Después de estar todo un año tomando fotos a cada momento (por un Proyecto 365), el cansancio y el agobio hicieron que dejara de lado la cámara durante un tiempo. Al principio por descansar, después por pereza y al final, me di cuenta de que hacía meses que no hacía fotos. Cuando intentaba agarrar la cámara, conseguía pocas imágenes y que, además, no me gustaban especialmente. Así que llegué a la conclusión de que había entrado en algo que hacía tiempo que no experimentaba: una crisis creativa.
¿Qué Pasaba Por Mi Mente al No Poder Hacer Fotos?
Llevaba un año entero con la cámara a cuestas, haciendo mínimo una foto cada día y de la noche a la mañana, dejé de hacer fotos. Al principio era por descansar, un proyecto 366 es muy largo y al terminarlo, estaba bastante agobiada. Así que decidí descansar. Poco a poco, fueron pasando las semanas y mi cámara empezaba a acumular polvo. Hasta llegar al punto de que me daba pereza agarrar la cámara porque no hacía fotos y a la vez, no hacía fotos porque me daba pereza agarrar la cámara.
Y esta situación me agobiaba, echaba de menos hacer fotos pero si me lo proponía, no conseguía hacer nada que me gustara. Y cuando me di cuenta, habían pasado tres meses y apenas había hecho click. ¡Con lo que yo había sido! Fue entonces cuando me di cuenta de que había entrado en una crisis creativa.
La verdad es que hacía muchos años que no había tenido una de estas y ya no me acordaba lo que se sentía. Las crisis de este tipo son algo cíclico: la inspiración, la creatividad, viene y va. Entonces, ¿cómo se solventa una crisis creativa? En mi opinión, no se puede: tiene que pasar sola. Sin embargo, hay cosas que se pueden hacer para acelerar un poco este proceso natural:
1. Mira Muchas Fotos
Es un buen momento para cargar las pilas y descubrir nuevos fotógrafos que te inspiren. Mira fotografías, analízalas, aprende a mirarlas. Empápate de imágenes, ve a algún museo, lee libros de fotografía, mira documentales. Analiza la fotografía de las películas. Pero no lo hagas con la intención de imitar, de coger carrerilla para salir a hacer fotos. Hazlo todo por el simple gusto de apreciar arte, de empaparte de belleza. También puede serte útil mirar tus propias imágenes, para ver cómo has evolucionado en los últimos tiempos, piensa en cómo mejorarías tus fotos viejas, si ahora las harías de una manera distinta... Si estás en un período poco productivo, utilízalo para inspirarte.
2. Conoce Gente Nueva
Sal a buscar gente que viva la fotografía (que no es lo mismo que vivir DE la fotografía, cuidado). Puedes probar con gente que viva este arte de tu misma manera (osea, que haga fotos "parecidas" a las tuyas) y con gente que la viva de una manera distinta. Acompáñalos a hacer fotos (con o sin tu cámara), sólo para verlos trabajar, para que te expliquen qué hacen con la cámara y que te enseñen sus resultados. Quizás no es algo automático, pero con el tiempo, te acabarán despertando el gusanillo fotográfico otra vez. Así que buscar a alguien que disfrute haciendo fotos, puede ser una buena manera de recuperar "la alegría de fotografiar".
3. Empieza Un Proyecto Nuevo
Puede parecer un poco contradictorio: si no haces fotografías, ¿cómo vas a crear un nuevo proyecto? En realidad sí tiene sentido. Por dos razones:
- Si encuentras algo que te guste lo suficiente como para crear un proyecto fotográfico a su alrededor, seguramente termines animándote a hacer más y más fotos para ir ampliando el proyecto. Así que puede darse el caso de que, con el tiempo, te ayude a salir del período poco productivo en el que te encuentres.
- Por otro lado, el hecho de mantener un proyecto fotográfico vivo, te obligará a hacer fotos. Quizás, salir a hacer fotos de una manera "obligada" no sea la mejor manera de salir de una crisis de este tipo. Sin embargo, si encuentras un proyecto que te anime lo suficiente, el hecho de "obligarte" a hacer las primeras fotos será sólo el inicio.
En mi caso, por ejemplo, he llegado a estrenar dos proyectos nuevos en plena crisis fotográfica. Y firmemente creo que ha sido gracias a estos nuevos proyectos que me han ocupado y obligado, en cierta medida, a volver a agarrar la cámara que he llegado a superar o, mejor dicho, a terminar con la crisis creativa que me tenía preocupada.
4. Permítete Un Capricho
Si te lo puedes permitir, hazte un regalo. No hace falta que sea una gran inversión, ni que renueves tu equipo entero. Basta con comprar algún complemento con el que puedas descubrir una nueva manera de hacer fotografía: puedes adentrarte en la fotografía macro si nunca antes lo has intentado, comprarte un reflector para probar una nueva manera de iluminar tus retratos o, simplemente, renovar la correa de tu cámara.
Esto último fue lo que yo hice: compré una correa especial para llevar la cámara a modo de bandolera, de manera que no hace falta que la guarde a cada momento en la funda o que la lleve colgada del cuello (cosa que siempre me ha sido bastante incómoda). Con esta nueva correa, siempre tengo la cámara en la mano así que la pereza de sacar la cámara de la funda no existe y por lo tanto, hago muchas fotos que antes no hubiera hecho por eso, por pereza.
5. ¿Qué Tal un Viajecito?
No te preocupes: no hace falta que vayas a dar la vuelta al mundo para recuperar tu inspiración. Con salir a dar una vuelta por algún sitio que no veas a diario bastará. Pasar un día en la montaña o un fin de semana en otra ciudad puede despertarte, de nuevo, las ganas de usar tu cámara, pues tus ojos verán cosas nuevas que, probablemente, te llamen la atención.
6. Rompe Con Tu Estilo
Si estás acostumbrado a hacer un tipo de fotografía concreto, prueba a dejar de hacerla. Investiga nuevas maneras de usar tu equipo. Experimenta con el blanco y negro, con el macro, con la fotografía urbana. Busca nuevas maneras de expresar lo que puedas llevar dentro. Haz fotografías que nunca antes habrías pensado que harías. Sal de tu "zona de confort", es decir, deja de hacer aquello que "se te da bien" para poder llegar a descubrir otros mundos fotográficos que puedan llegar a ser muy inspiradores y que, incluso, pueden llegar a darte un nuevo futuro sorprendente en la fotografía.
Quizás un buen cambio sea abandonar el universo digital y sumergirse (de nuevo o por primera vez) en el maravilloso mundo de la fotografía química, la de carrete.
7. Pero lo Más Importante Para Superar Una Crisis Fotográfica Es...
No fuerces la maquinaria. ¿No tienes ganas de hacer fotos? Pues no las hagas. Sí, es cierto que hemos estado diciendo que forzarte a hacer fotos puede sacarte de la crisis, a tu elección está el hacerlo o no. De todas formas, si lo planteas como un período de descanso (en vez de una crisis creativa o fotográfica) seguramente aproveches mejor tu tiempo y además, evitarás los agobios y el sentirte mal por no poder hacer fotografías. Aprovecha este descanso momentáneo para hacer otras cosas: inspirarte, ordenar tus ideas, ampliar conocimientos, empezar otros hobbies... Lo importante para superar una crisis de este tipo es, precisamente, olvidándote de que estás pasando por ella.
¿Nos das tu propio consejo?
¿Has pasado últimamente por una crisis de estas? ¿Tienes tu propia receta para superarlas?