Cuando hacemos fotografía, disponemos de una serie de elementos que nos ayudan a expresar aquello que queremos contar con nuestras imágenes: las líneas, las texturas, los colores.
A veces, sin embargo, no somos conscientes de todos estos elementos y disparamos añadiéndolos a nuestras imágenes sin prestarles mucha atención: los incluimos de manera inconsciente en nuestras composiciones. Un ejemplo de esto es el espacio negativo, un elemento con mucha fuerza visual que, usado correctamente, reforzará muchísimo el mensaje de la fotografía y que, a veces, no es entendido en toda su globalidad.
¿Qué Es el Espacio Negativo?
Cuando miramos una fotografía, en términos generales estamos viendo tres elementos distintos:
- El marco. Se trata del límite de la fotografía. Y no se trata sólo de la línea en la que se "acaba" la imagen, también se incluye dentro de este concepto aquella zona cercana a esa línea. Es decir, la zona que rodea toda la imagen.
- El espacio positivo. Es aquello que hemos fotografiado, nuestro sujeto principal. El elemento más importante de la imagen.
- El espacio negativo. Es todo lo demás. Es el espacio que queda entre el marco y el espacio positivo. Es un espacio sin rellenar, que está porque debe estar y que está "vacío", sin información relevante para la fotografía. En el momento en el que lo que pensábamos que era un espacio negativo tiene algún detalle importante para la lectura de la imagen, deja de ser espacio negativo para pasar a ser espacio positivo (espacio con información).
El espacio negativo, aunque no tenga "información relevante", también es un elemento de la composición y, por lo tanto, debemos saber usarlo para dotar de más interés y belleza a nuestras imágenes.
¿Cómo Es el Espacio Negativo?
Ya sabemos qué es el espacio negativo de una imagen, vamos a ver, ahora, cómo es. Se trata de una elemento de la composición y que tiene dos características principales: por un lado, debe evitar que el espectador de la imagen se centre en él. Las personas que miren la fotografía, no deben pararse a observar durante mucho rato el espacio negativo.
Debe, por lo tanto, carecer de detalles que llamen la atención. Debe pasar desapercibido. Aunque, eso sí, y esta es la segunda característica del espacio negativo, debe tener presencia. Es cierto que acabamos de decir que el espectador no debería sentirse llamado a mirar el espacio negativo, pero si éste está bien utilizado en la imagen, el espacio negativo estará siempre presente, aportando significados y matices a la imagen.
Como hemos dicho, el espacio negativo no debería tener información relevante pero esto no significa que esté vacío de significado. Un espacio negativo bien utilizado puede transmitir muchas cosas. Y esto, ¿cómo puede ser?
Resulta que el espacio negativo, pese a su poético nombre, también tiene peso visual. Esto significa que, por lo tanto, debemos ser muy conscientes de dónde lo colocamos dentro de la composición, pues en función del espacio que ocupe, significará una cosa u otra.
Por ejemplo: si colocamos el espacio negativo por encima del sujeto, puede parecer que "aplasta" al elemento principal de la imagen o que le da el espacio suficiente para volar, con lo que el sujeto recibe cierta "libertad". Si se encuentra, por el contrario, por debajo, el protagonista de nuestra foto puede parecer que "flota" y, por lo tanto, el espacio negativo nos regalará una sensación de ligereza.
El color del espacio negativo también es importante. Por norma general, un espacio negativo de color claro nos llevará a la cabeza imágenes de ligereza y paz, mientras que un espacio de color oscuro, será más fácil que lo relacionemos con un gran peso o angustia. Pero esto, si recuerdas, ya nos pasaba con las fotografías en clave alta y en clave baja.
La Relación Entre el Espacio Negativo y el Sujeto
Una de las maneras de conseguir que el sujeto de una fotografía tenga un indiscutible protagonismo es utilizando el espacio negativo para rodearlo en la imagen. Así, no deberá luchar con otros elementos y, por lo tanto, ganará en protagonismo. Tener claro este concepto nos puede ser verdaderamente útil a la hora intentar componer fotografías minimalistas, en las que cuantos menos elementos haya, mejor.
Sea como sea, el espacio negativo tiene dos grandes funciones respecto al sujeto principal de nuestra imagen:
- Definir el sujeto. El espacio negativo puede ayudarte a definir el espacio positivo y, por lo tanto, al sujeto principal de tu fotografía. Ya hemos visto que el espacio negativo tiene mucho significado en función de cómo sea, si conseguimos relacionar el sujeto con el espacio negativo adecuado, éste nos ayudará a reforzar la "personalidad" del primero.
- Darle más importancia. Un elemento rodeado de vacío siempre nos llamará más la atención que un elemento rodeado de otros elementos. Por eso el espacio negativo nos puede ayudar a darle más visibilidad a un sujeto en concreto.
A veces, sobre todo si nuestro sujeto principal no es lo suficientemente atractivo, puede darse el caso de que el espacio negativo le robe protagonismo al elemento principal de la imagen. Llegando, incluso, a convertirse (el espacio negativo) en el protagonista de la foto. Puede que esto te interese en alguna ocasión, dependiendo de lo que quieras expresar con tu imagen. Lo importante es que seas consciente de ello y sepas cómo evitarlo si se da el caso y no es lo que andabas buscando conseguir con la cámara.
Rellena el Encuadre... ¡Con Espacio Vacío!
Rellenar el encuadre es una de las principales reglas de composición que existen.
Consiste en, precisamente, eso: asegurarse de que en la fotografía que estamos haciendo, no haya ningún rincón que no contenga algún tipo de información. El hecho de rellenar el encuadre nos puede ayudar mucho a la hora de saber desde qué ángulo deberíamos tomar una foto y, sobre todo, a qué deberíamos hacer esa foto.
A veces nos obsesionamos con intentar captar el máximo de elementos de una escena y lo único que conseguimos, con ello, es abarrotar de elementos e información superflua la composición. Buscando seguir la norma de rellenar el encuadre, deberemos buscar el elemento que más nos interese de todos los que tengamos delante e intentar llenar al máximo el encuadre con él, dejando fuera de la imagen aquellos elementos que no aporten la información que nos interesa.
Pero, ¿no hemos dicho que el espacio vacío también tenía significado?, ¿que aportaba, también, cierta información? Entonces... ¿no sería posible rellenar el encuadre con, aunque suene paradójico, espacio vacío? En mi opinión personal, sí. Siempre que seamos conscientes de lo que estamos haciendo y no se trate de un espacio negativo "gratuito". Si el espacio negativo que estamos incluyendo en nuestra composición nos sirve para explicar algo, tendrá presencia propia, tendrá sentido y por lo tanto, nos ayudará a rellenar el encuadre.
¿Y tú? ¿Sueles Sacarle Todo el Partido al Espacio Negativo?
¿Nos enseñas alguna foto en la que el espacio negativo tenga especial importancia dentro de la composición? ¿Te ha servido el espacio negativo, en alguna ocasión, para fortalecer el sentido de una fotografía?