No importa que seas un principiante o que tengas muchos pixeles en tu historial. Siempre viene bien algún consejo para lograr alguna mejora en nuestro trabajo.
Hoy te traigo un puñado de buenos consejos, concretamente 15, para mejorar tus fotografías. ¿Quieres saber cuáles son?
Alguna vez el fotógrafo William Klein habló del proyecto que realizó al volver a su ciudad natal (Nueva York) después de haber vivido durante seis años en París. Decía que se había establecido una forma de trabajo propia, donde los tabúes fotográficos, la evasión del encuadre, el grano intenso, las imágenes accidentales (disparando sin apuntar), contrastes exagerados o ampliaciones desmesuradas eran parte de su día a día. De esta forma aportó algo nuevo a su propio lenguaje y a la forma de captar aquella ciudad.
No soy muy fanático de aquella expresión muy de moda conocida como “zona de confort”, de la que según muchos afirman, hay que salirse. Creo que cada uno camina al ritmo que las propias necesidades interiores dictaminan. Si estás contento en ella, disfrútalo a pleno sol. Pero si aquella expresión ayuda en algo para mejorar las fotografías que hacemos, entonces acepto adoptarla. Ya sea para salirse de aquel salón de conformidad o simplemente para dar un empujón a la inspiración. Es un intento por sumar algo a la experiencia de Klein en aquellas calles neoyorquinas. Por cierto, el material que logró aquellos días pasaron a la historia como documentos inequívocos de la de la gran manzana.
Los 15
Este listado no está cerrado, ni mucho menos. La idea es la de originar un dialogo entre todos, así que si quieres agregar los tuyos por favor hazlo en los comentarios. Todos son más que bienvenidos. Los 15 que yo propongo son los que últimamente estoy practicando tras más de 20 años en este oficio. Me ayudan a no encallar, a seguir caminando para llegar a una foto utópica. Aunque como Galeano afirmaba, tal vez nunca se llegue, pero se mantiene el paso, crea el horizonte.
1. Realiza fotografías constantemente.
No dejes que tus reflejos se atasquen. Ya sea que utilices tu gran cámara con muchos kilos de peso o un ligero teléfono, ejercita la mirada y la velocidad de tu dedo haciendo fotos lo más constante que te permita tu ritmo de vida.
2. Cambia la perspectiva.
No temas a desgastar la zona de las rodillas de tus pantalones en cada acera de la ciudad o a agitar a tu corazón en puntos elevados. Prueba distintos ángulos para mirar lo de siempre. Eso sí, cuida tu integridad física.
3. Aprende de otros.
Mira el trabajo de otros fotógrafos, ya sea en internet (¡una fuente inagotable!) o en libros publicados de grandes “plumas” de la lente. Pero no te detengas ahí: una vez que disfrutaste (o sufriste) aquellas imágenes, ve a por las tuyas.
4. Sigue los consejos.
Lee continuamente lo que otros aportan. Ya sea en blogs, tutoriales, talleres o libros de fotografía. La técnica siempre avanza y siempre viene bien conocerla. ¡Aunque sea para ir en sentido inverso!
5. Mantén la calma.
La cámara no es una ametralladora. Puede ser una buena idea aquello de disparar sin pensar mucho, como el ejercicio de Klein en Nueva York, pero no lo hagas como una constante si no tiene un fin en concreto. Este es un fenómeno que la era digital ha traído consigo. Llenamos tarjetas y discos duros semana a semana. Mejor piensa, espera el momento, disfruta.
6. No te olvides del trípode.
Es cierto que puede ser un elemento que estorba. Pero no sobra llevar uno contigo siempre. Existen hoy en día de todos los tamaños, pesos, diseños y precios. Además de ayudarte en la fotografía nocturna puede serte útil para experimentar durante el día.
7. Juega con las reglas.
Arriésgate a sobreexponer, a desenfocar, a colocar un diafragma distinto del que la buena moral dice, encuadra como no debes. Juega en el momento de la toma y también cuando te encuentres con tus imágenes en el ordenador. Con esto diviertes a tu cronopio fotógrafo y muy posiblemente encontrarás una veta para trabajar en ella.
8. Nada con exceso.
Más kilos de equipaje no es sinónimo de buenas tomas. Llevar un equipo enorme a cuestas, además de arruinarte la espalda, no significa que regreses a casa con excelentes fotos. Planea lo que quieres trabajar en tu jornada y lleva sólo lo que creas necesario para ello. Eso se aplica también para el momento en que vas a la tienda: una tarjeta de crédito herida de muerte no crea fotos Pulitzer.
9. No zoom.
Sal a la calle con un solo lente. Uno fijo. Verás que te acercarás a tu entorno de otra manera. Y no sólo eso: tendrás la calidad que un lente de este tipo suele otorgar.
10. Plantéate un proyecto.
Juega con la idea de pensar en un tema en específico y ve tras él durante un tiempo, el que tú definas. Ideas hay un montón, sólo es cuestión de sentarte a pensar y crear.
11. Juez crítico.
Siéntate frente a tus fotografías y analiza a fondo lo que ves. Tu eres tu espectador más importante, así que actúa como tal. Esto te ayudará a editar (y a desechar kilos y kilos de fotos) e ir puliendo tu trabajo hasta que conformes un portafolio casi sin darte cuenta.
12. Comparte.
Abre tu arte a otros. Deja que miren, que hablen, que propongan, que disfruten. Y al mismo tiempo aprende a tomar lo positivo de todo ello. Toma de todo ello lo que construya, no lo que destruya tu trabajo.
13. Usa lo que tengas.
Deja atrás aquella idea de tener el mejor equipo para lograr la mejor foto. Es cierto que en este arte la tecnología va muy de la mano, pero también es cierto que se han logrado cosas muy interesantes con el mínimo de equipo.
14. Fotos constantes.
Aunque no lleves ninguna cámara, haz clic con la mirada. Juega a encuadrar, a mirar la luz, la situación, a prever. Además de jugar con el arte, es una cuestión de entrenamiento.
15. Acércate.
Capa ya lo dijo: “Si tus fotos no son suficientemente buenas, es que no estás lo suficientemente cerca”. No creas que un potente teleobjetivo resuelve todo. Estar cerca de lo que deseas capturar no sólo te ayuda a crear un mejor encuadre, sino a adentrarte en la temática.
Y el último consejo, ya fuera de lista por ser tal vez el más importante para mi y que va por encima de todos los anteriores, es el de ser cómplice de tu propio arte, implícate en él, síguelo, franquea tu propio camino. Avanza cuando lo necesites, detente cuando lo sientas. No sigas reglas exteriores en el momento de plasmar las interiores.
Las cuatro fotos que acompañan este artículo las realicé practicando algunos de los 15 consejos. Son parte de un pequeño portafolio que he ido realizando para mantener la máquina bien engrasada: en este ejercicio me he planteado un tema, me he acercado al entorno, he llevado un único objetivo, he compartido el proyecto y escuchado críticas, y he seguido (y no) ciertas técnicas. No son imágenes para colgar en alguna galería pero sí son perfectas para mantenerme con los reflejos entrenados.
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