¿Tienes en casa un barreño, una bolsa de plástico y tu equipo fotográfico a mano? Si, es lo que estás pensando. Vamos a fotografiar gotas de agua. ¿Lo has probado alguna vez? Si no lo has hecho, este es el momento. Y si ya lo habías probado, puede que descubras algo nuevo con este artículo. No te lo pierdas y en un rato conseguirás hacer fotos de gotas de agua como las que has visto siempre por ahí. Es realmente sencillo.
Llevaba tiempo con ganas de hacer este experimento, pero lo cierto es que nunca sacaba tiempo para probarlo. Necesitaba un poco de espacio y tranquilidad para poder trabajar. Al final me decidí al ver el video del enlace que me pasó Miguel. Si te ha gustado el resultado, no dejes de probarlo. Es muy fácil.
Tan fácil como que la foto que ilustra el artículo es mía. Para ser la primera vez que lo hacía no ha quedado mal, ¿no?
Los materiales que vamos a necesitar
- La cámara de fotos. Bueno, es obvio que necesitaré una cámara de fotos, pero lo que si es necesario que sepas es que la cámara debe permitir ajustes manuales. Vamos a tener que ajustar el tiempo de exposición, por lo que si usamos un modo de disparo totalmente automático no podremos garantizar el resultado.
- Un trípode. Vamos a dejar fija la cámara, por lo que necesitaremos fijarla con un trípode bien sólido. (ummm, otro motivo más para tener un buen trípode. Si no tienes trípode aún, en su momento explicamos cómo conseguir un buen trípode por menos de 50 euros)
- Una solución de iluminación. Vamos a disparar el flash remótamente. ¿Recuerdas el kit Strobist básico de 80 euros? Con un flash y los triggers será suficiente (No dejes de hacer la prueba si estos son los únicos componentes que te faltan).
- Un disparador remoto. Si disparamos pulsando el botón de la cámara probablemente transmitamos vibraciones a la cámara aunque esté fijada al trípode.
- Una cubeta o un barreño de agua.
- Una bolsa de plástico pequeña.
- Un folio o una cartulina.
- Un boligrafo o un lápiz o una varilla.
- Algo de espacio para trabajar.
- Tiempo libre...
- ... y un poco de paciencia.
El montaje del equipo
Busca una mesa donde colocar la cubeta con agua y fija el trípode al suelo, de modo que la cámara quede a la altura de la cubeta, un poco por encima de ella.
Coloca el folio por detrás de la cubeta. Con ello crearemos un fondo uniforme y nos servirá además para rebotar la luz del flash.
Busca algo donde fijar la bolsa de plástico por encima de la cubeta, a una cierta altura. Puede ser una estantería, o un flexo al que fijes la bolsita con una pinza. Las gotas las dejaremos caer desde la bolsa a la cubeta, con lo que manteniendo la bolsa colgada en un punto fijo conseguiremos controlar que la gota caiga siempre en el mismo sitio, con lo que no tendremos que preocuparnos de enfocar más de una vez.
Asegurate de que la bolsa queda bien fijada. Si durante el ejercicio se desprendiera y cayera desde lo alto a la cubeta puede salpicar mucho agua y tu cámara puede salir mal parada.
Puedes usar una de esas bolsas pequeñas que tienen un sistema de cierre basado en una especie de cremallera plástica. Si no tienes ninguna, puedes usar una bolsa normal a la que llegado el momento le haremos un agujero para que salga el agua, aunque tiene el inconveniente de no permitir controlar el flujo.
Antes de fijar el trípode comprueba que todo el montaje está en orden y que las gotas caen en el punto elegido.
Situa el flash en un lateral, apuntando al papel usado como fondo, de forma que la luz quede rebotada. Conecta el trigger y el receptor en flash y cámara y comprueba que funciona.
Ahora ya estás en disposición de colocar la cámara y el trípode y conectar el disparador remoto a la cámara.
La configuración de la cámara
Lo primero que debemos hacer es fijar el enfoque de la cámara. En esta ocasión trabajaremos con el enfoque manual.
Para esto es para lo que necesitamos el bolígrafo.
Como hemos fijado nuestro montaje de modo que las gotas siempre caen en el mismo sitio, con ayuda del bolígrafo fijaremos el enfoque. Para ello introducimos el boligrafo (o el lapiz, o la varilla; el objeto que tengamos a mano) en el agua dejando la mitad fuera, justo en el punto en el que cae la gota, de modo que tengamos un punto fijo para el enfoque. Una vez enfocado ya podemos retirar el bolígrafo.
La parte esencial a tener en cuenta de cara a la configuración de los parámetros de la cámara es el tiempo de exposición.
Necesitarás un tiempo lo suficientemente pequeño como para congelar el movimiento. En mi caso he usado 1/160.
Puedes usar una apertura media. Haz pruebas, ya que dependiendo de la focal que uses y la distancia de la cámara al agua la profundidad de campo variará.
Y a partir de ahí, a hacer fotos.
Pulsa el botón de disparo cuando veas que cae la gota. Cuando hayas hecho varios intentos irás cogiendo el momento exacto en el que debes pulsar.
Revisa en la pantalla de tu cámara que la foto se ha realizado correctamente y sobre todo comprueba que la velocidad y la exposición son las adecuadas.
Eligiendo la cubeta
Las formas que van a ir teniendo las gotas de agua dependerán fundamentalmente de la forma de la cubeta, la profundidad, y la altura desde la que hagamos caer las gotas de agua.
Es preferible que utilices una cubeta o un barreño antes que un plato, porque si la profundidad es insuficiente no conseguirás que las gotas adquieran las formas tan características al salpicar, y en lugar de eso lo que probablemente consigas es una salpicadura horizontal que acabe mojando tu equipo.
En cualquier caso, como es un accesorio que deberías tener por casa, lo mejor es que te des una vuelta identificando posibles accesorios que puedan servir para tu fin. Antes de realizar todo el montaje llenalos de agua y prueba a dejar caer gotas para tratar de identificar las formas que dibujan en el aire.
Haciendo Fotografías de Gotas de Agua como un Profesional
La primera de las claves para conseguir aspectos muy interesantes en tus gotas de agua es la iluminación.
En fotografía la luz lo es todo, y probablemente ya hayas descubierto que en función del ángulo y el tamaño de la luz las formas y su aspecto varían considerablemente.
Por ello, no te quedes con el esquema básico de iluminación que hemos usado y haz tus propias pruebas, situando la fuente de luz en otros puntos, rebotándola de otra manera e incluso usando varias fuentes de luz diferentes si puedes.
La segunda clave es el fondo.
Puedes probar con cartulinas de colores u otros materiales que puedas encontrar por casa. El aspecto final de las fotos dependerá del color de la cubeta y el color de fondo que hayas utilizado.
Variantes con gotas de agua
Otra idea para practicar con el mismo montaje (muy parecido) es dejar caer gotas de agua en objetos. Por ejemplo, puedes crear una composición con alguna pieza de fruta y aplicar la misma técnica, dejando caer siempre las gotas en el mismo punto. Frutas como peras, manzanas o melocotones combinan muy bien con el agua (en general, cualquier fruta que se pueda comer con piel y lavemos antes de llevarla a la boca) por la asociación de frescura y limpieza.
También puedes probar dejando caer cubos de hielo o frutas dentro de vasos.
Y ahora, a practicar
Ya lo tienes todo. Te he contado lo que necesitas y el proceso completo para llevarlo a cabo.
Ha llegado el momento de la verdad. Prepara tu equipo y ponte manos a la obra.
Y si te ha gustado la experiencia, no dejes de probar la guía para fotografiar humo. ¡Es igual de divertido y espectacular!