La arena de la playa, la sal del mar, la humedad, el calor... Lo cierto es que el verano y las vacaciones son momentos en los que tu cámara está especialmente expuesta. Por eso es necesario mantener la guardia alta y redoblar los esfuerzos para protegerla al máximo.
Si estamos protegiendo, lo primero es saber cuáles son nuestros enemigos. Por el tipo de actividades que llevamos a cabo en el período estival, los principales riesgos para tu cámara suelen ser: arena, sal, agua, altas temperaturas y caídas. Permanece en guardia frente a estos peligros y tu cámara te lo agradecerá.
En el artículo de hoy hemos recopilado una serie de consejos útiles para conseguir que tu equipo supere la prueba y dure muchos años. Por muy cuidadoso/a que seas, seguro que esta información te sirve como recordatorio o incluso te da alguna idea más para mantener tu cámara segura a pesar de los peligros.
Luchando Contra la Arena
La arena es especialmente peligrosa cuanto más fina es. Al intentar eliminarla de componentes ópticos, puede producir rayaduras permanentes e irreparables.
También se puede introducir por pequeñas rendijas dañando botones y componentes electrónicos. Estas son algunas medidas que puedes tomar para luchar contra ella:
#1. Evita el Contacto Directo
Si eres amante de la playa seguro que has tenido la experiencia de comprobar hasta dónde se puede llegar a colar la arena y lo difícil que es eliminarla completamente.
Por eso, evita el contacto directo de tu cámara con la arena. Para ello, procura tener la cámara en su funda cuando no la estés utilizando, y la bolsa siempre en alto, lo más alejada posible del suelo.
#2. Manos y Cara Limpias
Antes de coger la cámara, asegúrate siempre de tener las manos y la cara perfectamente limpios y sin un grano de arena pegado.
Somos conscientes de que la ausencia total de arena en el cuerpo cuando estás en la playa, es prácticamente imposible. Por tanto, evita poner la cámara en contacto otras partes del cuerpo que sí pueden estar impregnadas de partículas.
#3. Nunca Realices una Fricción
Si descubres que hay algunos granos de arena adheridos a la cámara, no los quites con lo primero que tengas a mano. Deberás tener especial cuidado si la arena se encuentra sobre los componentes ópticos de tu equipo.
Debes limpiar bien tus lentes. Ni se te ocurra aplicar fricción con algún tejido, porque solo conseguirás arañar el material y dejar una marca que no se podrá reparar nunca.
#4. Mejor Limpiarla en Casa con Tranquilidad
Si se te cae la cámara al suelo o entra en contacto directo con la arena de forma agresiva, es mejor que la guardes en la bolsa y no vuelvas a usarla. Es preferible llegar a casa y tomarte tu tiempo para limpiarla.
Utiliza una pera de aire eliminar toda la arena que haya quedado adherida a la lente o al cuerpo y la brocha o pincel para incidir suavemente en las zonas más conflictivas.
#5. Evita Soplar Tú
Como te acabamos de comentar, el aire a presión viene muy bien para limpiar los restos de arena. Lo que nunca debes hacer es soplar tú con la boca.
Si lo haces, corres el riesgo de que con el aire también se proyecten diminutas gotas de saliva. Si se mezclan junto con la arena pueden crear una combinación fatal muchísimo más difícil de eliminar.
#6. Deja la Tapa del Objetivo Puesta
Cuando no estás haciendo fotos, pero no quieres guardar la cámara en la bolsa porque pronto la vas a volver a usar, lo más recomendable es que mantengas puesta la tapa del objetivo el mayor tiempo posible.
Así evitarás salpicaduras, golpes y si alguna racha de viento levanta algo de arenilla, la tapa protegerá la lente al máximo.
#7. Usa un Filtro UV
Los filtros UV se utilizan para proteger el objetivo. Por un lado, en las cámaras más antiguas absorben los rayos ultravioletas consiguiendo que determinadas fotos parezcan más claras y naturales.
Y, por otro lado, protegen tu objetivo de la arena, el agua y otros agentes externos incluso de los golpes que podemos darle sin querer.
#8. Pon una Carcasa
Desde que las cámaras de acción están de moda y la gente se las lleva a la playa o a la piscina, se usan cada vez menos las carcasas acuáticas para las cámaras digitales habituales.
Sin embargo, aún existen carcasas estancas genéricas o para modelos concretos que te permitirán hacer fotos sin ningún riesgo. Quizá perderás algo de nitidez y comodidad pero valdrá la pena para proteger tu equipo.
#9. Guarda la Cámara en una Bolsa Hermética
Cuando acabes de usar tu cámara y quieras guardarla de nuevo en la mochila o funda fotográfica, introdúcela antes en una bolsa hermética de plástico como las que usas para los alimentos congelados.
De este modo, si la arena se ha colado dentro de la bolsa de tu equipo, todavía le quedará otro nivel de protección adicional.
#10. Evita Cambiar de Objetivo
Como sabes, siempre hay fibras, polvo y partículas suspendidos en el ambiente. Además, puede aparecer un soplo de aire cargado de suciedad en el momento en que estás cambiando la lente... ¿Conoces la Ley de Murphy verdad?
Pues no te arriesgues a exponer el sensor de tu cámara bajo estas circunstancias porque las consecuencias podrían ser fatales.
Defendiéndote de la Sal
La sal es tan peligrosa como la arena, solo que además también es corrosiva. El agua salada, al secarse, puede convertirse en pequeñas escamas de sal o polvo de sal que son capaces de colarse por todas partes y que incluyen potentes agentes corrosivos.
De hecho, aunque nos sequemos bien después de bañarnos en el mar, nuestra piel contiene restos de sal. Por lo tanto, a la hora de hacer fotos en la playa, ten en cuenta los consejos que te dimos para la arena y además considera los siguientes:
#11. Lávate las Manos
Antes de sostener la cámara, enjuágate las manos con abundante agua dulce o con una toallita húmeda desechable.
Por muy bien que te seques con la toalla, el salitre no se elimina. Además, la toalla seguramente tendrá arena también, con lo cual el peligro es doble.
#12. No te Cuelgues la Cámara
Si tu intención es bañarte en el mar y luego salir y seguir haciendo fotos, vístete primero. Recuerda que después de bañarte tu cuerpo y tu traje de baño contendrán restos de sal.
Aunque te hayas lavado las manos, si te cuelgas la cámara al cuello es más fácil que tu cámara entre en contacto directo con el agua salada.
#13. Usa el Parasol
El parasol no solo es un accesorio que evita que la luz estropee tus fotos. También nos sirve (y mucho) para ganar protección extra.
Las minúsculas gotas de agua de mar que se generan en la playa por efecto de las olas son una amenaza real. De igual modo, también protege la lente de golpes y amenazas externas.
Evitando el Agua y la Humedad
En verano, en nuestro tiempo de ocio solemos tener a menudo muy cerca el agua para combatir el calor, ya sea en piscinas, lagos, playas o ríos.
En el mejor de los casos, nuestras manos y cuerpo suelen estar mojados o húmedos. En el peor de los casos, se nos puede caer la cámara.
Cualquier tipo de componente electrónico mezclado con agua suele acabar en catástrofe, así que toma nota de estos consejos:
#14. Manos y Cara Secas
Además de tener las manos limpias es importante que tanto tus manos como tu rostro estén completamente secos. Si mojas la cámara, por poco que sea, esas gotas se pueden filtrar y crear condensación.
Las consecuencias de esas filtraciones pueden ser que se formen hongos o que incluso se estropeen piezas electrónicas internas y la cámara deje de funcionar.
#15. Evita Zonas Peligrosas
Trata de situar la cámara lejos de lugares de peligro en los que pudiera mojarse por accidente. Si el agua está muy cerca, la exposición al riesgo es muy alta.
Lo mejor es evitar las situaciones de peligro pero si no hay más remedio, ponle una carcasa acuática a tu cámara y no se la quites, incluso cuando estés fuera del agua.
#16. Si se Moja, No la Enciendas
Es un acto reflejo que apenas podemos controlar. Cuando algo le pasa a la cámara solemos encenderla inmediatamente para ver si se ha estropeado.
Pero haznos caso, si se trata de agua no lo hagas. En esta ocasión es preferible que se seque del todo primero. Encender la cámara estando mojada puede causar daños mucho peores.
#17. Si se Cae Directamente al Agua...
No te vamos a engañar. Si tu cámara se cae al agua y se sumerge parcial o totalmente en ella la situación va a ser realmente complicada.
Tenemos un artículo donde te contamos paso a paso qué debes hacer si esto ocurre, pero intenta que nunca te pase: ¡¡¡Socorro: Cámara al agua!!!
Combatiendo las Altas Temperaturas y la Luz Directa
La exposición directa al inclemente Sol del verano de tu cámara es un importante enemigo para su durabilidad, especialmente de determinados materiales.
Si es un exposición prolongada se pueden llegar a ocasionar incluso daños irreparables. Aquí tienes algunos consejos que puedes seguir:
#18. No Dejes la Cámara al Sol
Ni siquiera si se encuentra dentro de la bolsa, no dejes que la cámara reciba la luz del Sol de forma directa. Siempre que vayas a dejar la cámara sin usar por unos momentos, busca un lugar a la sobra lo más fresco y seco posible.
Por otro lado, vigila también el Sol y su trayectoria para evitar que sin darte cuenta pasen las horas y el Sol incida directamente sobre tu equipo.
#19. Evita Dejarla Dentro del Coche
Si tienes que dejar la cámara en el coche busca un lugar totalmente cubierto donde vaya a estar fresco y no reciba en ningún momento del día la luz del Sol.
Cuando dejes el coche en un exterior recuerda que la cámara no se vea desde fuera. Además de que no le dé el Sol, también nos interesa protegerla frente a los amigos de lo ajeno.
#20. Consulta sus Limitaciones
Nunca está de más repasar el manual de cámara para comprobar cuál es el rango de temperaturas que el fabricante indica para tu modelo.
Hay algunas cámaras rugerizadas y tempestizadas más resistentes que las habituales que son ideales para la práctica de ciertos deportes. No lleves tu cámara al límite nunca, pero conoce de lo que es capaz.
Previniendo los Golpes y las Caídas
Tenemos que reconocer que este no es un riesgo veraniego, sino que se extiende a lo largo de todo el año.
Pero no por ello hay que prestarle menos atención. Si no quieres lamentarte después, ten en cuenta también estos consejos para proteger tu equipo:
#21. Procura Mantener la Cámara en la Bolsa
Cuando no estés usando la cámara y sepas que no vas a usarla en un buen rato, guárdala en bolsa o mochila fotográfica. Llevarla continuamente fuera por la comodidad de tenerla a mano puede ser un riesgo innecesario.
Y en caso de que veas una situación de peligro, no lo dudes, métela rápidamente en la bolsa o incluso protégela con tu propia ropa o con tu propio cuerpo. Por otro lado, las lentes que no estés utilizando, guárdalas también en la mochila, en su bolsa protectora o en un portaobjetivos.
#22. La Tapa, el Filtro y el Parasol Siempre Puestos
Aunque sea incómodo poner y quitar la tapa cada vez que hacemos fotos, valdrá la pena. A veces nos olvidamos de que llevamos la cámara colgada y si realizamos un movimiento brusco podemos golpear la lente contra algún elemento. Si lleva la tapa, el cristal estará protegido.
El filtro UV y el parasol tampoco te molestarán, de hecho te darán el doble de protección, así que no los dejes dentro de la mochila y pónselos a la lente.
#23. Enrolla la Correa al Brazo
Cuando no puedas llevar la cámara colgada al cuello, ya sea porque estás mojado o manchado de arena, puedes afianzar tu cámara enroscando la correa de la cámara en tu brazo.
Quizá no sea el método más seguro del mundo, pero te dará un margen de reacción antes de que la cámara caiga al suelo para poder llegar a tiempo a atraparla.
#24. Añade una Empuñadura Extra
Las empuñaduras son una excelente opción para evitar accidentes. Tienen un precio muy asequible y son muy útiles porque dan estabilidad y confianza al añadir ese extra de seguridad a la sujeción y al agarre de la cámara.
Algunas se adaptan a la mano y otras también incluso a la muñeca, por lo que también permiten proteger la cámara frente a tirones o robos.
#25. Agrega Peso al Trípode
Si vas a hacer fotos con teleobjetivos, panorámicas, timelapses, largas exposiciones o nocturnas, necesitarás un trípode. Si el que tienes es demasiado ligero y poco robusto, tu cámara también correrá peligro de caer sobre la arena o el agua con un golpe o una racha de viento fuerte.
En esos casos, utiliza el gancho extraíble que suele haber en la columna central de la mayoría de trípodes para colgar la mochila o cualquier elemento que añada peso y le de un extra de firmeza.
¿Conoces Más Consejos?
Seguro que hay más peligros y que te has encontrado cara a cara con ellos ¿verdad que sí? No dejes que nada arruine tus vacaciones y siéntete seguro/a.
Si conoces algún truco más para proteger tu cámara este verano no dudes en compartirlo con nosotros en los comentarios.
Recuerda que ¡toda precaución es poca cuando se trata de nuestro equipo fotográfico, pero en especial de nuestra cámara!