Seguro que te ha ocurrido más de una vez que, después de hacer fotos, las revisas y no terminas de estar satisfecho de tu trabajo. O piensas que no termina de llegarte la inspiración, que estás estancado, y que ya has dado lo mejor de ti mismo, y a partir de ese momento no serás capaz de mejorar como fotógrafo. Es una situación por la que todos pasamos en alguna ocasión y que nos hace replantearnos nuestra afición. Tanto si te ha ocurrido como si no, en este artículo te contaré 10 secretos inconfesables de los fotógrafos profesionales que sin duda te ayudarán a mejorar como fotógrafo. ¿Quieres saber cuales son?
1. Los fotógrafos profesionales sólo enseñan sus mejores fotos
Cuando contemplas el trabajo de un gran fotógrafo, percibes que no tiene fisuras.
Ya sea en una exposición o en una galería web, lo normal es que revises su obra y pienses: "cómo me gusta esta foto. Y ésta. Y ésta otra..." Son todas buenas.
Y cuando repasas las tuyas, piensas la cantidad de fotos que tienes que hacer para para conseguir finalmente una fotografía decente.
Lo que muchas veces no pensamos es que probablemente el fotógrafo cuya obra estamos contemplando nos esté enseñando sólamente sus mejores fotos. Hay fotógrafos que cuidan mucho el número de fotos que hacen, y otros que disparan más, pero diría que finalmente todos filtran las fotos que enseñan, y eso es lo que hace que una colección de fotos sea genial.
Por ello, la próxima vez que valores tu propio trabajo, aplica ese mismo filtro. Quédate con tus mejores fotos y valora tu trabajo sobre ellas. Te ayudará a ser más positivo.
2. La mayoría de las fotos que ves están postprocesadas
Aunque hay puristas que les gusta mantener su trabajo tal cual sale de la cámara, me atrevería a asegurar que el 90% de las fotografías que ves y te llaman la atención tienen algún tipo de postprocesado.
Hay muchos ajustes básicos que te ayudarán a mejorar tus fotografías sin necesidad de cambiar la realidad de lo que viste. Son ajustes de mejora que poco tienen que ver con el "fotomontaje" y que pueden mejorar drásticamente tu trabajo sin perder un ápice de naturalidad y realidad.
Si aún no aplicas ajustes a tus fotos, probablemente sea un buen momento para empezar a practicar con programas como Lightroom o Photoshop y descubras cómo pequeños ajustes sobre tus fotografías pueden hacer que éstas mejoren notablemente.
3. Es el fotógrafo quién hace la foto y no la cámara
Muchas veces nos obsesionamos con especificaciones técnicas de cámaras y objetivos. Pensamos cosas como "si yo tuviera esa cámara" o "ésta es la cámara que quiero tener".
A este respecto siempre digo que "la cámara no hace al fotógrafo". Puedes dar una cámara muy buena a alguien que no domine la técnica fotográfica ni la composición y no será capaz de hacer buenas fotos. Y al contrario, puedes dar una cámara de bolsillo a alguien con buen ojo fotográfico y puede hacer maravillas para lo que se podría esperar de esa cámara.
Más importante que las especificaciones técnicas de una cámara o una lente son el conocimiento y el dominio de la técnica. Así que, antes de obsesionarte con el último modelo de cámara que haya salido al mercado o la luminosidad de una nueva lente, piensa si realmente estás sacando todo el partido a tu equipo y en qué puedes mejorar tus habilidades fotográficas.
4. La mejor cámara es la que llevas contigo
Es probable que cada día pasen por delante de ti situaciones que merezca la pena recoger con tu cámara, pero para ello debes llevarla encima y estar preparado para disparar. De nada sirve tener un equipo muy profesional si no lo sacas a pasear. Y si no estás dispuesto a sacarlo, lo mejor es que te plantees usar un equipo más portable.
Conozco a varias personas que han tenido el mismo problema. Se compran una buena cámara porque quieren disponer de las máximas prestaciones y terminan dejándola en casa porque abulta demasiado.
Y es que harás mejores fotos con una cámara compacta que lleves contigo y estés dispuesto a utilizar que con una super réflex que no uses por no querer cargar con ella.
Con esto no quiero decir que no uses una cámara reflex. Sin duda, si la sabes sacar su jugo, te dará más satisfacciones que una pequeña compacta. Pero no la dejes en casa y llévala contigo.
5. Un buen fotógrafo no deja nunca de aprender
Si hay algo que ayuda a mejorar tu técnica fotográfica es el paso del tiempo.
Leer, observar, disparar, volver a leer, a observar, a disparar, ...
Como casi todo en la vida, la fotografía tiene su propia curva de aprendizaje. Si algo me ha ayudado a avanzar en este campo ha sido leer mucho, observar el trabajo de otros, poner en común ideas y dudas, y practicar.
Y cuando veas tu trabajo de forma retrospectiva probablemente te des cuenta de que, si has ido haciendo ésto, tus fotos hayan mejorado.
6. Disfruta de la fotografía y haz fotos a aquello que te inspira
No hay nada peor que hacer algo sin ganas o motivación. Y en fotografía también ocurre.
Puede que alguna disciplica de la fotografía te resulte más atractiva que otras: paisajes, naturaleza, retratos, arquitectura, fotografía social, ... Planteate qué tipo de fotografía te gusta más y trabajala. Si el retrato te gusta más que los paisajes, procura profundizar y practicar ese ámbito.
Siempre se consiguen mejores resultados cuando uno hace lo que más le gusta, así que elige tu temática preferida y trabajala.
7. Conoce las reglas de composición y rómpelas
La composición es la base de la fotografía.
Los profesionales de la fotografía conocen las reglas de composición y las rompen cuando lo consideran conveniente.
Las reglas de composición definen por qué una fotografía funciona y otra no lo hace.
Conocer las reglas de composición y practicarlas te hará conseguir unas fotos mucho mejores, y cuando las domines podrás saltártelas para hacer fotos diferentes.
8. Los profesionales tienen una paciencia infinita
Por regla general, las prisas no suelen ser buenos aliados de la fotografía.
No hay nada peor que tener prisa cuando estás haciendo fotos. En muchas ocasiones esa falta de tiempo puede hacer que no configures correctamente la cámara, falles en tu encuadre o simplemente te pierdas detalles que hubieras querido fotografiar.
Es bueno que te tomes tu tiempo, que prepares la foto siempre que puedas, que revises bien todo, y que esperes el instante adecuado, el momento de accionar el obturador de tu cámara.
Y es que hay fotos irrepetibles que solo pueden hacerse a una hora concreta del día, como son las fotos de amaneceres o atardeceres o fotos en la hora azul.
9. Las fotografías son bidimensionales
Otra de las cosas que debes recordar es que al hacer una fotografía, estás convirtiendo un espacio tridimensional en una representación en dos dimensiones.
Este es otro de los motivos por el que algunas fotos no terminan de funcionan cuando las vemos luego y no transmiten todo lo que debieran de la escena que contemplamos cuando hicimos la foto con nuestra cámara.
Existen recursos para potenciar la sensación tridimensional como son las líneas convergentesy la profundidad de campo, y una buena práctica es cerrar un ojo para tratar de sentir cómo se percibirá la escena en dos dimensiones antes de hacer la foto.
10. Algunas de las mejores fotos se han hecho por accidente
Pero por muchas cosas que tengas en cuenta, no debes olvidarte de esta última. Hay grandes fotos que se han tomado por accidente. Algún parámetro no deseado de la cámara, movimiento, encuadre...
Así que siempre queda algo al factor suerte. Y es que una de las cosas más bonitas de la fotografía es la de saber que, por pequeña que pueda ser la probabilidad, siempre hay un elemento que se escapa de nuestro control, que está ahí, y que puede hacer que en el momento menos pensado consigamos hacer la foto de nuestra vida.
Y tú, ¿tienes algún secreto inconfesable más como fotógrafo?
En este artículo te hemos contado unos cuantos en los que podrás apoyarte para mejorar tu día a día, pero es probable que tengas algún otro truco, consejo o secreto que contarnos. ¿Crees que podemos ampliar la lista? ¡Ayudanos!