Puede que lo lleves siempre puesto y lo utilices pensando que así tu cámara parece más profesional. Pero... ¿realmente crees que el parasol se emplea por mera cuestión estética?
En el artículo de hoy vamos a descubrir exactamente qué fines tiene este accesorio que puede venir incluido con nuestras lentes o podemos adquirir por separado. ¿Será tan necesario como parece? ¡Sigue leyendo y lo averiguarás!
¿Qué Es un Parasol?
Los has visto puestos en cientos de cámaras. Los hay de diferentes tamaños y formas, y se utilizan incluso para fotografiar en días nublados y hasta de noche. ¿Tiene esto sentido?
¿Un parasol no es simplemente un accesorio de plástico que sirve para evitar la incidencia directa del sol sobre la lente como su nombre indica? Pues resulta que no, que el parasol presenta más bondades de las que podíamos pensar, aunque antes de verlas, empecemos por el principio.
¿Qué es un parasol exactamente? Pues se trata de una pieza de plástico o de metal que en ocasiones acompaña a nuestro objetivo, y que otras veces tenemos que adquirir por separado. Como te decía antes, puede ser de diferentes tamaños y formas según la lente que vayamos a emplear, y lo que hacemos con él es acoplarlo al final de nuestra lente enroscándolo.
¿Y cuál es su principal uso? Bueno, pues tal y como veíamos antes, es evitar que la luz directa del sol incida sobre nuestra lente provocando destellos y reflejos indeseados, pero aún hay más cosas que puedes conseguir con él para mejorar tus tomas.
¿Por Qué No Son Todos Iguales?
Ésta es otra pregunta que a menudo suele pasarse por la cabeza de todo el que empieza a fijarse en este accesorio. Y es que hay parasoles completamente cilíndricos y otros con ciertas formas. ¿A qué se debe esto?
Muy sencillo. En función de la focal del objetivo hay que tener en cuenta que éste debe ser capaz de captar mayores o menores ángulos de incidencia de la luz.
Así, por ejemplo, en teleobjetivos los parasoles tienden a ser completamente cilíndricos, pues los ángulos de incidencia de la luz que se desea que lleguen al objetivo son reducidos.
Sin embargo, en angulares y focales medias, los parasoles tienden a presentar un cierto dibujo en forma de flor (o pétalo) que permite que el parasol ofrezca cierta sombra a la lente, pero sin bloquear ángulos de incidencia que, de otro modo, originarían regiones oscuras en la imagen capturada.
Principales Ventajas de Uso
Volvemos a hacer hincapié, en que tal y como su propio nombre indica (y como todos suponemos cuando lo vemos colocado sobre un objetivo), el principal uso de este accesorio y para lo que fue concebido fue para evitar la incidencia directa del sol sobre el objetivo.
Mediante el uso de un parasol es posible evitar molestos flares que pueden aparecer en tu imagen como consecuencia del impacto directo de rayos de luz sobre tu lente y que pueden generar efectos no deseados en tus fotografías.
Además, también podrás evitar imágenes lavadas o excesivamente iluminadas y faltas de contraste y definición, motivadas nuevamente por la incidencia directa de una gran cantidad de luz sobre tu objetivo. Dicho de otro modo, es como si le colocáramos una gorra a nuestra lente.
Por otro lado, aunque todos nos referimos a este accesorio como parasol, en cuanto uno lo tiene montado cierto tiempo sobre su objetivo y empieza a contar el número de ocasiones en que ha servido para proteger a la lente de ciertos impactos, pronto cambia su nombre y pasa a denominarlo paragolpes.
Y es que muchos fotógrafos tienen constantemente montado el parasol, independientemente de la presencia o no del sol, por su capacidad para actuar como protector de la lente sobre la que va montado.
Si estás interesado en preservar a toda costa tu equipo, existen otras muchas formas de proteger tu cámara como las armaduras, aunque pueden ser mucho más aparatosas. El uso de parasoles es una buena idea y una solución de compromiso porque ofrece cierta seguridad y apenas supone inconvenientes para quien lo tiene montado en su objetivo.
¿Cuándo Es Mejor Retirarlo?
Por supuesto, también hay casos en los que nuestra mejor opción es retirarlo. Por ejemplo, si deseamos sacar intencionadamente destellos y flares para que le den un toque artístico a nuestra fotografía, es mejor optarlo por quitarlo.
Otro de los casos claros donde es importante retirarlo es cuando vamos a disparar un flash desde la cámara, ya sea el integrado o una externo. Si no lo hacemos, lo que ocurrirá es que el haz de luz del flashazo proyectará la sombra del parasol en nuestra toma causando un efecto poco agradable.
Y por último, cuando vamos a guardar la lente en nuestra mochila, ya sea montada o no en la cámara. ¿Por qué? Bueno, al añadir el parasol al objetivo este ocupa más espacio, y a veces lo que nos interesa es llevar mochilas más pequeñas en las que tengamos el material guardado de forma compacta para que ocupe lo mínimo posible. Eso es algo que no podemos lograr si tenemos montado el parasol, así que en esos casos lo mejor es desenroscarlo y acoplarlo del revés a la lente, de forma que el espacio que ocupa es mucho menor y además nos aseguramos de que no vamos a perderlo porque sigue cogido a la lente.
¿Mejor o Peor que un Filtro UV?
Cuando adquirimos nuestro nuevo equipo invertimos parte de nuestros ahorros en él, y es que todo aquello que tenga que ver con fotografía no suele ser precisamente barato, ¿verdad? Es por ello que una vez tenemos ese equipo, trataremos de protegerlo a toda costa para que nos dure en las mejores condiciones el máximo tiempo posible.
Para cumplir con este cometido, además del parasol existe otro accesorio del que también te hemos hablado que nos puede ser de gran utilidad, el filtro ultravioleta. ¿Es mejor el filtro que el parasol?
Bueno, en realidad son accesorios distintos. Recordemos que el filtro UV es un vidrio que se adhiere a la parte frontal de una lente a través de diversos sistemas de acople, siendo el de rosca el más empleado, y que actualmente su principal cometido es actuar como protector de nuestra lente. Es decir, que la protegerá de choques y arañazos, pero también de otros agentes externos como la grasa de las manos, las salpicaduras de agua, el polvo o la suciedad, la humedad y el rocío, la lluvia, la nieve o la arena.
Es cierto que el objetivo estará protegido, aunque será el filtro el que se ensucie y sufra todas esas inclemencias. Eso sí, piensa que siempre será mucho más económico cambiar de filtro que de lente, así que un filtro ultravioleta cumple bien su cometido.
El dilema viene en que el filtro no deja de ser otro cristal que añadimos delante de nuestra lente, por lo que muchos fotógrafos prefieren prescindir de él porque además de presentar algunos defectos como fantasmas y destellos indeseados, pueden reducir la nitidez de la fotografía si no poseen un mínimo de calidad. De nada sirve comprarse un objetivo de 800 euros si luego le ponemos delante un filtro de 10 euros para protegerlo si es a costa de restar calidad a la imagen...
Así que volviendo a la pregunta de cuál es mejor, si un parasol o un filtro ultravioleta... lo que es proteger, protege más el filtro porque actúa como una especie de escudo, pero a su vez si no optamos por un buen filtro de calidad, puede que sea peor el remedio que la enfermedad. Sin embargo, el parasol aunque no cubra tanto la lente, la seguirá protegiendo de golpes, sin restar nitidez a la fotografía y además evitando la incidencia directa del sol sobre el objetivo.
Y si somos un poco paranoicos y queremos proteger nuestro equipo pase lo que pase, también existe la opción de emplear ambos accesorios (doble combo), pero lo dicho, siempre busca un filtro UV de calidad.
¡Sácale Partido a Este Accesorio!
Como has podido comprobar, el parasol es un accesorio que tiene más prestaciones de las que podías pensar, ofreciéndonos a la vez protección e imágenes libres de destellos que pueden estropear nuestras tomas. Es por ello que en la mayoría de ocasiones llevarlo puesto es tu mejor opción.
¿Eres de los que lo lleva siempre puesto? ¿Conoces alguna ventaja más o recomendación a la hora de emplearlo? ¡Cuéntanoslo en los comentarios!