¡Click! (sonido del obturador). ¿Cuántas veces escuchas este sonido cuando realizas una escapada fotográfica? ¿Eres de los que dispara sin parar? ¿Piensas que llevarte a casa 1.000 fotografías es mejor que llevarte 50? En este artículo vamos a analizar por qué a muchos fotógrafos nos invade la necesidad de disparar un gran número de tomas en cada una de las sesiones que realizamos, y cómo podemos combatirla con el objetivo de desgastar menos nuestro equipo y conseguir resultados con más sentido.
Disparando a Diestro y Siniestro
¿Has tenido alguna vez la sensación de que disparas fotografías a todo aquello que se mueve? ¡E incluso a lo que no se mueve también! Este síntoma que afecta sobre todo a quienes se inician en la fotografía, pero también a fotógrafos que ya llevan un tiempo de experiencia, puede llegar a convertirse en un problema. Piénsalo, cantidad de gigas y gigas de fotografías almacenadas en nuestros discos duros que difícilmente revisaremos más de una vez, y que sinceramente, la gran parte de ellas, no nos aportarán ningún valor emocional.
Lo sé, es difícil aprender a ser selectivo, pero es nuestra mejor vía ya no solo para ahorrar espacio en nuestros discos duros, o tiempo editando nuestras imágenes, sino que es sobre todo importante porque nos ayudará a mejorar como fotógrafos.
¿Qué Razones nos Empujan a Disparar un Gran Número de Fotos?
Ahora que sabemos cuál es nuestra debilidad, es el momento de afrontarla, y para ello lo primero que tenemos que analizar es por qué ocurre. ¿Cuáles son las razones por las qué disparamos tantas fotos? Las más obvias, podemos decir que son:
- Llevarnos un recuerdo y documentar la experiencia que hemos vivido o el lugar en el que hemos estado.
- Asegurarnos de que hemos cogido el mejor encuadre/el mejor foco/la mejor luz/etc.
- No perdernos el momento exacto.
- Probar diferentes ópticas.
- Pensar que todo lo que fotografiamos es bonito.
- Estar emocionados porque estrenamos cámara o equipo.
- Porque no "cuesta" dinero, algo que sí que ocurría cuando revelábamos en analógico nuestras fotos.
Aprende a Ser Selectivo
Esta frase te la he dicho muchas veces, y a riesgo de parecer pesada, te la volveré a decir: Menos es más. Es preferible tener un número de fotos menor, pero que esas fotos nos transmitan algo o tengan una razón de ser, que disparar cientos de fotos sin sentido, simplemente haciéndolas por hacer.
Podríamos decir que hay una diferencia entre "disparar" y "hacer" una foto. Puede que haya otros términos más precisos, pero lo que quiero decir es que una cosa es ver una escena bonita, levantar la cámara y echar la foto sin más; y otra muy distinta es analizar el entorno, estudiar la luz, tener la paciencia de esperar el mejor momento, definir nuestro centro de interés, transmitir una idea... y entonces, solo entonces, pulsar el botón de disparo. No todas nuestras capturas deben cumplir todos estos puntos, está claro, pero hablamos de que se produce un ejercicio de análisis a la hora de hacer una foto, no la tomamos sin más. A esa diferencia es a la que me refiero entre disparar y hacer una foto.
Obviamente eso conlleva más tiempo de ejecución, y por tanto menos cantidad de fotos. ¿Pero no te merece la pena reducir la cantidad a cambio de conseguir que ese número limitado de imágenes tenga un sentido? ¿que no sean buenas por mera casualidad, sino porque tú has contribuido a ello?
Un buen fotógrafo no se pasa las 24 horas disparando tomas, sino observando, y solo cuando algo verdaderamente le inspira le emociona, entonces disparará la fotografía.
Haz la Foto, pero Vive el Momento
No vivas a través de la cámara. Seguro que más de una vez os han dicho en un viaje que estabais más atentos a lo que se veía en la cámara que al propio paisaje que teníais ante vosotros. Es cierto que en muchas ocasiones el hecho de llevar la cámara con nosotros nos conduce a observar concienzudamente el entorno en busca de algún detalle que capte nuestra atención, y eso es bueno. Lo que no es tan bueno es que estés tan pendiente de llevarte esa experiencia recogida en forma de foto, que te pierdas lo que tienes delante de ti.
Hay un momento para todo, y te aconsejo que cuando estés en una situación así, te guardes la cámara aunque sea unos minutos para disfrutar plenamente del momento y del entorno. Imagínate en un atardecer. Seguro que conseguirás una preciosa fotografía, pero no te pierdas la sensación de apartar la vista del visor y dirigirla al cielo, a la forma de las nubes, a su color... Al igual que en una noche estrellada. Consigue tu fotografía de la vía láctea, pero no te olvides de guardarte un momento para tumbarte en el suelo y contemplar el espectáculo que te ofrece el cielo nocturno.
Nuestra memoria no guarda imágenes tan nítidas como lo hace nuestra cámara, pero cuando recuerdes aquel momento, la sensación que tendrás al recordar ese instante, será todavía más poderosa.
Hay una película en la que en una de sus escenas se muestra esto perfectamente. El título del largometraje es La Vida Secreta de Walter Mitty, y en dicha escena el protagonista está junto a un fotógrafo de reconocido éxito. Ambos se encuentran en un escenario en el que el fotógrafo va a capturar la que probablemente sea una de sus mejores capturas, sin embargo, decide no dispararla. ¿Por qué? Porque a veces, cuando algo te llena plenamente, puedes optar por vivirlo y no dejar que la cámara te distraiga. A continuación, te dejo la escena.
Siente Tus Fotos, Exprésate con Ellas
Otra de las claves que nos ayudará a limitar nuestro número de disparos y que tiene mucho que ver con el punto anterior es sentir algo cuando disparamos. No podemos conseguir una fotografía expresiva y llena de emoción, si antes no la hemos experimentado nosotros.
Enfréntate a la escena que quieres capturar, ¿qué quieres sacar de ella? ¿te transmite algo? No dispares solamente porque te parezca una imagen bonita. Dispara porque esa imagen te transmite algo, te hace pensar o sentir, te cuenta una historia...
Si cuando miras a través del visor descubres que no sientes nada, entonces sigue tu camino y no dispares la toma. Si sigues disparando sin más, no solo estarás contribuyendo a que la mayoría de tus fotografías carezcan de fuerza expresiva, sino que estarás cada vez más alejado de encontrar la creatividad.
Alarga la Vida de Tu Cámara
Otro punto importante y no tan emotivo como los anteriores, es que limitando tus disparos estarás alargando la vida útil de tu cámara. Ya sabes que una cámara no dura eternamente, tiene un número de disparos máximo, tras el cual, dejará de funcionar.
Tranquilo, que no cunda el pánico que ese número es muy elevado (alrededor de los 100.000 disparos o incluso más), pero es algo que tenemos que tener presente.
Preguntas Clave que Deberías Hacerte
Algunas preguntas que puedes plantearte y te ayudarán a comprender que disparar menos fotografías es una sabia decisión, son:
- ¿Disparas más porque no pagamos el revelado de las fotos como sí que lo hacíamos antes? Está claro que ahora no hace falta limitarnos a los 24 o 36 disparos que nos dejaba el carrete, pero no por ello hace falta disparar 500 fotos. Si con 50 puedes resumir o transmitir lo que quieres de una sesión, no hace falta disparar más. Créeme que ahorrarás mucho tiempo en edición.
- ¿Cuántas de las fotos que has hecho vas a editar y procesar? Seguro que hasta tú eres consciente de que no serán todas ni mucho menos, no al menos si disparas 1.000 fotos en una sesión. Si reduces el número, entonces probablemente sí que puedas responder "todas" a esta pregunta.
- ¿Ordenarás tus fotos? Por muy digitales que seamos, a nuestro disco duro le pasa como a nuestra casa... si quieres encontrar algo, es mejor que la tengas ordenada. Así pues, te resultará mucho más sencillo ordenar tus fotos si no tienes miles de ellas.
- ¿Borras aquellas que han salido mal o están repetidas? Otro punto esencial y que tiene que ver con el orden del que hablábamos antes. No es lo mismo revisar 50 fotos que 500, ¿verdad? Esa selección de lo mejor, puede ser mucho más rápida y sencilla si el conjunto de imágenes que tienes que revisar no es tan grueso.
- ¿Las compartirás a alguna plataforma online? Esta pregunta nos ayuda a reflexionar, ya que cuando subimos imágenes a internet, sea a la plataforma que sea, lo suyo es que no compartamos 50 fotos de la misma sesión, las cuales probablemente serán muy similares. Es mejor que selecciones las 5 mejores y solo compartas esas. Y para hacer esa selección, te será mucho más cómodo no tener tantas fotos entre las que elegir.
- ¿Imprimirás algún álbum? Antes de disparar a lo loco, piensa en qué tipo de fotos quieres incluir en él. Si vas añadir de diferentes sesiones, te será mucho más sencillo elegir entre una pequeña selección, que entre las cientos de fotos de una colección sin revisar.
Mientras Tanto... ¿Qué Puedo Hacer?
Conseguir realizar las fotos necesarias y no disparar sin ton ni son es algo que no conseguiremos de la noche a la mañana. Es un proceso lento, por eso aquí te dejo unos cuantos consejos para que los tengas en cuenta hasta que consigas llegar a tu meta.
1. Planifica y Limita el Tiempo de la Sesión
El primer paso es que planifiques previamente la sesión. No llegues al lugar y empieces a disparar sin pensar todo aquello que ves. Estudia previamente la localización a la que vas a ir, cuáles son las mejores horas de luz, qué puntos concretos son los que quieres inmortalizar... y para ello no hace falta que acudas un día antes al lugar, sino que puedes valerte de Internet y visitarlos en Google Maps, app's como Photopills e incluso blogs de otras personas que hayan estado en él antes.
Cuando llegues el día de la sesión tendrás un esquema mental de lo que puedes encontrarte y de lo que no quieres dejar escapar sin fotografiar, teniendo las cosas mucho más claras. Además, también te ayudará a reducir el número de disparos y ser más selectivo el tener previsto un tiempo concreto para fotografiar cada localización.
2. Sé Precavido y Lleva Equipo de Repuesto
Cuando disparamos muchas fotos hay dos elementos básicos de nuestro equipo que se agotan con mayor facilidad: las tarjetas de memoria y las baterías. Por ello es altamente recomendable que siempre lleves alguna de repuesto para no quedarte a medias en la sesión.
Respecto a las tarjetas, una buena forma de empezar a ser más selectivo es que utilices tarjetas de poca capacidad, y te propongas el reto de no llenarlas. Lleva siempre alguna más por si acaso, pero de este modo serás más exigente y empezarás a distinguir entre las fotos que quieres guardar de verdad, y las que no.
3. Almacenamiento Externo para Sesiones Largas
Si la sesión se va a alargar varios días, como en un viaje por ejemplo, es aconsejable que lleves también almacenamiento externo. Puedes llevar varias tarjetas, pero si eres de disparo fácil probablemente te quedarás sin espacio suficiente, así que un disco duro externo para ir volcando las copias a medida que acaba la jornada puede ser tu salvación. Aunque recuerda, el objetivo es que no tengas que llegar a hacer uso de él, solo es un "por si acaso".
4. Limita los Accesorios que Vas a Emplear
En nuestras mochilas solemos llevar diferentes accesorios para trabajar: filtros ND, filtros polarizadores, flashes, reflectores... si éstos son esenciales para nuestra sesión, estupendo, pero si los llevas por llevar, lo que suele ocurrir es que haces el doble de fotos porque las haces con y sin accesorio.
Igual que con las lentes. Si eres de los que lleva muchas, o tiene un objetivo que cubre un gran rango focal, seguro que acabas disparando la misma foto con todos ellos, o con varias de las distancias focales que nos ofrece nuestro todoterreno.
Para estos casos, lo mejor es establecer límites. Por ejemplo, si estamos en una ruta de un viaje, hacer el camino hacia adelante con un angular, y a la vuelta cambiarlo por un tele, por ejemplo, pero no estar cambiando cada dos por tres la lente. Si lo hacemos así, nos dará tiempo a cambiar el chip y buscar motivos que se adecúen más al tipo de lente que llevamos, alejándonos de repetir simplemente una misma toma con dos focales distintas.
5. Intenta Comunicar Algo
Intenta no perder de vista este detalle. Nuestro propósito es contar historias con nuestras fotografías, transmitir sensaciones y sentimientos, hacer pensar, llevarnos hasta un recuerdo... Si vas a disparar una toma que no te ayudará a sentir nada de esto, entonces es que no merece al pena.
Encuentra una Razón para Disparar tu Próxima Fotografía
La fotografía digital amplía de forma abrumadora los límites de disparos que podemos hacer con nuestras cámaras y aun coste bajísimo, pero eso muchas veces nos lleva a realizar fotos vacías con las que no sentimos nada. Aprender a ser exigentes y selectivos es un proceso que lleva tiempo, pero sin duda es positivo, no solo porque ahorrarás tiempo editando las tomas o espacio en tus discos duros, sino que ser selectivo te ayudará sobre todo a mejorar como fotógrafo, a capturar aquello que de verdad te transmite algo.
Y aún así, con todo ello, no te olvides nunca de que es importante que dejes espacio en tu vida para la fotografía si ésta te apasiona, pero no un espacio a la vida en tu fotografía. Aprende a reservar pequeños instantes para disfrutar también del momento.