Y es que existen muchas cosas que no suelen hacerse pero que pueden dar mucho juego… ¡Qué gran verdad! Vamos a realizar un completo repaso a algunas de ellas, son esas decisiones que nos cuesta tanto tomar porque cuando comenzamos a aprender fotografía nos dijeron que no era lo recomendable, porque cuando decidimos innovar nos advirtieron que ése no era el camino. Llega un momento en el que ya no necesitamos que nadie nos diga que algo está bien o mal, tenemos la suficiente madurez como para tomar nuestras propias decisiones, nos apoyamos en hombros de gigantes y ¡continuamos trazando nuestro propio camino!
Y no podría finalizar la introducción sin la que, bajo mi punto de vista, es una de las grandes frases célebres de todos los tiempos, el mejor consejo que os podría dar Peter Lindbergh “Sé atrevido, sé diferente, sé poco práctico, sé cualquier cosa que asegure tu objetivo y tu visión imaginativa frente a los jugadores seguros, las criaturas comunes, los esclavos de lo ordinario"
Sé Diferente
¿Ubicar el sujeto en los puntos fuertes? ¿No cortar pies, ni cabezas? ¿Maximizar la profundidad de campo y evitar las trepidaciones? ¡Eso está muy bien! Tal y como apuntaba en la introducción, son pequeños detalles que hemos ido asimilando en nuestra maduración como fotógrafos pero que no deben suponer, en ningún caso, una barrera para la experimentación.
Los barridos de sujetos estáticos (como los árboles de este bosque), pueden ofrecernos un gran campo de experimentación. Fotografía de Dirk Wallace
¿Qué tal si seguimos el consejo de Lindbergh y nos atrevemos a ser diferentes, poco prácticos e imaginativos? Vamos a intentar meter las tijeras por donde no se suele cortar, vamos a intentar enfocar donde nos dijeron que no se debía y vamos a mover la cámara en contra de la lógica habitual, ¿comenzamos?
¡Corten!
Conocer hasta dónde debemos llevar el encuadre, qué incluir, qué no, resulta cuanto menos un quebradero de cabeza en más de una ocasión. Vamos a centrarnos en la fotografía de retrato para ejemplificar este apartado pero, ¿qué tal si hacemos primero un breve repaso a los cortes que sí se consideran válidos o habituales?
En planos de cuerpo entero
Cuando nos enfrentamos a retratos donde el modelo aparecerá de cuerpo entero únicamente deberíamos tener en cuenta:
- No cortar pies ni cabeza
- Incluir también las manos
En planos medios
Al cerrar el plano las cosas se complican, ahora deberíamos decidir a qué altura sería aconsejable cortar a nuestro protagonista, ¿tobillos? ¿Rodillas? ¿Cadera? ¿Por encima o debajo de estos puntos? ¡Vamos a verlo!
- Evitar pies y tobillos, mejor a la altura de la espinilla
- Las rodillas son mala opción, mejor justo por encima de ellas.
- A la altura de la cadera, sí.
- Evitar cortes de dedos y palmas, también los codos. A la altura del bíceps, sí.
En planos cerrados
Los planos cerrados de rostros también tienen sus “reglas” o zonas que respetar:
- Puedes respetar la cabeza entera con un corte justo por encima de los hombros
- Si cerramos aun más, podemos cortar la cabeza en la parte superior, hasta la frente por ejemplo.
- No cortar los ojos
- Cerrando todavía más, podríamos incluso cortar parte de la barbilla efectuando un plano extremadamente cercano que popularizó el director Sergio Leone en varios de sus “Westerns”.
Rompiendo las reglas
Saltándonos las reglas, en esta versión de una de mis fotografías decidí cortar por debajo de los ojos para enfatizar los rasgos de la boca y las pecas. Fotografía de Javier Millán
Cuando lo habitual hubiera sido no cortar parte de la cabeza, en esta ocasión decidí llevar el corte casi hasta el ojo mas alejado para potenciar la mirada y el gesto. Fotografía de Javier Millán
Cuestión De Foco
El “punto de foco” o “punto nítido” de nuestras imágenes resulta un recurso de vital importancia en el lenguaje visual. Tenemos, incluso, la opción de enfocar todos los planos o centrarnos en alguno de ellos (variando la profundidad de campo) con lo que las opciones se multiplican. ¿Distancia hiperfocal en paisajes? ¿Foco clavado en los ojos? ¿Enfocar siempre el primer plano? ¡Sí! Pero en el artículo que nos ocupa pretendemos ser diferentes, desmarcarnos de lo habitual. ¿Y si os dijera que también es una posibilidad no enfocar nada? En principio puede parecernos una completa temeridad pero, si conseguimos profundizar y dar una base lógica a lo que hacemos, ¡todo vale! El terreno de lo onírico, las sensaciones mediante simples manchas de color o contemplar directamente los objetos en su versión desenfocada, ¡es también una opción!
Jenny Downing decidió con acierto no enfocar el gato, creando así cierto diálogo entre la red y su silueta, casi icónica.
Han sido numerosos los autores que a lo largo de la historia han optado por el desenfoque como recurso para aportar aires de melancolía o romanticismo a sus imágenes, recordad a Robert Capa y su “Slightly out of focus” o ligeramente desenfocado.
El desenfoque completo de la imagen, si se utiliza correctamente, puede crear fotografías con carga extra de sentimiento. Fotografía de Kubina
Los ligeros desenfoques en rostros crean cierto halo de romanticismo. Imagen de Porsche Brosseau
Cámara y Movimiento
¿Qué decir del movimiento? Una de las primeras cosas que aprendí en fotografía era que había que estabilizar la cámara, ¡esa imagen está trepidada! ¿Os suena la frase? Toda esta continua doctrina por la perfección me llevó enseguida a cuidar la nitidez de mis imágenes, ¡bien! Sin embargo, los procesos creativos van evolucionando y ahora que tengo claros todos los aspectos necesarios para que mis imágenes gocen de total y absoluta nitidez, ¿por qué no experimentar?
Los golpes de zoom no son habituales pero, en esta ocasión, Reborg supo utilizarlo de forma correcta.
Seguro que habéis oído hablar del barrido (seguir objetos en movimiento) o el zooming (realizar zoom con velocidades de obturación bajas) pero, ¿os habéis planteado alguna vez practicar esta técnicas sin fijar un punto de foco? Existe actualmente un ejercicio que, al menos a mí, me parece especialmente interesante: Fotografía de bosques con barridos verticales, ¡vamos a ver algún ejemplo!
Interesante barrido de corte pintoresco. Fotografía de Daniel Stark
¡Un Toque Diferente!
Hemos hablado de cortes, foco y movimiento pero apuesto a que existen multitud de “técnicas” con las que innovar. Una de las que me ha llamado siempre especialmente la atención ha sido la fotografía de paisajes ¡añadiendo vaselina al filtro! Fue a través del libro “El fotógrafo en la naturaleza” de José B. Ruiz donde tuve noticias por primera vez sobre esta peculiar forma de fotografiar, se trata del “efecto flou”. Antes de dármelas de entendido en la materia (nunca llegué a practicarla) os aconsejo visitar uno de sus artículos “Trucos del fotógrafo” donde además podréis familiarizaros con curiosidades como “nieblas a medida” ¡también mediante el uso de filtros!
Y vosotros, ¿habéis innovado en alguna ocasión con técnicas especiales? ¿Os habéis saltado las reglas? ¿Alguna cosa que no suela hacerse pero que pueda dar mucho juego?
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