Aunque a veces no seamos conscientes de ello, la mayoría de decisiones que tomamos al realizar una fotografía están encaminadas a resaltar el motivo principal de la escena que pretendemos fotografiar. El objetivo es lograr centrar la atención sobre ese punto en concreto, con el propósito de que la historia que cuente la fotografía sea clara y sin distracciones.
Dominar el arte de centrar la atención no siempre resultará fácil. Para atraer la mirada del espectador a un punto determinado de la imagen tendremos que aumentar el llamado peso visual del mismo, y en este artículo te contamos los factores claves que te ayudarán a conseguirlo.
Cómo Llamar la Atención
Respóndeme a esto, ¿Cómo llamarías la atención si estás en mitad de la calle? Probablemente optarías por gritar, llevar ropa muy extravagante, bailar en mitad de una plaza... en definitiva, darías la nota haciendo algo que estuviera fuera de lo común consiguiendo así diferenciarte del resto. Esto nos demuestra que los contrastes, ya sean de color, tamaño, ideas, etc; llaman nuestra atención.
Esto mismo lo podemos aplicar a la fotografía. Cuando una persona observa una imagen podemos pensar que ve la fotografía como una pieza completa, y en cierto sentido esto es verdad, pero al mismo tiempo su mirada se desplazará a través de la imagen. Si en la fotografía hay un elemento que destaca, la lectura resulta mucho más satisfactoria que cuando nos enfrentamos a una imagen que no tiene un centro de interés claro. Si no encontramos nada atractivo que destaque, enseguida dejaremos de prestarle atención a la toma.
Así pues, el elemento que contrasta, se lleva la atención; el elemento diferente arrastra el ojo hacia sí. Nosotros como fotógrafos tenemos el poder de guiar intencionalmente la mirada del espectador hacia el punto que deseamos, pero... ¿cómo?¿Cómo hacemos "diferente" nuestro motivo principal? Como siempre, no hay reglas absolutas, pero sí existen algunos factores que nos pueden ayudar y que repasaremos a continuación.
1. La Atención se Va al Punto Enfocado
Cuando observamos una imagen con una profundidad de campo escasa es inevitable que nuestra mirada se dirija al punto que está enfocado. ¿Por qué? Pues porque es lo que está nítido, lo que contrasta con el resto de elementos de la imagen que aparecen desenfocados y poco claros. Nuestro ojo se siente tranquilo al poder identificar claramente esa parte de la imagen que aparece enfocada.
Esto no quiere decir que a partir de ahora tengas que dejar de emplear grandes profundidades de campo en tus fotografías, para nada. Hay ocasiones en las que posiblemente necesitarás tener gran parte de la imagen enfocada, algo que se repite mucho por ejemplo en fotografía de paisaje.
Con esto sencillamente lo que queremos decir es que jugar con la escasa profundidad de campo nos ayudará a focalizar la atención en el punto que hemos enfocado. Pero piensa que este es solo uno de los elementos que tenemos para llamar la atención, hay muchos más como vamos a ver.
2. La Atención se Va a Donde Hay Algo
Son varias las ocasiones en las que te hemos hablado de la regla del espacio negativo, un recurso de composición que nos enseña que el espacio negativo es aquel que se encuentra entre el marco de la imagen y el espacio positivo o sujeto u objeto principal.
Este espacio negativo debe pasar desapercibido, al mismo tiempo que nos ayuda a definir el sujeto u objeto, así como también a darle más importancia, ya que será lo que más destaque en la composición.
Piensa en una imagen minimalista, en la que el espacio negativo cobra gran importancia. En este tipo de tomas nuestro ojo sabe perfectamente hacia dónde tiene que mirar, porque solo hay un elemento que destaque. Esto nos indica que si colocamos nuestro motivo fotográfico en un entorno en el que no hayan distracciones, será mucho más sencillo focalizar la atención sobre el elemento que queremos.
3. La Atención Busca las Personas y, en Especial, los Ojos
Es una respuesta automática. Cuando hay personas en una foto, la atención se centra fundamentalmente en ellas. Es como si entendiéramos, por defecto, que son los protagonistas en la foto. Probablemente ocurra porque si tenemos que identificarnos con algo, antes lo haremos con una persona que con un objeto inanimado.
Imagina una fotografía de un paisaje grandioso. Puede ser preciosa, pero a la hora de leer la imagen depende de qué recursos compositivos hayamos empleado, sabremos hacia dónde tenemos que mirar o no. Sin embargo, si en ese mismo paisaje colocamos a una persona, nuestra mirada lo primero que hará será centrarse en ella.
Por otro lado, dentro de lo que es un retrato, es la mirada lo que capta toda nuestra atención. No la boca, ni el pelo, ni la nariz... son los ojos. No en vano se dice que la mirada es el espejo del alma, ¿verdad? Será porque a través de ella se pueden identificar nuestras intenciones. El caso es que los ojos captan nuestra atención, por eso hacemos siempre mucho hincapié en que refuerces eso con un enfoque exquisito para que la toma sea perfecta.
4. La Atención se Centra en lo que es Distinto
Decíamos al principio del artículo que la atención suele irse a aquello que contrasta en la imagen, que está como fuera de lugar, por lo tanto cuando hay un elemento que es distinto al resto, éste será el que se lleve nuestra atención.
Piensa en una toma en la que aparezcan elementos similares repetidos. Si uno de ellos tiene diferente forma, tamaño o distinto color romperá el ritmo de la composición, y nuestros ojos irán directamente a él, para entender por qué no sigue el mismo patrón que los demás.
El tamaño, la forma o el color por tanto son factores con los que podemos romper el ritmo de una composición para atraer la mirada del espectador. En la imagen de arriba por ejemplo observamos que hay varios globos en el aire, sin embargo es el de mayor tamaño el que capta nuestra atención. ¿Por qué? Porque es el que desentona con los demás, el que tiene un tamaño distinto al resto. Y lo mismo ocurre con los otros factores, el distinto siempre será el protagonista de la imagen.
5. La Atención se Centra en el Color
Aunque en el punto anterior ya hemos dicho que el color es uno de los factores que pueden romper el ritmo de una composición y por tanto atraer nuestra mirada, hay mucho más que decir sobre él.
Cuando hacemos nuestras tomas, si intentamos buscar que el color del fondo contraste con el del sujeto u objeto que vayamos a fotografiar, este destacará mucho más. Por lo general, si tratas de emplear colores que sean complementarios seguro que logras generar ese contraste y hacer que el elemento destaque del fondo. Y sino siempre puedes optar por fondos negros y oscuros.
Por otro lado, la saturación del color también juega un papel importante en lo que a llamar la atención se refiere. Así pues, los colores más saturados y fuertes destacan más que los que son suaves y apagados. Esto lo vemos de forma clara en tomas en las que se juega con la desaturación selectiva, dejando todo en blanco y negro excepto todo aquello que sea de un mismo color.
6. La Atención se Centra en la Luz
La luz, la esencia de la fotografía. ¿Acaso dudabas de que la iluminación no fuera uno de los factores determinantes que nos ayudan a centrar la atención sobre un elemento?
Como ya sabes, la luz no solo nos sirve para iluminar una escena y así poder obtener nuestra fotografía, también vimos en este artículo que podía ser un elemento compositivo que nos ayuda a dirigir nuestra mirada hacia una zona concreta de la imagen.
Nuestros ojos tienden a dirigirse primero a las zonas más brillantes de la fotografía, así que podemos utilizar eso a nuestro favor y jugar por tanto con las luces y las sombras para enfatizar la atención sobre aquello que deseamos.
7. La Atención se Centra Donde Apuntan las Líneas
Uno de los elementos básicos de composición de los que más hemos hablado son las líneas. Las líneas en fotografía marcan un camino seductor que transmite infinidad de sensaciones. A veces aparecen de manera más evidente, y otras veces aunque no las veamos dibujadas en la propia imagen sabemos que están ahí y que conducen nuestra mirada hacia una zona en concreto de la imagen.
Hay líneas rectas, verticales, horizontales, diagonales y curvas, convergentes... y todas ellas al final lo que hacen dirigirse hacia un punto. Lo que buscan es que la mirada del espectador las recorra hasta llegar al punto de interés de la toma.
Fíjate por ejemplo en la imagen de arriba. En la composición encontramos varios tipos de líneas y todas ellas rectas, tanto verticales, como horizontales y diagonales. Además todas la mayoría de ellas convergen y dirigen nuestra mirada a un mismo punto, al niño. Incluso hay una línea de sombra diagonal que nos lleva hasta él. ¿Notas el poder que tienen para focalizar la atención sobre una zona concreto de la imagen?
8. La Atención se Va a Lo que Está Enmarcado Naturalmente
Cuando decidimos qué fotografiar estamos escogiendo cuál es la porción de la escena que va a salir en nuestra imagen. A esto lo conocemos como encuadrar, pero a veces no basta solo con eso para dirigir la mirada del espectador justo al punto que deseamos.
Un modo de darle profundidad a nuestra imagen y además acotar la zona sobre la que tiene que prestar más atención el espectador, es enmarcando el elemento principal con un marco natural. Digamos que sería como encuadrar un encuadre, como delimitar la zona para indicarle al espectador dónde debe mirar.
Con marco natural por supuesto no me refiero solo a que tenga que ser un árbol, roca o cualquier otro elemento de la naturaleza. También consideramos marcos naturales aquellos que están compuestos por elementos más artificiales como puede ser una puerta o un puente por ejemplo, o incluso por otras personas.
9. La Atención Se Va a los que No Encaja
Hemos visto que cuando un elemento rompe el ritmo y es distinto, destaca. ¿Pero qué pasa cuándo aparecen elementos que no encajan? No se trata de que sean distintos ya, es que no tendrían que estar en ese lugar. Sin duda, estos también llamarán nuestra atención.
Por ejemplo, en la foto de arriba observamos a una geisha andando por la calle. Una calle en la que vemos coches modernos, gente vestida con ropa moderna, casas de construcción nueva... y sin embargo en esa misma calle está la geisha, con ropas y maquillaje que representan algo mucho más tradicional. ¿No te choca verla ahí? ¿No recibe toda tu atención porque parece que no acaba de encajar en ese entorno y época?
10. La Atención Se Va a la Simplicidad
Son muchas las ocasiones en las que te hemos dicho que en fotografía a veces se cumple la máxima de menos es más. Cuantos más elementos tengas en el encuadre, más costará distinguir el centro de interés. Un buen modo de evitar esto si no podemos reducir el número de elementos y distracciones que hay, es simplemente acercarnos al motivo y rellenar el encuadre con él.
Acércanos al motivo definiremos mejor cuál es el elemento que debe atraer la mirada del espectador, consiguiendo que la foto resulte más interesante.
Antes de disparar, analiza si todo lo que ves a través del visor son elementos que aportan algo a tu composición, o si por el contrario están distrayendo la atención del elemento principal. Si es así, acércate al elemento que deseas destacar para focalizar la atención sobre él.
En el caso de los retratos, un primerísimo primer plano te ayudará a centrarte plenamente en el rostro de tu sujeto, y un plano detalle podrá ayudarte a centrarte en aspectos más íntimos todavía, como unos labios por ejemplo.
Aprendiendo a Centrar la Atención
Si te muestran una fotografía y tu mirada enseguida se dirige a un punto en concreto, eso significa que tiene un claro centro de interés. Este es el propósito que tienen nuestras fotografías, y que podemos usar a nuestro favor como un recurso más para indicarle al espectador dónde tiene que dirigir su mirada y así mostrarle lo que queremos transmitir.
No es una tarea sencilla, requiere entrenar nuestra labor de observación y saber determinar cuáles de los factores que hemos repasado en el artículo son los que nos pueden ayudarnos a focalizar el centro de atención sobre un punto en concreto.
Por otro lado, recuerda que puedes emplear varios de estos factores a la vez, no tienen por qué emplearse de manera individual. Si sabemos combinarlos adecuadamente todavía conseguirás que el punto de interés destaque más sobre el reto de la imagen.
¡Ahora Te Toca Practicar!
Y para terminar, te propongo el siguiente ejercicio. La próxima vez que salgas a realizar una sesión fotográfica ten este artículo en cuenta, y a continuación muéstrale las fotos que has realizado a amigos o familiares y pregúntales qué es lo que les llama la atención sobre ellas.
Si coinciden con lo que tu te proponías, es que has entendido perfectamente cómo destacar el centro de interés de tus tomas, y sino... analiza por qué no ha sido así y sigue practicando. Ya sabes lo que dicen... la práctica hace al maestro.