¿Eres principiante y todavía no tienes claro el significado de las siglas básicas de un objetivo? ¿Sigues sin entender del todo conceptos esenciales como la distancia focal, la apertura máxima o la distancia mínima de enfoque de una lente?
Como fotógrafo es fundamental el conocimiento del propio objetivo, porque saber las virtudes y limitaciones de una lente te permitirá hacer mejores fotos (o no hacerlas peores), del mismo modo que te ayudarán a conocer tu cámara.
En el artículo de hoy vamos a comprender, de una vez por todas, las cuestiones fundamentales que necesitas saber sobre una lente. Dejaremos de lado los tecnicismos complicados para explicarte de forma sencilla y con ejemplos prácticos cómo son tus objetivos.
¿Conoces de Verdad tus Objetivos Fotográficos?
No hay nada peor que no estar familiarizado con tu cámara o con tu lente y ver cómo pasan delante de ti oportunidades irrepetibles que no has aprovechado. Debes asumirlo, cuando decides comprar una cámara con lentes intercambiables lo de apuntar y disparar ya no te servirá.
Ahora tienes que usar varias lentes con unas especificaciones técnicas concretas que serán diferentes entre ellas. Son muchas las características que un objetivo puede tener y que definirán tanto su calidad como su rendimiento en diversas situaciones y para cada tipo de fotografía.
Si al mirar las características de un objetivo te entran sudores fríos porque no entiendes del todo qué es cada cosa, este es tu artículo. Lo que vamos a hacer es explicar cuáles son las cuestiones fundamentales comunes que incluyen la mayoría de objetivos que encontrarás en el mercado actual. ¡Empecemos!
#1. Distancia Focal
La distancia focal será la característica principal de un objetivo. Se mide en milímetros (mm) y nos indica la longitud física que habrá entre el sensor de la cámara y el centro óptico de la lente que tenga el objetivo.
Esta medida nos va a indicar lo amplio o lo reducido que es nuestro ángulo de visión a la hora de tomar fotos. Cuanto más cerca está el sensor del centro óptico (menos mm tiene la lente) más alejada se verá la escena, como ocurre cuando miramos a través de un objetivo gran angular.
Mientras que, cuanto más lejos está el centro óptico del sensor (más mm tiene la lente), más cercana se verá nuestra escena o nuestro sujeto/objeto fotografiado, como al mirar a través de un teleobjetivo.
Por lo tanto, conocer los milímetros que tiene una lente (un 50mm, un 24mm o un 90mm) nos ayudará a saber qué ángulo de visión podremos fotografiar, es decir, la cantidad de escena que podremos abarcar en nuestra composición.
Este gráfico te ayudará a comprender el concepto. En él podemos ver la relación entre distancias focales (mm de un objetivo) y el ángulo de visión que nos permite captar cada uno. Cada color nos indica la magnitud del ángulo y el tipo de fotografía más utilizado en cada caso.
Hagamos ahora una prueba de campo con diversos objetivos para acabar de comprender qué es la distancia focal. Utilizaremos la misma cámara, una Nikon D7100, y diversas lentes con diferentes distancias focales y dispararemos nuestras tomas sin movernos del sitio.
¿Notas como el espacio fotografiado se va reduciendo a medida que aumentamos los mm de distancia focal y que se va ampliando a media que se reducen los mm?
Ahora ya comprendes lo importante que es saber cuántos mm tiene una lente a la hora de hacer un tipo de fotografía u otro ¿verdad?
La distancia focal también será un parámetro que influirá en la profundidad de campo. Cuando usemos objetivos con focal larga (100, 200, 300mm) nuestra toma tendrá menor profundidad de campo y cuando usamos focales cortas (11, 16, 35mm) la profundidad de campo será mayor.
¿No recuerdas que era la profundidad de campo? Se trata de la zona de la imagen que podemos decir que apreciamos como nítida o enfocada. Esto influirá decisivamente a la hora de guiar la mirada del espectador hacia una zona concreta de la captura porque inconscientemente nos fijamos en la zona más nítida de una imagen.
En este artículo te explicamos detalladamente y con ejemplos qué es la profundidad de campo, porque son varios los factores que influyen para que la zona que aparezca nítida sea mayor o menor.
Vamos a poner a prueba nuestras lentes. Buscaremos el mismo encuadre usando un 13mm y 135mm para ver cómo se comportan. Este es el resultado que hemos obtenido con el angular y una apertura relativamente alta y con el teleobjetivo y una apertura baja.
Como ves, la zona apreciablemente nítida es mucho mayor usando una focal corta (gran angular) que usando una focal larga (teleobjetivo). Por lo tanto, a más milímetros, menor profundidad de campo.
Hemos comprobado que difícilmente podrás conseguir retratos con bokeh usando un gran angular (ni siquiera usando aperturas amplias) porque las características inherentes a la propia lente no te lo permitirán.
#2. Focal Fija o Variable
Pasemos al siguiente punto que suele preocuparnos, ¿por qué hay objetivos en los que pone 18-55mm o 55-200mm? ¿Y otros en los que solo pone 35mm o 50mm? Pues porque, por un lado existen lentes zoom capaces de abarcar varias distancias focales en un solo objetivo y, por otro lado, lentes fijas (lentes prime, en inglés) que solo cuentan con una distancia focal fija.
Para entenderlo mejor lo veremos con un ejemplo. Este objetivo 18-55mm me permite disparar fotos a 18, 20, 25, 30, 35, 40, 45, 50 o 55mm. Todas las que quiera dentro del rango focal que va de los 18 a los 55 milímetros.
De hecho, a medida que voy aumentando la distancia focal, es decir, moviendo el anillo específico para ello, el centro óptico del que te hablábamos antes se va separando del sensor.
Mientras tanto, esta lente fija 50mm solo me deja disparar fotos desde una distancia de 50mm. Y como ves, no existe el anillo zoom, solo el anillo de enfoque.
Por tanto, cuando veas un objetivo en el que haya escritas dos distancias focales distintas es porque identifica cuál es la mayor y la menor distancia focal que cubrirá. Y si solo ves una distancia focal, es porque se trata de una lente fija.
Dicho esto, es relevante explicar que la calidad óptica de las lentes fijas es normalmente superior a la de las lentes zoom, a pesar de que estas últimas sean más versátiles.
¿Por qué? Pues porque, como has visto, un objetivo de tipo zoom basa su funcionamiento en el alargamiento y acortamiento del tubo y es complicado mantener una óptima calidad de imagen en todas las posiciones de los cristales. En cambio, sí que es más fácil tener una lente fija con un cristal que nos ofrezca la máxima calidad.
#3. Apertura Máxima
Ahora llega un concepto esencial que sin duda será crucial a la hora de elegir un objetivo, porque será uno de los factores que más encarecerá su precio. Nos referimos a la apertura máxima del diafragma de una lente.
El diafragma, si no te acuerdas bien de que era, es un dispositivo que forma parte de la lente y que se compone de unas palas que se abren y cierran. Según cuanto se abran o se cierren esas palas será más grande o más pequeño el orificio por donde entrará la luz que llegará hasta el sensor de nuestra cámara.
¿Y qué ocurre cuando abrimos o cerramos el diafragma? Pues que, además de que obtendremos mayor o menor cantidad de luz, también conseguiremos tener mayor o menor profundidad de campo.
La apertura estará representada por un número llamado f. Como puedes observar en el gráfico de arriba, cuanto más se reduce el número f más se abre el diafragma, más luz obtenemos y menor profundidad de campo tenemos.
Por tanto, además de la distancia focal, de la que te hemos hablado antes, otro de los factores cruciales para determinar la profundidad de campo y que tiene que ver con tu lente será la apertura del diafragma.
Como esto al principio cuesta un poco de visualizar, vamos a verlo con un ejemplo. Las siguientes fotografías están tomadas con el mismo objetivo, un 35mm, y desde la misma distancia.
Lo único que hemos cambiado es la apertura del diafragma, en la primera hemos elegido una apertura reducida (número f alto), en concreto f/8, y en la segunda hemos elegido un apertura amplia (número f bajo), en concreto f/1.8.
¿Te das cuenta de que si usamos una apertura amplia obtenemos una profundidad de campo y la zona nítida en la imagen es mucho más reducida? Tanto el fondo como la parte de delante se aprecian borrosos, lo que nos permite fijar la atención en el objeto fotografiado.
Además, si te fijas en los parámetros verás que al haber dejado pasar más luz a través del diafragma hemos tenido que aumentar la velocidad y reducir la ISO para no sobreexponer la foto. Por lo que, una lente con una apertura máxima amplia nos interesa para contar mayor luminosidad.
Pero también debemos tener en cuenta que, cuanto mayor suele ser la apertura máxima de una lente f/1.8, f/1.4, f/1.2, más caro suele ser su precio.
Vale, todo esto está muy bien, pero ¿por qué a veces vemos una lente en la que hay varias aperturas máximas? Eso es porque en lugar de tener una apertura máxima fija, tienen una apertura máxima variable.
En muchos objetivos zoom, que abarcan diversas distancias focales no pasará esto. Fíjate en la foto, lo que significa es que si usas la lente en la posición de 70mm la apertura máxima que tendrás es de f/4, mientras que si eliges una distancia focal de 300mm, la apertura máxima que te permitirá será de f/5.6.
Eso no significa que todas las lentes zoom sean así. Existen algunas que tienen una apertura máxima fija como este Tokina 11-16 mm con una apertura máxima de f/2.8.
Sin embargo, cuanto más rango focal abarquen más difícil será que puedan mantenerla fija y si lo hacen... Más vale que prepares la cartera porque el presupuesto se disparará todavía más.
#4. Distorsión de la Lente
En mayor o menor medida y dependiendo del tipo de cristales que alberguen, las lentes suelen tener un cierto grado de distorsión. Pero ojo, hay dos tipos de distorsión, que como principiante no debemos confundir, una es la distorsión de la lente y otra la distorsión de la perspectiva.
Vamos a ver primero a qué nos referimos con distorsión de la lente. Existen dos tipos comunes de distorsión de lente o distorsión esférica de la óptica. La distorsión de barril la reconocerás en seguida porque las líneas rectas se curvarán hacia fuera, mientras que en la distorsión de cojín se curvarán hacia dentro.
Los objetivos fijos suelen tener menor distorsión, porque los fabricantes no tienen la dificultad de acoplar en un mismo objetivo varias distancias focales, cosa que sí que ocurre con las lentes zoom.
Sin embargo, actualmente la tecnología ha mejorado mucho y existen lentes zoom con muchas menos distorsiones que antes. Pero aun así es interesante que sepas porqué las líneas rectas no aparecen muchas veces rectas en tus composiciones.
¿Y dónde encontraremos este tipo de distorsiones? Pues sobre todo en las focales más cortas y más largas. Si te fijas en un cristal de una lente gran angular u ojo de pez, ya verás que de por sí está más curvada de lo normal. Por eso, en objetivos angulares con focales cortas es habitual la distorsión de barril.
En el caso de las focales largas, como los teleobjetivos es más habitual la distorsión de cojín, aunque no será tan acusada como la de barril y puede que no se reconozca tan a simple vista como en el caso anterior.
Hagamos una prueba con distintos tipos de lente a ver si conseguimos apreciar cómo se curvan las líneas. En la primera foto utilizaremos una lente gran angular 11mm, en la segunda un 35mm y en la tercera un teleobjetivo 300mm. ¿Notas la diferencia?
Con el gran angular apreciamos la distorsión de barril, con el 35 no notamos nada extraño y con el teleobjetivo se distingue un poco la distorsión de cojín, aunque la verdad es que no es tan notable como en la primera.
Sea cual sea el tipo de distorsión que tengan tus lentes no es algo que deba preocuparte demasiado, porque hoy en día con cualquier programa de edición podrá corregirlas.
En Adobe Lightroom, por ejemplo, le puedes indicar al propio software qué objetivo has utilizado para realizar una toma y el programa corregirá automáticamente esa distorsión de forma personalizada.
#5. Distorsión de la Perspectiva
Ahora que ya sabemos qué es la distorsión de la lente y cómo corregirla vamos a conocer qué es la distorsión de la perspectiva. Se trata de la transformación que experimenta un sujeto u objeto fotografiado y su entorno según su proximidad con respecto a nuestra cámara. Vamos a verlo de nuevo con un ejemplo.
Vamos a fotografiar esta figura con un gran angular desde una distancia alejada. Después, nos iremos acercando cada vez un poco más y realizando diferentes tomas. ¿Notas como la perspectiva se va descomprimiendo y se va deformando la cabeza de la figura?
Esa distorsión o deformación se debe a la cercanía o lejanía entre nuestra cámara y la escena que fotografiemos, por eso la llamamos distorsión de la perspectiva.
Con un teleobjetivo nos pasará justo al contrario, se producirá una compresión de la perspectiva, como una especie de efecto fuelle que comprimirá los planos de la imagen, acercando el fondo.
Vamos a hacer la misma prueba con este puente. Lo fotografiamos con una lente angular desde muy cerca y con teleobjetivo desde mucho más lejos. El resultado que obtenemos es sorprendente y os aseguramos que es el mismo puente.
¿Notas como la perspectiva se alarga en el primer caso y se comprime en el segundo? El fondo parece estar mucho más cerca en la segunda foto y ni siquiera se ve el cielo.
#6. Motor de Enfoque Automático
Como sabes, en la gran mayoría de cámaras digitales actuales hay dos formas de enfocar tus imágenes: manual o automáticamente. Esto no era posible antes de 1987 porque no existían los motores de enfoque. Fue Canon el pionero en integrar un sistema de motor ultrasónico en sus lentes.
En solo 30 años los motores de enfoque han evolucionado mejorando muchísimo la precisión, la suavidad del movimiento y el silencio del enfoque. Y es muy importante aprender a dominar bien el enfoque, porque gracias a él conseguiremos que salga nítida el área que más nos interesa resaltar en una imagen.
Cuando elegimos el enfoque automático, el cuerpo de la cámara manda una señal a la lente para que cambie el enfoque. Para saber si una lente tiene o no motor de enfoque solo tienes que fijarte en la montura.
Si ves que tiene pines de conexión eléctricos integrados puedes estar seguro/a de que se producirá esa comunicación entre cámara y lente a la hora de querer enfocar tus fotos automáticamente.
¿Y qué pasa si una lente que me interesa no tiene motor de enfoque? Pues que debemos asegurarnos de que nuestra cámara sí que tiene un motor de enfoque interno en el cuerpo antes de comprarla. Por lo tanto, primero tendremos que saber el modelo de cámara que tenemos y en función de eso elegir un objetivo.
En Nikon, por ejemplo, si veo que una lente es AF, es porque no tiene motor de enfoque y necesitaré que mi cámara sí que lo tenga para poder enfocar automáticamente. Si lo compro igualmente, podré usar la lente pero tendré que asumir que solo podré enfocar mis fotos de forma manual.
Sin embargo, si la lente es AF-I o AF-S, significa que el objetivo tiene motor de enfoque integrado, así que si mi cámara no tiene motor de enfoque interno, no pasa nada, podré enfocar automáticamente gracias a que la lente sí que incluye el sistema de autofocus.
El resto de marcas tiene sus propias patentes de motor ultrasónico y es importante que te familiarices con las siglas, porque cada una tiene las suyas:
En definitiva, a la hora de elegir un objetivo, también es importante fijarnos en su motor de enfoque. Primero saber si lo incluye (para que pueda ser compatible o no con nuestro modelo de cámara) y después en sus características.
A la hora de grabar vídeo, un buen motor de enfoque marcará la diferencia. Cuanto más rápido y preciso sea su rendimiento, más suave y progresivo sea su movimiento y/o más silencioso sea su motor, más cara será la lente.
#7. Tiempo Máximo de Exposición
¿Cuál es la velocidad de obturación más lenta a la que soy capaz de hacer fotos a pulso, sin que salgan movidas, usando una determinada distancia focal?
No nos referimos a cosas como "una vez fui capaz de hacer una foto a pulso a X velocidad y me salió bien", sino más bien a "tengo comprobado que las fotos a velocidades superiores a X no me salen trepidadas".
Teniendo el control de la velocidad de obturación mínima que necesito para hacer fotos a pulso con garantías, me ayudará a ajustar los valores de sensibilidad ISO y de apertura adecuados para lograr la foto que quiero sin que salga movida.
Para poder calcular el tiempo de exposición máximo que necesitamos podemos utilizar la Regla de la Focal Inversa. Es decir, que para asegurarnos de que una foto no sale trepidada nuestra velocidad de obturación debe ser igual o superior a la inversa de la focal que estamos usando.
Veámoslo con un ejemplo. Si disparo una toma con una lente 50mm, la regla de la focal inversa me recomienda que trabaje con un una velocidad de obturación mínima de 1/50s o más rápida. Por lo tanto, cuanto más angular es un objetivo más lenta puede ser la velocidad que usemos sin miedo a trepidaciones.
Hacemos dos fotos con el 50mm, una con una velocidad de 1/50s y otra con una velocidad de 1/20s ¿Sale trepidada? Si recortamos la captura vemos que si no cumplimos la regla sí que sale trepidada la imagen.
¿Y qué pasará con una focal larga, como un teleobjetivo? Se supone que el tiempo mínimo de exposición también tendrá que ser mayor y tendremos que aplicar la regla a la distancia focal que estemos usando.
Si disparamos con un 300mm, necesitaremos un tiempo mínimo de exposición de 1/300s para poder disparar a pulso sin que haya trepidaciones. ¿Lo probamos?
Hacemos dos fotos con la distancia focal de 300mm, una con una velocidad de 1/320s y otra con una velocidad de 1/80s. De nuevo, podemos ver que si no cumplimos con la regla de la focal inversa obtenemos una foto trepidada.
A no ser que nuestra lente sea muy luminosa, que usemos un trípode o que contemos con un buen estabilizador de imagen, ¡no será nada fácil ignorar esta regla! Y si no contamos con una cámara Full Frame, también deberemos tener en cuenta el factor de recorte.
#8. Estabilizador de Imagen
Algunas lentes, especialmente las más actuales disponen de una función que te ayudará a mantener la lente imagen lo más inmóvil posible cuando disparas a velocidades de obturación más lentas, porque no siempre tendremos a mano un trípode o una superficie segura.
Para evitar trepidaciones e imágenes borrosas producidas por el propio movimiento de nuestras manos y de nuestro cuerpo, será ideal contar con lentes que incorporen esta funcionalidad. No solo nos vendrán bien usando velocidades lentas por escasez de luz, sino también cuando usemos focales largas.
Cuando miras a través del visor de la cámara teniendo montado un teleobjetivo de 200 ó 300 mm no es lo mismo que cuando miras a través de un gran angular 11mm ¿verdad? Por poco que nuestro pulso tiemble, a través de un tele veremos como vibra toda la composición.
Si tu lente tiene estabilizador seguramente será un una palanca que deberás activar en el cuerpo del propio objetivo. Vuelve a mirar ahora a través del visor con el estabilizador activado... ¿Es magia? No, es una tecnología inteligente que mueve la lente para contrarrestar vibraciones menores que puedan producirse.
Cada marca, como ocurría con el motor de enfoque, tiene unas siglas para definir la función de estabilizador de imagen. Apréndelas para saber cuando una lente lo lleva o no:
Un extra de estabilidad siempre será una bendición, sobre todo si no contamos con una lente súper luminosa, ni podemos forzar demasiado la ISO. Y lo mismo nos pasará a la hora de grabar vídeo, que la fluidez será mucho mayor en cada movimiento.
Debes tener varias cosas en cuenta cuando una lente tiene el estabilizador activado. Una de ellas es que tendrá sus limitaciones a la hora de corregir el movimiento así que no te confíes pensando que eliminará cualquier tipo de vibración. Además, si lo activas consumirás más batería, por lo que si no lo necesitas, desactívalo.
Otra es que te acuerdes de quitarlo a la hora de hacer tomas fijas desde un trípode como largas exposiciones o panorámicas. Estando activado podrías confundir al estabilizador y producir justo el efecto contrario y que tus fotos salgan trepidadas o que tus vídeos en plano fijo vibren de forma extraña.
#9. La Distancia Mínima de Enfoque
Vamos a seguir intentando entender los símbolos y números que hay dibujados en nuestra lente. Algunas veces encontrarás una marca compuesta por el símbolo de infinito, un guion y un número que indica un distancia en metros(m) y/o en pies (ft).
Yo lo he encontrado escrito en tres lentes: el 35mm (∞-0.3m), el 18-55mm (∞-0.28m) y el 55-200mm (∞-0.95m). ¿Qué significa esto? Pues esta marca nos indica una distancia, en concreto la del rango en el que nuestra lente será operativa.
Para ser más específicos, esta será la distancia mínima a partir de la que nuestro objetivo podrá empezar a enfocar un elemento. Si intentamos enfocar algo por debajo de esa distancia nos resultará imposible porque nuestra lente no será capaz de hacerlo.
La distancia mínima de enfoque se mide desde el plano del sensor de la cámara hasta el objeto fotografiado. ¿Y dónde está exactamente situado el sensor? Te preguntarás. Pues hay una manera de saberlo.
Existe un símbolo llamado 'marca de plano focal' en el armazón exterior de la cámara que lo indica. Es un círculo tachado por una línea más larga que encontrarás fácilmente en uno de los laterales de la parte superior de la cámara, que también se usa habitualmente para calcular la hiperfocal.
Vamos a comprobar si esto es cierto. Voy a tratar de enfocar un elemento por debajo de la distancia mínima de enfoque de mi 35mm utilizando un metro. Si enfocamos la figura desde una distancia de 30 cm vemos que la logra enfocar correctamente, pero a 20cm no es capaz de hacerlo.
Para poder acercarme más a un elemento y que salga nítido necesitaré una lente que me lo permita, como un objetivo macro. Probaremos un con 60mm MICRO, que tiene una distancia mínima de enfoque de 0.18m. Como ves, sí que es capaz de enfocar un elemento a 18cm, pero si nos acercamos más, perdemos la nitidez.
Ahora que ya sabes que todos los objetivos tienen una distancia mínima por debajo de la cual no son capaces de enfocar. No te obceques en tratar de realizar un encuadre imposible con tu cámara estando demasiado cerca. No es que el objetivo sea de mala calidad, es que tendrá sus límites y tienes la obligación de conocerlos.
#10. Diámetro de la Lente
Por último, otra de las cuestiones fundamentales que debes saber sobre objetivos y que quizás desconozcas es qué significa este símbolo Ø seguido de una cifra en milímetros. Por ejemplo, en esta lente macro podemos ver que pone Ø 55mm.
¿Qué nos dice esta medida? Pues se trata del tamaño que tiene diámetro de la lente. Saber esto nos ayudará a elegir accesorios que sean compatibles con nuestro objetivo para poder acoplarlos adecuadamente y que cumplan su función.
Necesitarás saber el diámetro para poder acoplar un filtro, un parasol, una tapa de protección, una lente de aproximación, un flash anular, una anillo de inversión, tubos de extensión o cualquier accesorio que tenga que ir colocado en la lente.
Los filtros quizás sean los accesorios que más vayas a utilizar acoplados en tu objetivo. Los habrá protectores como los filtros UV que te ayudarán sobre todo a salvaguardar el cristal del objetivo. Pero también los habrá de colores, de densidad neutra (ND) o polarizadores.
Pero, ¿qué pasa si compro un filtro con el diámetro equivocado y no puedo devolverlo? ¿O si no tengo presupuesto para comprar otro filtro pero quiero usarlo con otros objetivo de diferente diámetro? No te preocupes, existe un solución.
Puedes comprar anillos adaptadores para convertir tu filtro en un accesorio compatible con cualquier objetivo, independientemente de su diámetro. Tendrás que ir acoplando los distintos anillos para agrandar o reducir el diámetro de tu filtro y así poder acoplarlo al que más te interese.
Otra opción es la adquirir un portafiltros con anillos de adaptadores incluidos de diferentes tamaños e ir cambiando los cristales cuadrados en el propio portafiltros, sin necesidad de acoplarlos a la propia lente. Ganarás mucho tiempo y evitarás con mayor facilidad la aparición de elementos extraños.
¡Explora tus Objetivos!
Ya tienes lo necesario para saber leer la información de tu lente y comprender cuáles son sus puntos fuertes y sus puntos débiles. Como principiante, estos conocimientos te van a resultar muy útiles para empezar a conocer a fondo tu equipo.
Una vez tengas esto claro ya podrás empezar a enredarte con otros conceptos más complicados como el factor de recorte, el punto dulce o el bokeh, pero una buena base siempre es necesaria para sostener tu aprendizaje.