Cuando empezamos a hacer fotografías, todos queremos llegar a ser mejores fotógrafos. Aunque no tengamos intención de dedicarnos profesionalmente a ello, aunque queramos que se quede en una mera afición que nos ayude a expresarnos o a alejarnos, en cierta manera, de la realidad que nos rodea. El caso es que, para conseguir mejorar en esta disciplina artística hay una serie de comportamientos que deberíamos dejar de lado pues nos limitan muchísimo a la hora de crear arte. ¿Quieres saber cuáles son?
Confiar en la Suerte
Esto se da, sobre todo, cuando empezamos. Cuando todavía no dominamos el lenguaje fotográfico y/o nuestra cámara. Seguro que más de una vez te ha pasado, has empezado a hacer fotos y, de golpe, te ha salido una imagen buenísima que no sabes ni cómo has podido captarla. Ser mejor fotógrafo significa, entre muchas otras cosas, saber exactamente qué pasa cuando haces click y, también, qué es lo que hace una foto sea buena o mala. No es propio de buenos fotógrafos hacer fotos buenas "sin saber cómo". Es decir, no es propio de los buenos fotógrafos confiar ciegamente en la suerte. Las buenas imágenes, por norma general, deben trabajarse siempre. Y la única manera de trabajar una foto es sabiendo qué es lo que tenemos delante, qué es lo que queremos conseguir, cómo debemos trabajar a nivel de composición para conseguirlo y, sobre todo, saber cómo funciona el equipo fotográfico que tenemos en las manos para poder plasmas aquello que tenemos en la mente. Por supuesto, esto no significa que la suerte no tenga ningún papel en las imágenes de un buen fotógrafo: todos tenemos grandes golpes de suerte y hay fotografías "improvisadas" muy buenas. Pero de la misma manera que el gran Picasso dijo que prefería que la inspiración le pillara trabajando, la buena suerte debe pillarte preparado. ¡Es la única manera de poder aprovecharla!
Disparar a lo Loco
Ya se ha hablado mucho sobre esto, y es que es uno de los grandes vicios que ha traído la fotografía digital: el carrete no se termina, así que no hay miedo de disparar, disparar y disparar. Y algo bueno saldrá. Eso no es hacer fotografías, es disparar una metralleta. Cuando nuestra intención es llegar a ser mejores fotógrafos deberíamos pararnos a pensar qué estamos haciendo. Pensar cada foto o, al menos, ser consciente de lo que estamos disparando. Esto tiene que ver un poco con el punto anterior: utiliza tu cámara de fotos como un pintor utilizaría su pincel, siendo consciente de que cada movimiento tiene una consecuencia en el resultado final de la imagen. ¿El secreto para no encontrarte disparando a todo lo que se mueva? Relájate, tómatelo con paciencia, regálate un tiempo para pensar si la mejor foto que puedes tomar a aquello es la que estabas a punto de hacer. Si te ayuda, también puedes ponerte un límite de fotos a tomar en una salida fotográfica, como si dispararas con un carrete. Este es uno de los ejercicios que más me ayudaron a mí, ¿te atreves?
No Imprimir Fotografías
Otro de los vicios de la fotografía digital: nos hemos acostumbrado a ver nuestras imágenes, siempre, en una pantalla. Y la verdad es que una fotografía no se ve igual en papel que en digital. No sólo por la calidad de impresión o por las sensaciones que te puede producir el hecho de tener tus fotografías físicamente en las manos. El hecho de ver las imágenes en un formato tan distinto puede hacer que aprecies cosas que se te habían pasado por alto a la hora de valorarlas un medio digital. Escoge tus mejores fotos, busca un buen laboratorio fotográfico e imprime. Observa con calma, ordena, descarta. Además, de este modo, poco a poco irás haciéndote tu propia colección fotográfica con tus mejores imágenes!
No Leer Libros de Fotografía
En la era en la que vivimos, donde todos estamos permanentemente enganchados al ordenador, el smartphone o la tablet, deberíamos dejar un tiempo para volver a nuestros antiguos compañeros: los libros. Es incontable la cantidad de libros que existen que tratan de la fotografía como tema principal. Pero los libros verdaderamente importantes, a mi parecer, son aquellos que no tratan de la técnica. La técnica fotográfica básica es muy sencilla: si sabes exponer bien y tienes buen ojo a la hora de componer, tienes medio camino hacia llegar a ser un buen fotógrafo hecho. La práctica es el otro medio camino. Con leer uno o dos libros de técnica fotográfica podría bastar para tener una base muy bien formada sobre este arte, si terminamos de complementarlo con la interminable cantidad de información que somos capaces de encontrar en internet hoy en día, nuestra formación fotográfica puede llegar muy lejos. Sin embargo, existe una serie de libros en los que sus autores hablan de fotografía sin hacer especial mención a la técnica. Son libros que te permiten reflexionar sobre las imágenes, profundizar en la fotografía. Estos son los libros que te ayudarán a crecer como fotógrafo una vez ya tengas toda la teoría asentada. Busca libros que hablen de narrativa fotográfica, o sobre la visión o la mente del fotógrafo. Estos libros te ayudarán a verlo todo de otra manera y, por lo tanto, te ayudarán a mejorar tus fotografías. Empaparte de conocimiento fotográfico nunca puede centrarse en, sólo, ver imágenes en internet. Leer libros, ver películas, acudir a exposiciones... Todo ello te ayudará a ser mejor fotógrafo.
Seguir Ciegamente las Reglas
Sean éstas cuales sean: de composición, de presentación, de exposición... En el arte no hay reglas. Como mucho, pequeñas directrices orientativas que te pueden ayudar en un momento de duda a conseguir un resultado más agradable a nivel visual. Pero en ningún momento deberías dejar que ellas te hagan la fotografía. Lo mejor que puedes hacer con una regla es aprenderla, saber usarla, entender qué te da y, llegado el momento, saber romperla. No vale romper una regla "porque sí", se tiene que hacer a conciencia, con razón. A lo largo de tu vida fotográfica, descubrirás que hay reglas que te cortan las alas. Verás que, en ciertos momentos, si quieres expresar algo, no podrás hacerlo siguiendo las reglas. Si sabes cómo funcionan las reglas, si las conoces, si sabes aplicarlas correctamente, sabrás cuándo y cómo romperlas para conseguir mejores resultados.
Centrarte Demasiado en la Técnica
Una fotografía, para ser buena, debe estar perfectamente enfocada, perfectamente expuesta, perfectamente compuesta. No es cierto. Una fotografía puede ser buena aun siendo borrosa, trepidada o con defectos en la composición. Esto es algo que yo, personalmente, he aprendido a lo largo de este último año: centrarte en exceso en la técnica puede hacer que tus fotografías sean menos expresivas o, en el peor de los casos, que pierdas la oportunidad de hacer algunas fotos concretas. Líberate de ese peso que es el querer hacerlo "bien". ¿Qué significa todo esto? Significa que cuando salgas con tu cámara a hacer fotos, debes ser tú (y no tus profesores de fotografía, amigos fotógrafos, o cualquiera que haya influido en tu formación artística) el que haga las imágenes. La técnica, igual que las reglas de las que acabamos de hablar, cuando es bien sabida, se aplica de manera automática. Cuando tú, como fotógrafo, decidas que es más importante el momento que estás captando que la propia técnica fotográfica o, incluso, que el hecho de hacer una fotografía desenfocada, trepidada, o "mal compuesta" (a ojos de la técnica, por supuesto), estarás creando. Y, seguramente, tus imágenes terminen por tener más significado. Por supuesto, si expones tu trabajo al gran público (publicándolo, por ejemplo, en una galería en internet), siempre habrá quién te diga "esta foto está trepidada". Pero créeme, las personas que de verdad sepan apreciar la fotografía como un arte, sabrán ver que aquello que para otro es un error, en realidad es todo un acierto.
La Conclusión de Todo Esto
Sólo hay una manera de llegar a ser un buen fotógrafo: aprendiendo fotografía. Pero aprender fotografía no significa saber exponer o conocer todas las reglas de composición. Significa saber distinguir una buena foto de una no tan buena, saber conseguir con la cámara aquello que tenemos en la cabeza. Ser conscientes del proceso fotográfico en general. Y esto se consigue haciendo fotografías, viendo fotografías, leyendo sobre fotografía, reflexionando sobre fotografía, experimentando con tu cámara y con tus propias imágenes. No dejes que nadie te diga que estás haciendo algo mal. Porque si lo estás haciendo expresamente, siendo consciente de que es la única manera de conseguir aquello que buscas, no lo estás haciendo mal. Lo estás haciendo perfecto.
¿Y a ti? ¿Se Te Ocurre Algo Más?
¿Has dejado de hacer algo y eso te ha convertido en mejor fotógrafo? ¿Crees que alguna de las cosas mencionadas en el artículo no son determinantes para llegar a ser mejor fotógrafo? ¡Exprésate en los comentarios!