Si hay un accesorio que la mayoría de fotógrafos tiene o se plantea adquirir tras haberse comprado una cámara, sea cual sea el tipo de fotografía que vaya a practicar, ese es el trípode.
En este artículo vamos a analizar a fondo para qué nos sirve un trípode, así como también descubriremos de qué tipos y materiales de fabricación hay, qué partes lo componen y cuáles son sus principales usos. Todo con la intención de que esta sea una guía de ayuda a la hora de elegir el trípode que necesitas. ¿Te lo vas a perder?
¿Qué Es un Trípode y Por Qué se Utiliza Tanto en Fotografía?
Como te decía, el trípode puede llegar a ser un accesorio esencial para muchos fotógrafos. Se trata de un punto de apoyo que nos va a permitir trabajar con la cámara sin necesidad de sujetarla con las manos a la vez que nos aseguramos de que esta no corre peligro.
¿Pero por qué íbamos a necesitar un trípode para realizar nuestras fotografías? ¿Qué nos aporta?
- Pues para empezar, siempre que disparemos nuestras fotografías con un trípode, al eliminar el movimiento que hacemos cuando fotografiamos a pulso, ganamos estabilidad y esto se traduce en resultados más nítidos en nuestras fotografías.
- También lograremos ser más precisos con nuestro trabajo y afinar los resultados. Por ejemplo, conseguir el encuadre perfecto o un enfoque milimétrico en el caso de la fotografía macro.
- Cuando se trata de fotografías que están compuestas de varias tomas, como cuando aplicamos técnicas como el HDR, resulta esencial que el encuadre no varíe entre ellas, algo imposible si no contáramos con un trípode.
- Cuando necesitamos trabajar con tiempos de exposición largos, en los que la cámara debe permanecer inmóvil durante más de un segundo, el trípode nos permitirá hacerlo evitando las temidas trepidaciones.
- Si queremos salir en nuestras propias fotos, lo que conocemos como autorretrato, es una herramienta de mucha utilidad.
- Y también nos será de gran ayuda y una herramienta muy cómoda cuando queramos grabar secuencias de vídeo largas.
Los Tipos de Trípode
Antes de seguir indagando en los usos del trípode, vamos a descubrir primero cómo es este accesorio. Porque dependiendo de para qué vayamos a usarlo, deberemos fijarnos en unas características u otras.
Los hay que se llaman de bolsillo o mini-trípodes que debido a su reducido tamaño son muy cómodos de transportar. Los más comunes suelen ser de plástico y están destinados a cámaras de menor peso y tamaño como go pros, móviles o cámaras compactas. No te los recomendamos para cámaras más grandes ya que pueden resultar algo endebles y no aguantan demasiado peso. Para esos casos mejor que busques los que sean metálicos. En ambos casos, su zapata es fija, por lo que para colocar la cámara deberás girar el propio trípode.
También hay mini trípodes que son de aluminio y que incluso cuentan con patas extensibles. Son algo más pesados que los anteriores, pero mucho más fiables. Además cuentan con una zapata independiente que los hacen más cómodos y rápidos a la hora de trabajar.
Por otro lado están los trípodes flexibles (conocidos popularmente como Gorillapod), cuyas patas pueden enroscarse en diferentes superficies que no siempre tienen por qué estar en horizontal.
También tenemos los trípodes ligeros, compactos o de viaje, ideales si tenemos que cargarlos durante varias horas a nuestra espalda. Aquí quizá sea una buena idea optar por uno de fibra de carbono.
Si no te mueves tanto con ellos y quieres una gran estabilidad por encima de todo, entonces mejor optar por trípodes robustos y completos, que pesen más pero que te garanticen ese extra de estabilidad.
Si te dedicas al vídeo, entonces lo mejor es que optes por un trípode de vídeo, cuyas patas se abren simultáneamente y su rótula es especial para hacer movimientos suaves.
Y por último, nos queda mencionar al primo del trípode, el monopie. Este te aporta cierta estabilidad sin llegar a ser la del trípode, aunque también es mucho más fácil de manejar. Lo incluimos en esta guía porque muchos trípodes cuentan con la posibilidad de convertir una de sus patas en monopie, algo que puede serte de utilidad en alguna ocasión.
Las Partes del Trípode
Hemos visto los tipos de trípode que hay, pero aun nos quedan muchas cosas en las que profundizar.
Todo lo que vamos a ver a continuación influirá en aspectos que debemos tener presentes a la hora de escoger nuestro trípode ideal, como son por ejemplo, la capacidad máxima de carga, el peso del trípode, su altura, el tamaño de plegado y el tipo de rótula y zapata con la que cuentan. Empecemos primero destripando el trípode y viendo qué partes los componen.
La Rótula
A la cabeza del trípode se le conoce como rótula, y es la parte que permite colocar la cámara sobre el trípode (el nexo de unión), para a continuación poder encuadrar nuestra toma mediante movimientos y giros sin necesidad de mover todo el trípode. Es por ello que probablemente podamos definirla como el componente más importante del trípode.
Debes saber que hay diferentes tipos de rótula, que es importante conocer porque cada uno funciona mejor para según qué tipo de fotografía.
- La rótula más común es la de bola. Estas rótulas son robustas y muy fáciles de utilizar, ya que mediante una sola tuerca o pestaña podremos hacer todos los movimientos que nos permite. Son compactas, tienen una alta capacidad de carga y con ella podremos encuadrar de forma rápida. Eso sí, si buscas precisión no son las que más te interesan ya que con ellas moveremos la cámara simultáneamente en los tres ejes de acción. Por suerte, la mayoría cuenta con una pestaña exclusiva para realizar movimientos horizontales de forma independiente a la base, lo cual nos permitirá realizar panorámicas fácilmente.
Dentro de este tipo de rótulas también encontrarás algunas que se manejan con una pistola o joystick, lo cual facilita un poco los movimientos que hagamos con ellas, que serán mucho más rápidos. A cambio, ocupan bastante más espacio y limitaremos el grado de inclinación que podemos alcanzar.
- Por otro lado tenemos las rótulas de 3 vías, que nos permiten controlar los tres ejes de acción de forma individual, lo cual nos otorga un grado de precisión y control del encuadre tremendo. De este modo, mediante el giro de las diferentes manetas podremos ajustar los diferentes ejes sin mover los demás (el horizontal, el vertical y el de la base), y lo podremos hacer incluso empleando una única mano.
Al contar con las manetas y los movimientos independientes también podremos emplearlo para grabar vídeo. Pero no todo iba a ser perfecto claro. Son mucho más aparatosos a la hora de guardarlos, y hay que tener especial cuidado con su transporte ya que son más vulnerables a los impactos. Además, la capacidad de carga soportada suele ser menor, algo que si utilizamos equipos muy pesados deberemos tener en cuenta.
- Y por último tenemos las rótulas de vídeo. Aunque podemos emplear las otras dos que hemos visto, cuando una herramienta es específica para una función se nota, y esto es lo que ocurre con las rótulas de vídeo. Estas suelen tener una o dos manetas de mayor longitud para poder realizar diferentes movimientos de forma más controlada. Además soportan una carga de peso mucho mayor al ser más robustas. Por contra eso provoca que pesen mucho más, y también debemos saber que no permiten ajustes de la cámara en vertical, ya que cuando grabamos vídeo de forma profesional lo haremos por norma general en formato horizontal.
Independientemente del tipo de rótula con el que trabajemos es muy útil que esta cuente con uno o varios niveles de burbuja que nos ayuden a posicionarla correctamente.
La Zapata
Relacionado con la rótula, ya que va montada sobre ella, tenemos la zapata, que es el único elemento del trípode en contacto directo con la cámara. Existen principalmente dos tipos de zapatas.
- Las básicas que van fijas al trípode, lo cual hace un poco tediosa y lenta la tarea de anclar la cámara al trípode. Por suerte este tipo de zapatas cada vez se usa menos, y solo los trípodes más pequeños cuentan con ellas debido a que gracias a su reducido peso y tamaño se pueden anclar fácilmente a la cámara girándolos.
- Por otro lado tenemos las zapatas rápidas, que nos permiten quitar y poner la cámara en el trípode en cuestión de segundos, y que cuentan con una pieza con un tornillo que será con la que la anclamos a la base de la cámara. La mayoría cuentan con una especie de semi-anillo que nos permitirá apretar y aflojar la zapata a la cámara sin necesidad de utilizar herramientas especiales. En el caso de que no la tengas, asegúrate de contar con la herramienta necesaria (llave Allen) o recurre al viejo truco de usar una moneda.
La Columna Central
Otra de las partes del trípode es la columna central, que es la parte que une las patas con la rótula. Su principal cometido es ganar altura de forma rápida, pero ten presente que debe ser nuestro último recurso, ya que a medida que elevemos más la columna perderemos estabilidad, por lo que siempre será preferible primero extender las patas del trípode. Respecto a esta columna, podremos encontrar de diferentes tipos.
- Las hay que son fijas y únicamente nos servirán para ajustar la altura.
- Las hay reversibles, que son igual que las fijas pero que cuentan con la posibilidad de ponerlas en el sentido contrario y colocar la cámara de forma invertida entre las patas para conseguir planos que estén más a ras del suelo, aunque son un tanto incómodas.
- También las hay cortas o adaptadores de ángulo bajo, que suelen venir con el kit del trípode y que precisamente lo que hacen es ayudarnos a acercar la cámara al suelo abriendo las patas del trípode al máximo sin que la columna choque tan pronto en el suelo.
- Por otro lado tenemos las descentrables o multiángulo, que son las columnas más versátiles que hay y que nos permitirán trabajar en diferentes ángulos.
- Y por último las extensibles, que están formadas por varios tramos al igual que ocurre con las patas del trípode, lo cual ayuda a hacer más compacto su tamaño a la vez que podemos conseguir alturas muy elevadas. Eso sí, cuanto más tramos extendamos, menos estabilidad tendremos.
Independientemente del tipo de columna central, muchas de ellas ya incorporan en su parte inferior un gancho, lo cual puede resultarnos sumamente útil. En él podremos colgar nuestra mochila no solo para evitar dejarla en el suelo, sino para añadir peso extra al trípode y de esa forma darle mayor estabilidad por ejemplo en situaciones de mucho viento.
Las Patas
Otra parte esencial del trípode son sus patas. Estas le otorgan la estabilidad al trípode, definen el peso máximo de la cámara que podrán soportar con solvencia y la calidad de éstas será muy importante para definir la calidad global del trípode.
Las patas de un trípode suelen ser telescópicas, o dicho de otro modo extensibles, y pueden tener más o menos secciones. A más secciones, más compacto será el trípode pero perderemos estabilidad, y viceversa, a menos secciones menos compacto será pero más estable.
Para poder bloquear las patas hoy en día contamos fundamentalmente con dos tipos de mecanismos, el de pestaña o el sistema de sujeción giratoria. Ambos mecanismos son rápidos y fiables.
Respecto a las patas, podemos encontrar trípodes en los que podemos abrirlas de forma independiente, lo cual nos ayudará a adaptarse mejor al terreno. O también los que se abren sus patas de forma simultánea, que suelen ser los trípodes de estudio o de vídeo.
Y como no, no podíamos olvidarnos de mencionar el material con el que están hechas las patas. Los hay que son de plástico, aunque afortunadamente estos son ya los más pequeños, y por otro lado tenemos los más profesionales que son los de aluminio y los de fibra de carbono.
Los trípodes de fibra de carbono tienen la ventaja de ser más ligeros, algo que sobre todo en fotografía de viaje agradecerás. Y los trípodes de aluminio tienen su punto fuerte en el precio. Lo cierto es que ambos son buenos materiales y nos van a proporcionar estabilidad y firmeza. Depende del uso que vayas a darle deberás decidir cuál te compensa más.
Como apunte extra, hay muchos modelos que te permitirán desmontar una de las patas y convertirla en un monopie, una opción extra que conviene conocer ya que puede venirte bien en alguna ocasión.
Los Pies
Al final de las patas tenemos los pies del trípode, que normalmente serán de goma, aunque también los hay que cuentan con puntas de metal para poder agarrarse mejor al terreno.
Algunos de ellos incluso cuentan con esas puntas de metal escondidas, y solo hay que girar la goma para que salga; mientras que otros tienen esos pies intercambiables, de manera que quitamos unos y ponemos los otros.
¿Para Qué Vamos a Utilizar un Trípode?
Una vez vistas al detalle las características de este accesorio, pasemos a hablar de ejemplos específicos para ver para qué tipo de fotografía resulta esencial su uso.
Por ejemplo, para fotografiar salidas y puestas de sol. Además de que utilizar este accesorio nos ayudará a ganar nitidez y profundidad de campo, piensa que estos eventos del día se producen cuando hay escasez de luz, sobre todo durante la hora azul. Eso nos lleva a tener que trabajar con velocidades más lentas para conseguir una exposición equilibrada, y para poder hacerlo es esencial que nuestra cámara esté inmóvil en el momento de la captura, algo para lo que un trípode es esencial.
Si nuestro propósito es capturar el movimiento de elementos como pueden ser el del agua o las nubes, necesitaremos que el resto de cosas que aparezcan en el encuadre y son estáticas no salgan trepidadas o movidas, y eso solo lo conseguiremos utilizando un trípode. Gracias a ello podremos lograr el famoso efecto seda en nuestras fotografías.
Si eres fan de la técnica del HDR, con la que lograremos obtener un mayor rango dinámico en nuestras fotos, vas a necesitar emplear un bracketing de exposición, que básicamente consiste en hacer varias tomas con diferentes exposiciones pero idéntico encuadre para poder fusionarlas en edición. Mantener ese encuadre igual solo podremos hacerlo empleando un trípode.
Cuando realizamos fotografía nocturna y astrofotografía la ausencia de luz que hay en el ambiente nos empuja a emplear velocidades de obturación lentas para poder obtener una exposición adecuada, ya que trabajar con el resto de valores que conforman el triángulo de la exposición no es suficiente. El trípode es el soporte que necesita nuestra cámara para poder realizar este tipo de fotografías sin trepidación.
¿Alguna vez te has quedado hipnotizado con un buen time-lapse? Pues para llevarlos a cabo el uso del trípode es esencial, ya que el encuadre debe mantenerse muy similar entre las diferentes tomas en el momento de la captura.
Otro uso que puede parecer menos importante pero que resulta muy útil es el poder utilizar el trípode para realizar fotos de grupos o autorretratos. Porque el fotógrafo también tiene derecho a salir en sus propias fotos ¿no crees?
Aunque también puedes hacer panorámicas a pulso, si empleas un trípode para hacerlo el trabajo en edición será mucho más sencillo a la hora de montar la panorámica, y la foto resultante será más fina en cuanto a nitidez.
Si tu propósito es hacer fotografía de estelas de luces o practicar el lightpainting, te tocará trabajar con tiempos de exposición largos, y como hemos comentado ya, eso implica el uso de un trípode para que en nuestra toma solo se mueva aquello que deseamos, que en este caso son las luces. Con ellas lo que conseguiremos es pintar con luz y obtener resultados sorprendentes.
¿Puedes clonar y multiplicar sujetos en tus fotografías? La respuesta es sí, y resulta mucho más sencillo si tienes un trípode. Al igual que con otras técnicas, deberás mantener inmóvil la cámara y hacer una serie de fotografías en las que solo cambie la ubicación del sujeto, para después poder fusionarlas en edición.
Los amantes de la fotografía macro no podrían hacer su trabajo sin el uso de un trípode. Piensa que en este tipo de fotos la profundidad de campo con la que se trabaja es muy escasa, por la que necesitaremos la mayor estabilidad posible a la hora de hacer las tomas, e incluso recurrir a técnicas como el bracketing de enfoque, en las que son esenciales el uso del trípode.
Realizar fotografía de producto en un estudio resulta mucho más cómodo si empleamos un trípode. De esa manera podremos cuidar más el encuadre, dedicar toda nuestra atención a trabajar la composición, la iluminación y la presentación del producto, por no hablar de que podremos emplear la opción del tethering, es decir, conectar la cámara a un ordenador para poder ver la imagen final en mejores condiciones.
Cuando trabajamos con diferentes lentes, a medida que sus distancias focales son más largas, la facilidad para que la trepidación se cuele en nuestras imágenes crece. Es por ello que cuando empleamos teleobjetivos es altamente recomendable trabajar sobre trípode, ya que nos aseguraremos de tener la estabilidad que necesitamos a la hora de disparar y que nuestras imágenes salgan nítidas.
Y por último, nos queda mencionar el uso del trípode para grabar vídeo. Aunque hoy en día el uso del gimbal para vídeo nos abre un sin fin de posibilidades y movimientos atractivos, el trípode sigue siendo un instrumento muy útil para vídeo, ya que gracias a él podremos salir en nuestros propios planos, así como también resultará muy útil para escenas largas en las que no necesitamos que el encuadre varíe.
Disparador Remoto: El Compañero Ideal del Trípode
Hay que mencionar que para todos estos tipos de fotografía si hay un compañero inseparable del trípode ese es el disparador remoto. Ambos conforman el combo perfecto para evitar las trepidaciones.
También puedes utilizar el temporizador de tu cámara, aunque un disparador remoto siempre te será más cómodo. Gracias a él podrás disparar tus fotografías sin tener que tocar para nada la cámara, y por tanto, evitando causar vibraciones en el momento en el que hagamos la toma que pueden contribuir a que nuestra fotografía no salga del todo nítida.
Sobre disparadores remotos hemos hablado mucho en dzoom, así que si quieres conocer más información acerca de ellos (o incluso te planteas adquirir uno) no te pierdas este artículo. Junto con tu trípode, te servirá para conseguir la máxima estabilidad y por lo tanto resultados más nítidos.
¿Qué Trípode Necesito?
Hemos realizado un repaso general a todo aquello que tiene que ver con este accesorio para que puedas conocer bien de qué tipos hay, que partes lo conforman y para qué se usan. ¿Pero con qué objetivo? Con el de ayudarte a saber qué prestaciones son las que más te interesan a ti en función del tipo de fotografía que practiques. Porque no siempre comprarse lo más caro es mejor. Hay que adquirir este accesorio con criterio.
Recapitulemos pues en qué cosas debemos fijarnos a la hora de seleccionar el trípode que mejor se adapte a nosotros.
- La máxima carga soportada.
- El peso del trípode.
- Su altura máxima y mínima.
- El tamaño de plegado.
- El tipo de rótula que lleva y si es intercambiable.
- Su zapata.
- El tipo de columna central.
- El material con el que está fabricado.
- Su versatilidad.
- Su precio.
Ahora te animamos a que leas nuestra recomendación de trípodes fotográficos para que encuentres el perfecto para ti. ¿Tienes claro cuál es el que necesitas?
*Desde dzoom queremos mandar un agradecimiento especial a Vanguard por prestarnos dos de sus trípodes (Veo 3GO y Veo3+) para ilustrar con todo detalle este artículo, así como también a SmallRig por prestarnos el modelo Smallrig AD-01 de vídeo.