Fotografiar el humo puede parecer una de las técnicas más complicadas y, sin embargo, es una de esas prácticas que cualquiera puede realizar en casa fácilmente. Solo vas a precisar de los materiales necesarios (que seguramente tendrás a mano) y armarte un poco de paciencia para poder obtener unos resultados sorprendentes.
Cómo Fotografiar Humo Paso a Paso
Seguro que cuando has visto fotografías de humo te has quedado encantado mirándolas. ¡Son mágicas! Transmiten esa atmósfera enigmática y, al mismo tiempo, elegante, como si el humo danzara sensualmente con el viento. Y es cierto, crean unas formas únicas y una sensación de movimiento que consigue enamorarnos.
En este artículo vamos a conocer los fundamentos de la fotografía del humo, los materiales necesarios, la configuración de nuestra cámara, y el procesado final de las imágenes con algún truco para añadirle color al humo y experimentar con él. Quédate conmigo y te contaré como hacer fotografías con humo paso a paso. Te vas a convencer de que fotografiar el humo es mucho más sencillo de lo que pensabas... ¡Vamos allá!
1. Reúne el Material Necesario para Fotografiar Humo
Aunque vamos a entrar en detalle para explicar cada uno de los elementos que vas a necesitar para realizar fotografías con humo, voy a hacerte un resumen del material que vas a necesitar tener a mano para tu sesión (para que lo vayas preparando):
- Una cámara réflex (con la batería cargada y la tarjeta de memoria vacía)
- Un objetivo con una focal larga o variable (si puede ser macro , casi mejor)
- Un tejido o tela opaca de color negro para el fondo
- Varas o conos de incienso para crear el humo y un encendedor
- Un flash externo, o en su defecto una fuente de luz continua potente
- Un trípode (o dos, si vas a usar un flash externo)
- Una mesa estable donde colocar todo el material
- Un reflector (opcional)
- Un disparador remoto (opcional)
2. Monta el Espacio de Trabajo
Una vez tenemos claros los materiales que vamos a necesitar tenemos que elegir una zona donde montar nuestro espacio de trabajo y realizar las fotografías. Lo mejor es que elijas una habitación espaciosa y que puedas ventilar fácilmente.
Las formas y trayectorias que dibuje el humo dependerán de la ventilación de la habitación. Si hay demasiada corriente, el humo volará demasiado rápido y nos costará fotografiarlo. Sin embargo, si no disponemos de ninguna ventilación, el humo formará rápidamente una densa nube que inundará toda la habitación y que nos impedirá obtener el efecto deseado en nuestras fotos.
La mejor opción es trabajar en una habitación en la que vayamos haciendo fotos y parando de vez en cuando para ventilar, pudiendo probar también a dejar una rendija abierta de una ventana que permita ventilar la habitación continuamente pero sin que llegue a haber una corriente que resulte molesta.
El Fondo
Para realizar nuestras fotografías vamos a necesitar un fondo completamente negro. Lo más recomendable es utilizar algún tejido o alguna tela lo suficientemente opaca como para que no deje pasar la luz a través de ella.
Si elijes una tela demasiado translúcida, otras fuentes de luz podrían intoxicar la escena y se vería lo que hubiera detrás del fondo. Del mismo modo, evita cartulinas o cartones negros porque pueden generar destellos.
Igualmente, si utilizamos una superficie plástica en lugar de una tela es bastante probable que también aparezcan los reflejos, así que optaremos mejor por un tejido negro, opaco y sin texturas.
El Esquema de Iluminación
Ahora montamos el esquema de iluminación. Cuando coloques el fondo negro ten en cuenta ponerlo lo más lejos que puedas de la fuente de humo para que sea más fácil difuminarlo y oscurecerlo en el procesado final.
Para la fuente de iluminación principal yo he elegido una lámpara de luz potente y continua que he colocado cerca del humo y que he ido ladeando para conseguir el efecto deseado. También es conveniente, si dispones de él, utilizar un flash externo en lugar de una luz potente. Si tienes dudas sobre si hacerte con uno, no te pierdas este artículo que te va a dar 5 Buenas Razones para Comprar un Flash Externo.
También puedes rebotar tanto la luz del flash como la luz de tu lámpara con un reflector blanco para así intensificar la iluminación y conseguir mayor homogeneidad. Solo tendrás que colocar el reflector en el lado opuesto a la luz principal, como te indico en el esquema de iluminación de abajo.
3. Genera un Humo Constante
Ahora debemos generar el humo, el protagonista de nuestra sesión. Lo mejor es que evites utilizar velas o fuego ya que son mucho más difíciles de controlar. Ten en cuenta que vas a trabajar con un producto peligroso así que toma las medidas de precaución necesarias al acercarte o aproximar objetos que puedan ser inflamables.
Te recomiendo que utilices unas varitas o conos de incienso que generarán un humo constaste y denso y además aromatizarán tu casa y te ayudarán a relajarte (recuerda que la paciencia será clave en esta sesión)
Como las formas que va adoptando el humo dependen de los cambios de temperatura y las corrientes, es una buena idea probar con dos fuentes de humo superpuestas en lugar de una sola, o utilizar algún objeto para interponer en la trayectoria del humo y crear diferentes figuras.
4. Prepara los Parámetros de tu Cámara
Conocer nuestra cámara es muy importante a la hora de poder configurar correctamente los distintos parámetros con los que vamos a hacer las fotos. Teniendo esto en cuenta podrás configurar tus ajustes como más te convenga.
En mi caso, al no utilizar un flash y elegir una luz continua menos potente optaré, en algunos casos, por subir la ISO, abrir más el diafragma y bajar la velocidad de obturación. De todos modos, vamos a hacer un repaso de los distintos ajustes de configuración más recomendables con los que puedes empezar a disparar tus primeras fotografías con humo.
Enfoque Manual
Al contrario que en la mayoría de las fotos que normalmente hacemos, en esta ocasión optaremos por el enfoque manual. La idea es ubicar nuestra cámara fotográfica en un punto fijo con la ayuda de un trípode.
Nos será bastante complicado utilizar el enfoque automático enfocando sobre el humo ya que se encuentra en constante movimiento. Sería muy complicado conseguir una captura enfocada y con una figura que nos guste.
Es por ello que enfocaremos manualmente sobre un objeto que colocaremos en la que consideremos que vaya a ser la trayectoria del humo, y fijaremos el enfoque para trabajar con ese enfoque fijo durante toda la sesión.
Apertura del Diafragma
Como habremos enfocado previamente y no podemos controlar el punto exacto sobre el que pasará el humo, la idea es utilizar un diafragma lo suficientemente cerrado (números f medios) como para conseguir una profundidad de campo adecuada.
A la distancia que haremos las fotos, y dependiendo de la distancia focal utilizada, podemos trabajar con aperturas entre f/5 y f/11. De este modo debería quedar perfectamente nítida la zona del humo y desenfocado el fondo, del que solo deseamos sacar una masa negra.
Si necesitas más información sobre la relación entre la profundidad de campo y la apertura del diafragma, el artículo La Profundidad de Campo Explicada con Ejemplos probablemente te sacará de dudas al respecto.
Sensibilidad ISO
Para este tipo de fotografía lo más recomendable es utilizar el valor de sensibilidad ISO más bajo que nuestra cámara permita, que suele ser un valor de 100 ó 200. Fíjate bien, porque con una ISO demasiado alta puede que añadamos ruido a nuestras fotografías. Si no dispones de un flash externo y utilizas una luz continua (como ha sido mi caso) seguramente poseas peores condiciones lumínicas y tengas que subir más la ISO.
Sin embargo, como te he comentado en otras ocasiones, no debes dejar que la ISO suponga un límite para ti. Si conoces tu cámara y sabes hasta dónde es capaz de llegar sin meter ruido en la imagen, súbela sin miedo.
Recuerda que siempre es prioritario conseguir una buena exposición. Una fotografía mal expuesta (salvo en ocasiones) es una fotografía perdida que no podrás salvar en edición. Sin embargo, un poco de ruido es fácil de corregir posteriormente cuando proceses la imagen.
Controla la Exposición
Uno de los problemas que puedes tener a la hora de hacer fotos de humo es el control de la exposición. Al contrario que en las fotografías convencionales, si juegas con el histograma, comprueba que la mayor parte de la imagen está en la parte izquierda (negros).
Asegúrate de no quemar ninguna parte del humo. El atractivo de estas imágenes es el volumen que se genera con los distintos niveles de luces. Las zonas excesivamente expuestas perderán ese volumen si aparecen quemadas.
5. Dispara y Ten Paciencia
¿Ya lo tienes todo listo? Pues a hacer fotos. Ten paciencia y no te canses de hacer fotografías. Juega con el humo, espera a que se creen figuras, prueba a situar la fuente del humo a diferentes alturas, sopla para que cambie de dirección, lo que sea para conseguir formas originales.
En mi caso no he utilizado un disparador remoto, pero si lo tienes te vendrá muy bien para no tener que tocar la cámara, la cual estará fijada en el trípode con el enfoque fijo. Tan sólo tendrás que hacer la foto y esperar a que salga en la pantalla de la cámara, para ver que tal ha salido, y seguir disparando.
6. Procesa la Imagen en un Programa de Edición
Lo más recomendable para este tipo de fotografías es que dispares siempre en formato RAW. De este modo tendrás una mayor flexibilidad para aplicar ajustes de exposición, iluminación o temperatura de color de forma rápida y sencilla.
Para el montaje de mi espacio de trabajo he utilizado una tela negra de fondo que tenía alguna que otra arruga y con los ajustes automáticos de la exposición la fotografía tendía a aclararse demasiado, viéndose esos detalles feos del fondo.
Este problema es fácil de solucionar llevando al máximo el control de las sombras y al mínimo el control del contraste. A partir de ahí, he ido jugando con la exposición para no sobreexponer los blancos.
En Photoshop, podrás utilizar los niveles para llevar las zonas oscuras al negro completo y ayudarnos de un pincel negro para pintar sobre aquellas zonas puntuales del fondo que muestren algún tipo de brillo sobre la tela o zonas de humo que no formen parte de la figura principal.
7. Añade un Toque de Color a tus Fotografías con Humo
Si queremos dar a nuestras fotos un toque adicional de irrealidad, podemos colorear el humo. No hay un método único para colorearlo, por lo que se puede jugar hasta obtener el resultado deseado.
Si queremos trabajar con el fondo blanco en lugar de negro, simplemente tenemos que invertir la imagen. Abre tu imagen en Photoshop y selecciona Imagen/Ajustes/Invertir. Como verás el fondo será blanco y el humo negro.
En mi caso es así porque cuando he procesado la imagen la he desaturado, pero es probable que si en tu caso el humo tenía algo de color, al invertirla adopte un color marrón o rojizo.
A partir de aquí, podemos utilizar una capa de color sólido o degradado, seleccionando el Modo de fusión Color o Tono en los ajustes del degradado. Para tener un control mayor sobre los colores por zonas, podemos pintar con pinceles de colores sobre el humo en una capa en Modo Color.
¡Cambia el Fondo, los Colores y Experimenta con el Humo!
Ahora ya tienes tu fotografía con humo y puedes hacer lo que quieras con ella. Combina varias columnas de humo en una misma imagen, cambia el color del fondo o experimenta con diferentes tipos de degradados hasta que encuentres el que más te guste.
¿Has visto lo fácil que es fotografiar el humo? Con unos cuantos materiales sencillos y mucha paciencia se pueden conseguir fotos tan mágicas y fascinantes como estas. ¡Anímate a probar y comparte tu experiencia con nosotros!