La velocidad de obturación es una de las formas de regular la cantidad de luz que entra al sensor de nuestra cámara. Variando el control de la velocidad de obturación podrás hacer la misma fotografía con resultados muy distintos. Uno de los elementos en los que impacta de una manera más determinante es en la congelación (o no) del movimiento.
Con el fin de conocerlo un poco mejor, en este artículo abordaremos todo lo que necesitas saber sobre éste concepto fotográfico explicado con ejemplos. ¿Te quedas conmigo para descubrirlo?
¿Qué Es La Velocidad de Obturación?
Le velocidad de obturación, o tiempo de exposición, es uno de los tres pilares básicos de la exposición fotográfica (junto con la apertura de diafragma y la sensibilidad ISO). Con el control de este parámetro dejaremos pasar más o menos luz al sensor de nuestra cámara con una clara implicación: congelar o no el movimiento. Pero antes de explicar qué es la velocidad de obturación, debemos conocer qué es el obturador.
¿Qué es el Obturador de la Cámara?
El obturador de nuestra cámara es un dispositivo mecánico muy preciso situado delante del sensor, que va a controlar el tiempo durante el cual le llegará la luz a éste. Está formado por dos cortinillas (una que se abre para iniciar la exposición y otra que se cierra para finalizarla), y el espacio que queda entre ellas será por el que entre la luz.
Por lo tanto, la velocidad de obturación será el tiempo que va a estar abierto el obturador de nuestra cámara y que dejará pasar la luz al sensor.
¿Qué Implica la Velocidad de Obturación?
Una vez sabemos lo que es la velocidad de obturación, veamos cuáles son las consecuencias de utilizar tiempos de exposición más o menos largos. El gráfico que aparece a continuación trata de ilustrarnos cuáles son dichas consecuencias.
Velocidad de Obturación Rápida / Tiempo de Exposición Corto
Viendo el gráfico, comprobarás que si trabajamos con velocidades de obturación rápidas (o lo que es lo mismo, tiempos de exposición cortos), la cámara abrirá y cerrará el obturador muy rápido. Esto implica que la cantidad de luz que entra en el sensor, lo hará durante un breve período de tiempo, por lo tanto para lograr una buena exposición deberemos compensarlo iluminando bien la escena a retratar, y/o jugando con los otros dos parámetros del triángulo de la exposición: la apertura de diafragma y la sensibilidad ISO. Si no lo compensamos, nuestra fotografía seguramente quedará subexpuesta, porque la luz ha pasado durante muy poco tiempo.
¿Y qué se considera una velocidad de obturación rápida? Suele considerarse rápida la que se sitúa por encima de 1/60 segundos. A partir de esta velocidad, comprobaremos cómo nuestras imágenes son más estáticas y consiguen congelar el movimiento. Y a medida que usemos velocidades más rápidas, ese efecto de congelar la acción será más evidente todavía. Esto sin duda es de gran utilidad en fotografía de deportes.
Velocidad de Obturación Lenta / Tiempo de Exposición Largo
En cuanto a una velocidad de obturación lenta (o lo que es lo mismo un tiempo de exposición largo), es justo el caso contrario. Vamos a estar con el obturador de la cámara abierto durante más tiempo, y eso implica que dejaremos pasar más luz al sensor de la cámara. Para las situaciones en las que usemos una velocidad de obturación lenta, comprobaremos que no hará falta subir tanto la ISO ni abrir tanto el diafragma para conseguir una exposición adecuada.
Por velocidad de obturación lenta entendemos aquello que se sitúa por debajo de 1/60 segundos. Con este tiempo de exposición conseguiremos captar el movimiento producido por los objetos o sujetos que aparezcan en nuestra toma. Incluso la propia fotografía podría salirnos movida por el movimiento que causamos al pulsar el obturador, de ahí la importancia de utilizar un buen trípode para tiempos de exposición largos. La sensación que se genera utilizando estas velocidades es de dinamismo.
¡Pero ojo! Dentro de las velocidades rápidas y las velocidades lentas, también existen diferencias. No usarás los mismos valores para congelar a una persona que está corriendo que a un coche de fórmula 1 corriendo en pista. Aunque ambas se consideren velocidades de obturación rápidas, para congelar el movimiento de un coche de fórmula 1 la velocidad es bastante más rápida. Esto nos lleva a concluir que no solo debemos fijarnos en si decidir entre velocidades rápidas y lentas, sino que tenemos que tener muy presente el movimiento del sujeto u objeto que vayamos a retratar, y adaptarnos a él para conseguir nuestro propósito.
¿Cómo Se Mide la Velocidad de Obturación?
La velocidad de obturación se mide en fracciones de segundo. Esto es así porque realmente el tiempo durante el que estamos capturando la foto, por norma general, será corto, y hablar en fracciones de segundo resulta mucho más cómodo que indicar que hemos hecho una foto a 0,02 segundos. A partir de tomas hechas a más de 1 segundo de exposición, entonces sí que veremos que cambiamos las fracciones de segundo por cifras más redondas (1s, 2s, 3s, 15s, 30s..).
Y no debemos asustarnos con estas cifras. Manteniendo el resto de parámetros, debemos saber que una foto hecha a una velocidad de 1/500, dejará pasar la mitad de luz que una realizada a 1/250, al igual que una de 1 segundo deja pasar la mitad que una de 2 segundos.
En la mayoría de cámaras podemos ajustar la escala con la que trabajar con la velocidad de obturación, pudiendo dejarla a intervalos de medio paso o de un tercio de paso. Cada intervalo de la escala de pasos enteros duplicará o dividirá entre dos la cantidad de luz que llega a la cámara.
Velocidad de Obturación: Algunos Ejemplos Prácticos
Como no hay nada mejor que comparar los resultados obtenidos con una velocidad u otra, voy a enseñarte algunos ejemplos que he realizado para la ocasión.
Ejemplo 1: El grifo de agua
Este primer ejemplo me gusta porque aunque sea uno de los más utilizados para explicar este concepto, deja las cosas bastante claras. La escena es simple: un grifo que dejamos gotear.
En la primer imagen hemos trabajado con una velocidad de obturación lenta: 1/8 segundos. El efecto que hemos conseguido con ello es pillar el rastro que dibujan las gotas de agua al caer.
En la segunda imagen hemos subido la velocidad de obturación hasta 1/350 segundos, lo cual nos ha permitido captar las gotas de agua de forma individual y suspendidas en el aire. Si hubiéramos subido más la velocidad, aún hubiéramos congelado de forma más evidente dichas gotas.
Además de la clara diferencia en cuanto al efecto que conseguimos con una velocidad u otra, fíjate bien en los parámetros. En la primera toma apenas tenemos ruido porque hemos utilizado una ISO muy baja, mientras que en la segunda, al trabajar con una velocidad mucho más rápida, la cantidad de luz que ha entrado en el sensor de nuestra cámara es bastante menor, y hemos tenido que compensar esa falta de exposición subiendo la ISO hasta 3200, y ganando ruido en nuestra toma. Es importante tener en cuenta esto, ya que cuando decidamos si trabajar con unas velocidades u otras debemos ser conscientes de que para lograr una exposición adecuada hay que tener presentes otros factores: como los dos otros parámetros del triángulo de la exposición, y la luz de la que disponemos en la escena.
Ejemplo 2: La caída del corazón
En este segundo ejemplo hemos dejado caer un peluche con forma de corazón al vacío. En la primera toma vemos que al trabajar con una velocidad lenta (1/40 segundos), hemos podido captar el movimiento que dibuja la caída. Sabemos cuál es la dirección en la que cae gracias a esa traza.
En la segunda toma hemos congelado la acción. Hemos captado el corazón en esa caída dejándolo estático en la fotografía. La velocidad de captura es mucho más rápida (1/500 segundos).
Para que seas consciente de lo que puede llegar a suponer utilizar una velocidad u otra, imagina que la segunda toma la volteamos dejando el corazón en horizontal. ¿Podrías adivinar hacia dónde está cayendo o te costaría bastante? Mira la foto de la izquierda. Es exactamente la misma pero volteada, y si la giramos, da la sensación de que está cayendo hacia bajo ¿no?
Sin embargo, si volteáramos la fotografía hecha con una velocidad lenta nos chocaría porque la traza nos marca la dirección en la que está cayendo el objeto.
Ejemplo 3: Pelo en movimiento
En este último ejemplo una servidora ha utilizado el movimiento del pelo para la ocasión.
En la primera toma hemos trabajado con una velocidad lenta de 1/10 segundos, lo cual me ha permitido recoger el movimiento que he realizado con el pelo, otorgándole cierto toque de locura a la fotografía.
En la segunda toma hemos subido la velocidad hasta 1/1000 segundos, y eso nos ha permitido congelar el movimiento del pelo en su máximo apogeo. Aquí descubrimos dos cosas que en la foto anterior no hubiéramos podido adivinar: que el pelo era rizado y que se trata de una melena bastante larga. El toque de locura en esta segunda imagen desaparece, y nos aproximamos más a pensar que he metido los dedos en un enchufe :P
¿Cómo Puedo Controlar la Velocidad de Obturación?
Ahora que ya sabemos qué diferencias pueden haber entre una fotografía disparada con una velocidad lenta y otra con una velocidad rápida, llega la siguiente pregunta. ¿Cómo podemos controlar la velocidad de obturación? Con el modo automático y algunos semiautomatismos, como el modo de prioridad a la apertura de diafragma, será la cámara quien decida qué velocidad usar para la toma. Pero si lo que queremos es controlar nosotros mismos el tiempo de exposición, básicamente tenemos tres modos de hacerlo:
- Con el modo de prioridad a la velocidad de obturación (TV/S). Este modo que traen nuestras cámaras es un semiautomatismo que nos deja elegir la velocidad de obturación con la que queremos trabajar, y le da a la cámara el poder para que calcule el resto de parámetros para lograr una exposición adecuada. Si estamos ante situaciones en las que tenemos poco margen de tiempo para trabajar, pero sabemos que el control de la velocidad es esencial para nuestra captura, entonces es el modo más recomendable. Eso sí, revisa siempre las fotos y los avisos que te de la cámara, ya que si usas velocidades demasiado rápidas y no hay luz suficiente en la escena, puede que tus fotos, a pesar de compensar con la ISO y la apertura de diafragma, salgan oscuras.
- Con el modo Manual (M). Con el modo manual tendrás tú, y solo tú, el control sobre todos los parámetros. Eso sin duda es lo ideal, ya que de esa forma obtendrás la fotografía que tu quieres, consiguiendo la exposición más adecuada para tu propósito. Eso sí, ten en cuenta que en manual solo podremos trabajar hasta velocidades lentas que no suelen superar los 30 segundos de duración.
- Con el modo Bulb (B). Como hemos dicho, el modo manual no nos suele permitir disparar tomas que duren más de 30 segundos. Es bastante tiempo, pero si eres amante de la fotografía nocturna seguro que para algunas de tus tomas necesitas más de 30 segundos de exposición. Para esos casos, el modo Bulb es tu solución. Es como el modo manual, solo que te permite exposiciones más largas. Serás tú quien le indique a la cámara cuándo empieza y acaba la toma.
¿Qué Velocidad de Obturación Usar en Cada Ocasión?
Congelar o recoger el movimiento natural en una determinada escena dependerá del tipo de escena y los elementos que aparezcan en ella. Con la práctica, te acostumbrarás a identificar velocidades típicas que harán que sepas en cada momento qué velocidad de obturación usar para recoger o no determinado movimiento en tu captura.
Recuerda que parte de la razón por la que disparamos a velocidades rápidas es evitar causar trepidaciones a la hora de disparar la toma, y que cuando disparemos con velocidades lenta el uso de un trípode, e incluso un disparador remoto, va a ser esencial. Veamos algunos de temáticas fotográficas en las que la velocidad de obturación es importante:
- Fotografía de deportes. En fotografía de deportes lo habitual es trabajar con velocidades de obturación muy rápidas. Piensa que el momento en el que ese jugador mete una canasta o ese atleta hace su salto, son momentos únicos de gran importancia que para poder ver en todo su esplendor, lo que deberemos hacer es congelar el movimiento (salvo si buscamos un toque artístico en la toma). Eso sí, como te decía antes, recuerda que debes adaptarte al deporte que vayas a fotografiar, ya que una velocidad rápida no será la misma en un partido de tenis que una carrera de motos.
- Fotografía de fauna. En este tipo de fotografía pasa al igual que con los deportes. Si el momento en el que ese pájaro atrapa un pez, o ese león se lanza a por su presa salen borrosos, la foto pierde bastante. Aquí las velocidades de obturación rápidas también son importantes.
- Efecto seda. Si hay un efecto que nos gusta bastante a casi todos los fotógrafos es el efecto seda de agua o nubes en movimiento. Para poder conseguirlo, como ya te contábamos en este otro artículo, es esencial trabajar con velocidades de obturación lentas, de forma que recojamos el movimiento dibujado por el agua de esa cascada, por ejemplo.
- Barrido. El barrido es una técnica muy atractiva visualmente, que nos permite congelar a nuestro sujeto en un entorno en movimiento. Para conseguirlo debemos trabajar con velocidades lentas, entorno a 1/60 segundos, y trazar nosotros el movimiento a una velocidad aparente similar a la que lo hace nuestro sujeto. Si quieres descubrir más sobre ello no te pierdas este artículo.
- Efecto zooming. El efecto zooming también es una técnica capaz de crear sensación de movimiento, que consiste en realizar la toma con velocidades de obturación lentas, un diafragma lo suficientemente cerrado y, lo más importante, en la que, durante el tiempo que el obturador permanece abierto, se varíe la distancia focal del objetivo.
- Luz en movimiento/lightpainting. Otro tipo de foto en la que la velocidad de obturación a utilizar está muy clara es en fotos con lightpainting. Aquí los tiempos de exposición serán largos, es decir, emplearemos velocidades de obturación lentas para poder registrar el trazo de la luz que queramos. Dependerá de la escena que hagamos, usaremos velocidades más o menos lentas.
- Fotografía nocturna. En fotografía nocturna también es esencial trabajar con velocidades de obturación lentas. Recuerda que cuanto más tiempo estemos disparando la toma, más luz dejaremos entrar al sensor, y eso en fotografía nocturna es muy importante. Por ejemplo, la siguiente fotografía está disparada a 25 segundos.
- Lugares estáticos con sujetos móviles. A veces si queremos dar la sensación de "paso del tiempo", una buena forma de hacerlo es utilizar velocidades lentas y conseguir que en un entorno estático aparezca gente trepidada.
- Eliminar elementos indeseados de nuestra composición. Imagínate que has ido a esa plaza tan famosa y quieres conseguir tu fotografía del lugar, pero no deja de pasar gente. ¿Qué puedes hacer? Pues realizar una toma de larga exposición. De esa forma, la plaza te saldrá, pero todo aquello que se desplace por el encuadre desaparecerá durante la captura.
¡Juega con la Velocidad de Obturación!
Como has visto, además de ser uno de los parámetros que nos permite ajustar una correcta exposición, el uso de la velocidad de obturación nos dota de un elemento compositivo que nos permitirá trasladar información adicional en nuestra foto: el movimiento.
Depende del propósito que busques conseguir con tu foto, será mejor emplear una velocidad de obturación u otra. Y ahora que ya te sabes la teoría, es el momento de que cojas tu cámara y practiques con este concepto. ¡Anímate y comparte con nosotros tu fotos!