Durante estas últimas vacaciones, como cada vez que tengo algo de tiempo, me he dedicado a retocar algunas de las fotografías de este año y también, no te voy a engañar, de años anteriores, que siempre hay una larga cola de fotografías esperando a ser retocadas. Seguro que sabes de qué te hablo...
Tras haber obtenido resultados con los que me sentía bastante satisfecho, al menos al visualizar las fotografías en la pantalla de mi portátil, me he llevado una desagradable sorpresa al observar que las fotografías no se veían como yo esperaba en otros monitores, fundamentalmente LCDs de ordenadores de sobremesa.
Así que he estado investigando un poquito y, aunque no soy un erudito en la materia, sí que me gustaría compartir contigo algunas de las cosas que he aprendido y que, sin duda, pueden serte muy útiles cuando te plantees adquirir un monitor adecuado para el retoque fotográfico o simplemente desees valorar el que ya posees.
De hecho ése es mi principal objetivo en este artículo, dar pie a que los que más experiencia o conocimiento sobre el tema tengáis arrojéis un poco de luz sobre un aspecto de la fotografía del que no hay excesiva información.
Hablemos Primero del Problema: ¿Por Qué Una Misma Fotografía Se Ve Distinta?
El problema surge cuando intentas visualizar fotos que apreciabas correctamente en un monitor y, por arte de magia, no se ven igual en otro monitor.
También suele darse mucho cuando llevas unas fotos a un servicio de revelado y observas horrorizado que las copias que han hecho no tienen nada que ver con las imágenes que tú veías en tu ordenador.
¿A qué se debe esto? Desde luego hay muchos factores: la luz ambiente, el monitor, la calibración de éste, el tiempo que lleva encendido, etc.
En el caso de la impresión, además hay que considerar que interviene otro aspecto esencial, el perfil de color que emplea el servicio de revelado. De forma sencilla, el perfil de color indica a la impresora cómo traducir los números que componen la fotografía a colores.
Dejando a un lado el problema de la impresión, ya habrá tiempo para hablar de ello en otro/s artículo/s. El monitor y su calibración son dos aspectos básicos para garantizar que una misma fotografía se observe del mismo modo en dos monitores debidamente calibrados.
Aunque no debes olvidar que la iluminación y el ambiente de trabajo también deben ser tenidos en cuenta, pues pueden variar sustancialmente tu percepción de la imagen mostrada por el monitor. Hasta existe una normativa específica bajo la norma ISO-3664:2000, aunque, sinceramente, esto ya es para nota.
La Calibración: Siempre Es Necesaria
Si estás contento con tu monitor, ya te has comprado uno adecuado, o simplemente no te planteas gastarte dinero (ya te gastas demasiado en otros accesorios para fotografía, ¿no?), lo primero que debes hacer es calibrar tu monitor.
La calibración permitirá garantizar que tu monitor se comporte como debe. Que muestre los colores debidamente, el brillo, el contraste, el nivel de negro, etc.
¿Pero cómo sabes cuándo está funcionando bien y cuándo cambiar algún ajuste para que vuelva a hacerlo? Pues muy sencillo, en función del tipo de monitor de que dispongas, podrás hacerlo de uno u otro modo. Veamos las opciones de calibración que existen.
Tipos De Calibración
Al hablar de calibración es importante tener en cuenta que actualmente existen diferentes opciones, en función de los accesorios y el tipo de monitor que tenemos. A través de estas variantes de calibración, como es lógico, podremos lograr unos resultados más o menos precisos como veremos a continuación.
#1 Calibración manual
La primera opción y más sencilla, disponible en todos los monitores, consiste en el uso de imágenes y el ajuste manual a través de los ajustes del monitor. Aunque, por supuesto, es la forma menos precisa de calibrar tu monitor. En este sentido, Hugo Rodríguez tiene un tutorial bastante completo de cómo hacerlo.
#2 Calibración por software
Si eres más perfeccionista, necesitas ajustes más finos y estás dispuesto a adquirir un accesorio adicional, puedes optar por el uso de colorímetros o espectrofotómetros, que resultan mucho más precisos y te garantizan un ajuste correcto de tu monitor. Puedes ver un colorímetro en la imagen de la derecha.
Con ellos, y la ayuda del software que los acompaña, se realizan unas mediciones de los colores que reproduce el monitor y se ajusta la salida de éstos en la tarjeta gráfica para adecuarla al valor más apropiado.
Puedes encontrar modelos más que buenos de colorímetros en una horquilla de entre 150-200 Euros, como el i1 Display Pro de X-Rite. Aunque, por supuesto, como en todo, los hay más baratos y más caros. Eso sí, no pienses en menos de 100 Euros para adquirir algo decente.
Si quieres otras alternativas, ahí van otras sugerencias:
Eso sí, si optas por adquirir un calibrador es porque tienes un monitor medianamente bueno. Yo, personalmente, no me plantearía comprármelo para la pantalla de un portátil cualquiera, ni tampoco de una pantalla LCD baratucha. Hay que conocer las posibilidades y limitaciones que nos ofrece nuestro monitor.
#3 Calibración por hardware
Además de la necesaria participación de un colorímetro, para poder realizar una calibración por hardware, es preciso que tu monitor lo soporte. ¿Por qué? Pues porque en este modo de calibración el colorímetro no se comunica con la tarjeta gráfica, sino con el propio monitor, a través del software específico claro, y le indica los valores que debe devolver para una salida de color adecuada.
El monitor que ofrece esta funcionalidad (monitores con calibración automática por hardware), dispone de una tabla LUT (look up table, tabla de consulta) interna en la que registra estos ajustes, de modo que ante la solicitud de presentación de cualquier información, se hace una traducción a través de esta tabla y de ese modo se logra una altísima fidelidad de color.
Algunos de los monitores más conocidos de este tipo son las familias ColorEdge, CS, CX y CG de Eizo, o los SpectraView de NEC.
#4 Autocalibración por hardware
Sin duda, se trata de lo último en el mundo de la calibración de monitores. Se trata de los monitores autocalibrables por hardware. Estos monitores permiten a sus poseedores olvidarse de la calibración (pues la realizan ellos de forma automática) y dotarlos, por tanto, de una mayor productividad y precisión, ya que el calibrador está específicamente diseñado e integrado en cada modelo.
En la imagen que puedes ver a continuación el calibrador es esa pieza de la parte superior del monitor situada sobre la zona azul. Por supuesto, el calibrador se gira para realizar la calibración y, una vez realizada, se puede ocultar bajo el marco del monitor.
La calibración puede incluso programarse para que se realice a una determinada hora, de modo que el monitor se enciende, hace un precalentamiento para llegar a la temperatura que necesita (unos siete minutos), realiza la calibración y se apaga. Y todo ello sin la intervención humana.
Como de costumbre, Eizo es la marca puntera también en este sector, siendo sus monitores los únicos que han obtenido la certificación TÜV Rheinland’s Color Accuracy and Quik Stability. Algunos ejemplos de estos modelos son: CG247, CG248-4K, CG277 o CG318-4k, todos de Eizo.
Conoce Tu Monitor. Mi Caso: El Monitor de Un Portátil
Calibrarlo es necesario, imprescindible si me apuras, pero por muy bien que calibremos nuestro monitor, incluso usando un colorímetro, la calidad de nuestro monitor hará el resto. O, como en mi caso, NO será capaz de hacer mucho.
¿Qué quiero decir? Pues muy sencillo, que hay que conocer los límites de nuestro monitor y, en mi caso, con el monitor propio de un portátil, sé que las limitaciones son muchas.
Tantas que no veo sentido a adquirir un colorímetro para este monitor y que admito que nunca llegaré a obtener un resultado con el que pueda estar seguro de que lograré los mismos resultados que en otros monitores debidamente calibrados.
Además, en este tipo de monitores el grado de inclinación de la pantalla o nuestra posición con respecto al monitor harán que percibamos unos resultados u otros.
Mis conclusiones en este sentido: no merece la pena obsesionarme mucho en este sentido mientras no me haga con un monitor externo y de más calidad. Es cierto que hay portátiles que ofrecen una mejor calidad de color que otros, pero, por regla general, y si no lo hemos tenido en cuenta en la compra de nuestro portátil, quizás nos debamos plantear la adquisición de un monitor externo de mayor calidad.
No quiero decir con esto que si tienes un portátil te olvides de ver fotos correctamente, pero sí que tengas en cuenta los inconvenientes que tienen, en el campo de la fotografía, este tipo de equipos.
¿Qué Monitor Adquirir Si Quieres Ir Más Allá?
¿No estás satisfecho con tu monitor?, ¿vas a adquirir un nuevo equipo y quieres aprovechar para tantear un poco el mercado de los monitores más apropiados para fotografía?, hablemos entonces de algunos modelos.
Bueno, en realidad, todavía no vamos a hablar de modelos concretos, sino mejor de las características que debemos pedirle o valorar en un monitor.
Las Características A Considerar
#1 El Precio
Lo primero que he de advertirte es que si hablamos de monitores apropiados para fotografía, debes desterrar la idea de gastarte menos de 400-500 Euros. Lo siento, pero es así.
Salvo que encuentres una buena oferta o acudas al mercado de segunda mano, será difícil encontrar algo decente por menos de ese presupuesto.
#2 El Panel
Es el elemento que muestra la imagen, por lo que habrá que exigir una cierta calidad y que sea de tipo PVA, o, preferiblemente IPS (de hasta 10 bits por canal). Queda descartado terminantemente el uso de paneles TN. Y algo que tampoco debe pasarse por alto es que se trate de un panel mate, nada de brillo.
#3 Certificación. Garantía de Calidad
Una buena muestra de la calidad de un monitor es que esté certificado, es decir, que está garantizada su capacidad para ser utilizado en un determinado ámbito. En el campo fotográfico destaca el test UGRA, que consiste en un conjunto de pruebas realizadas para garantizar la calidad de un determinado modelo para su uso en edición fotográfica.
#4 Uniformidad
Es deseable que el monitor ofrezca una respuesta uniforme a lo largo de todo el panel y que no existan zonas con mayor luminosidad, u otras que vayan perdiendo fidelidad a medida que avanza la vida del monitor.
#5 La Calibración
Como ya hemos visto, hay 4 variedades de calibración. Lo deseable, sin duda, es la autocalibración, aunque los precios son exagerados. Por lo que, muy probablemente, tendremos que pensar en calibración por software o por hardware, en función del presupuesto de que dispongamos.
Si se trata de calibración por hardware, como ya comentamos anteriormente habrá que valorar la tabla LUT incluida en el monitor y, especialmente, el número de bits de ésta. Actualmente existen tablas de 6, 8, 10, 12, 14 y hasta 16 bits. Cuanto mayor es este valor, mayor será la paleta de color del monitor. Este tamaño nos dará más opciones de representación y, por tanto, precisión. Así, ofrecerá una mayor gama a la hora de realizar su salida a partir de la traducción de la señal que le remite la tarjeta gráfica.
En cualquier caso, es importante considerar esta característica y el tipo de calibrado que ofrece un determinado monitor a la hora de compararlo con otros.
#6 El Espacio de Color
Con el paso del tiempo, cada vez más monitores se acercan a la cobertura total del espacio Adobe RGB, frente a la situación de hace sólo unos años en que lo normal era cubrir el espacio sRGB y tan sólo un 70%, 80% o 90% de Adobe RGB.
Opta por un monitor que cubra el mayor espacio de color posible. Aunque luego la salida que realices sea en un espacio más reducido, siempre es deseable trabajar en el espacio de color más amplio posible.
En algunos casos, en monitores de gama profesional, también se habla de cobertura ECI-RGB. Formato que está empezando a sustituir al Adobe RGB, por tratarse de un espacio más cercano a los espacios de salida actuales.
#7 Tamaño y Resolución De Pantalla. ¿Monitores 4K?
El mundo 4K ha irrumpido con fuerza, también en el campo de los monitores. Y es posible que si estamos valorando adquirir un nuevo monitor nos planteemos si es conveniente que sea o no 4K.
¿Qué significa que sea 4K?, pues que la resolución horizontal del monitor se acerque a los 4.000 pixels y, por tanto, la vertical se sitúe en torno a los 2.000. Por ejemplo, el formato UHD-1, que es uno de los principales estándares 4K que existen, también denominado 2.160p, ofrece una resolución de 3.840 x 2.160.
En mi opinión, esto debe ser analizado junto con el tamaño de pantalla en que estamos pensando. Lo normal será valorar monitores de 23", 24", o incluso 27", ó 30". Para los primeros, quizás consideres que 4K es una resolución exagerada, pero si estás valorando un monitor de 27" ó 30" yo consideraría especialmente que sea 4K.
Los Modelos Más Deseados: Eizo y NEC
Sí, lo sé, hay muchos monitores muy buenos por menos de los 400 Euros que mencionaba. Y con muchísimas pulgadas sí, pero no son especialmente apropiados para fotografía.
¿Por qué? Pues porque no cuidan aspectos como la posibilidad de representar espacios de color como Adobe RGB, no dan garantías de gozar del mismo nivel de luminosidad en toda su superficie, no disponen del suficiente contraste, no soportan calibración por hardware, etc.
Por esos motivos, cuando uno se plantea comprar un monitor para fotografía salen a la palestra, especialmente tras la desparación de Quato y de la sección de monitores de LaCie, únicamente dos marcas: NEC y Eizo. Marcas, eso sí, que fuera de este reducido ámbito, apenas se valoran por su alto coste.
Es posible que veas algunos modelos de BenQ, Dell, Samsung, HP o incluso ASUS que puedan ofrecer buenas características. Pero juegan en una liga diferente a la de NEC y Eizo.
A continuación te muestro sólo algunos ejemplos de monitores que ofrecen unas características fantásticas para fotografía, aunque no son precisamente los más baratos:
Si estás pensando en adquirir un nuevo monitor, repasa las características que hemos definido, fíjate un presupuesto y empieza a comparar las alternativas que te ofrece el mercado.
¿Y Tú Qué?
Ya conoces mi caso: un "triste" monitor de portátil, cuyas limitaciones son claras y apreciables. Aunque he de reconocer que estoy ahorrando para dar el salto.
¿Y tú?, ¿cuál es tu caso?, ¿ya diste el paso?, ¿no estás dispuesto a gastar ese dineral porque te vale con tu monitor actual?, ¿crees que no merece la pena si no te dedicas profesionalmente a la fotografía?...
Déjanos conocer tus impresiones, experiencia, e, incluso, recomiéndanos a aquellos que, como yo, encaramos con ciertas dudas la posibilidad de mejorar nuestro monitor, ¿qué harías tú en nuestra situación?
Foto de cabecera: Digital Photo Lab por mark sebastian (licencia CC)