfera mística de la ermita, pero impidió que pudiese realizar otras fotos que el día anterior no realicé. Ermita del Humilladero, donde Miguel de Cervantes ofreció sus grilletes de su cautiverio en Argel.
Pensar que lo tenemos todo controlado. Conocemos muchas técnicas, tenemos el equipo adecuado con las lentes adecuadas y, por supuesto, nos dirigimos al sitio adecuado para realizar las fotos que queremos.
Te das una paliza caminando por la montaña y haciendo fotos –obviamente-. Al final del día te subes al coche y tiras millas en dirección a tu lugar de descanso de esa jornada. Un alto, un mirador, un paisaje y mientras conduces ves el potencial, ves la foto y piensas en parar, en retroceder hasta ese mirador y realizar la foto. Pero estás sudoroso y cansado, deseando llegar, quitarte las botas y darte una ducha; total al día siguiente tienes que recorrer esa misma carretera en dirección contraria…
Pero resulta que el día siguiente amanece con una niebla densa y persistente, muy persistente. Tanto que cuando llega la hora de marcharte, persiste. Tanto que, cuando llegas al mentado mirador, paras, miras, pero no ves absolutamente nada. Solo la fe ciega te permite ver lo que el día anterior no has fotografiado.
Conclusión: Si ves algo que te gusta, para y haz la foto, no aplaces su realización pensando que… Para, haz la foto y no pienses.
Uno nuevo
Un día, sin motivo aparente, vas a hacer una foto y un extraño y confuso mensaje impacta en tu retina –ERR-. El disparador no funciona, la cámara no responde a muchas de sus funciones. Apagas, enciendes –primer principio de cualquier informático que se precie-; nada. Sacas la batería –informática avanzada-; nada. Te encomiendas al Dios que consideres oportuno; nada.
Entras en pánico.
En alguna página del manual aparecía el mensaje en cuestión, pero ¿qué significaba?.
Finalmente se trataba de un problema con una de las tarjetas SD, que nunca antes había tenido, con ningún equipo. Mi equipo tiene dos y cuando viajo suelo utilizar la segunda como backup de la primera. En cuanto detecté el error, sustituí ambas tarjetas por tarjetas nuevas. Al descargarlas en el ordenador verifiqué que el error ya se había producido anteriormente ya que en la tarjeta no se habían grabado todas las fotos que sí estaban en la otra.
Conclusiones: Lleva tarjetas de sobra. Toda precaución es poca; si el equipo te ofrece medidas de seguridad adicionales, úsalas. Por otro lado, llévate el manual cargado en el móvil; hoy no hay justificación para no hacerlo.
Uno tonto
A ISO 500 cuando debería haber utilizado ISO 100. En este caso no es muy grave.
Si visitas una iglesia, una catedral, una cueva, en general cualquier sitio en el que haya poca luz y no puedas utilizar flash, tendrás que subir la ISO. Pues bien, el famoso dicho de que todo lo que sube tiene que bajar, no funciona con la ISO.
Hay que implementar un procedimiento que te asegure que revisas de forma constante los parámetros de tu cámara. Mi equipo me permite guardar configuraciones -os aseguro que las uso- pero de vez en cuando no lo hago, me olvido de “resetear” la configuración: sea porque he recibido una llamada, porque me entretengo comentando, mirando, leyendo, hablando…; o simplemente, porque sí, sin más.
Conclusión: los errores tontos son los que más duelen, implementad un procedimiento para evitarlos. Nadie quiere hacer fotos a pleno sol con ISO 6400.
Uno para avanzados
En esta imagen se pueden observar las motas de polvo y pelusas en el sensor.
Así como el tonto, no solo lo comenten los principiantes, el avanzado solo lo comenten los que ya tienen cierto nivel.
Tiene que ver con el sensor y la suciedad. Mola llevar varios objetivos. Una réflex con lentes intercambiable: lo más.
Quita esta y pon aquella; ahora tele largo, ahora angular, ahora macro. Pero cuando descargas las fotos te das cuenta de que, además, te has traído el polvo de la montaña o casi toda la arena de la playa. Una suerte de puntos negros se muestran por toda la foto arruinándola, si no es a costa de una dedicación ingente de tiempo delante del ordenador para paliarlo, que no siempre arreglarlo. Y, por cierto, no depende de que dispares en RAW o en JPG. Tampoco depende de la frecuencia con la que cambias las lentes, aunque si las cambias a menudo tendrás más boletos para que te toque. Depende, sobre todo, de lo precavido que seas a la hora de realizar la maniobra de cambio: es imprescindible utilizar un buen método que garantice un cambio rápido, evitar cambiarlas en lugares con el ambiente polvoriento o con mucho viento...
Conclusión: Verifica la suciedad disparando a una superficie uniforme –o al cielo- de vez en cuando para asegurarte de que el sensor está limpio (con un diafragma muy cerrado). Claro, esto no sirve de nada si no llevas un kit de limpieza y te planteas su uso antes de la siguiente salida, mientras estás a tiempo de evitar liarla de nuevo.
Uno insufrible
El que inflingimos a quienes nos acompañan. Considerad que para aquellos a los que no les gusta la fotografía –mejor dicho, no realizan fotos durante el viaje porque delegan en nosotros- esperar a que hagamos fotos de un motivo, desde todos los ángulos posibles, puede ser tedioso, insufrible si la espera se multiplica por los sitios visitados.
Conclusión: no convirtáis un viaje vacacional –no siendo un viaje fotográfico- en un tedio para aquellos que os acompañan.
Mi sufrimiento
No poder estar muy temprano o muy tarde en las ubicaciones, en definitiva, no poder esperar a que la luz sea la adecuada.
En ocasiones el cielo me regala escenas a media mañana tan espectaculares como esta.
Conclusión
Por mucho que nos afanemos en controlar, siempre habrá algo que se escapa a nuestro control, por los motivos que sean. Pero hay errores reiterados sobre los que tenemos responsabilidad directa y, en consecuencia, sobre los que debemos aplicar un pequeño esfuerzo para mejorar como fotógrafos.
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