La fotografía digital ha traído muchos cambios a este arte. Pero, a mi juicio, los dos que han sido los más definitorios son:el hecho de poder disparar "gratuitamente" (es decir, sin tener que sufrir por terminar el carrete) y el hecho de poder procesar las imágenes digitalmente para conseguir (casi) cualquier cosa de ellas sin tener que gastar tiempo y dinero en procesos de revelado con productos químicos.
Pero, ¿somos conscientes de lo que es un buen procesado y de la importancia que tiene en la presentación de nuestras imágenes?
Fotografía y Procesado, Juntos pero no Revueltos
El revelado siempre ha ido de la mano de la actividad fotográfica. Ya desde la fotografía analógica, los fotógrafos pasaban horas en el laboratorio manipulando (con técnicas que, salvando las distancias, se parecían a algunas de las técnicas actuales) sus imágenes para conseguir el resultado deseado. Sin embargo, la fotografía y el procesado (o revelado) son dos disciplinas distintas. ¿Qué significa esto? Significa que no por el hecho de tener conocimientos de fotografía, los tenemos, también, de procesado. Son dos disciplinas independientes y ambas deben aprenderse para poder ser dominadas.
El Procesado DEBE Ayudar a tu Fotografía
Como puedes intuir ya, el proceso fotográfico no termina con el "click". Nosotros, los humanos, cuando decidimos que vamos a realizar una fotografía lo hacemos porque, en nuestro cerebro se han mezclado las imágenes que los ojos han percibido y las sensaciones que éstas nos han producido. La cámara, sin embargo, es una máquina y, por lo tanto es incapaz de traducir todo aquello que tú has visto y sentido en píxeles. Así que, si cuando miras tus imágenes en el ordenador no te acaban de convencer, quizás es porque no reflejan a la perfección aquello que buscabas cuando apretaste el disparador.
Aún así, te queda una bala en la recámara para poder conseguir tu objetivo: procesar la foto. Con el revelado puedes conseguir dotar tu imagen de personalidad, para que sea más tuya, más cercana a lo que vivías cuando la hiciste. El procesado debe mejorar aquella imagen que tomaste con la cámara. Pero no debe mejorarla porque estuviera mal, se trata de mejorarla a tus ojos, para conseguir aquello que habías querido captar cuando tomaste la imagen.
Así pues, ¿qué hay con los automatismos, acciones predeterminadas, presets...? En mi opinión: está bien conocer todas estas opciones y el hecho de tener una buena biblioteca de revelados puede sernos muy útil, siempre que sepamos qué es lo que estamos haciendo.
Cada foto es única (aunque esté tomada en el mismo sitio, con la misma luz y usando los mismos parámetros de exposición) así que cada foto pedirá su propio revelado. Podemos usar todas estas acciones ya realizadas (de hecho, yo soy la primera en aprovecharlas) si somos conscientes de que, quizás, para llegar a lo que queremos deberemos modificarlas un poco. Y para ello, deberemos saber cómo actúan estas acciones en nuestras fotografías y cómo arreglar aquello que pueda no servirnos para nuestros propósitos.
¿Estás Arreglando Algo que No Has Sabido Hacer?
Cuando lleves mucho rato procesando una imagen y no termines de estar convencido con ella (creo que esto es algo que nos ha pasado a todos), deberías hacerte esta pregunta: ¿Estoy arreglando algo que no he sabido hacer?. Quizás no se trata, tampoco, de que no hayas sabido hacerlo sino de que, por lo que sea, no te haya salido lo que tenías en mente.
Sea como sea, el procesar una imagen puede no ser suficiente para arreglar aquello que no nos guste. Una manera determinada de revelar una fotografía puede ayudarte a darle más luz, a rebajar sombras... Pero nunca podrás colocar ese nuevo punto de luz que, ahora que miras la imagen, tan necesario te parece. Sí, es cierto que hay programas como Photoshop, con los que tienes la opción de añadir luces ficticias pero, seamos honestos, el resultado final de esto suele dejar bastante que desear y, además, se notará a kilómetros que ese reflejo está puesto con ordenador (de nuevo, tú como artista eres el que decide si lo que quieres es ponerlo o no, que se note que lo has puesto o no, a quien le debe gustar o no).
Por supuesto, esto es un simple ejemplo, pero sea como sea, en mi opinión, no suele ser una buena idea hacer una fotografía pensando "bueno, esto lo arreglo yo después en el ordenador", al menos no deberías hacerlo de entrada. A veces no tendrás más opción, es cierto, pero siempre que puedas debes intentar hacer la fotografía lo más "perfecta" posible porque, no nos olvidemos, nuestro hobby es, precisamente, la fotografía, no el retoque fotográfico (que es otro hobby perfectamente válido, ¡que conste!)
¿Qué Haces en el Ordenador?
Cuando tomas una fotografía y decides que quieres mejorarla a través del procesado digital, deberías tener claro, de antemano, qué es lo que quieres hacerle a esa imagen. ¿Por qué es importante esto? Porque situarse frente a la pantalla del ordenador, con una fotografía en ella con la que trabajar, tiene una enorme cantidad de posibilidades. Son muchos los caminos que puedes recorrer para llegar a resultados muy distantes entre ellos. Por eso, hay personas que distinguen entre las distintas maneras de trabajar una fotografía en el ordenador:
- El revelado. Se trata, simplemente, de modificar un poco los parámetros de la fotografía. Es decir, si disparamos en raw, hacer aquello que haría la cámara para convertir la imagen en un archivo .jpg. Se trata de tocar un poco el contraste, la saturación, el balance de blancos, recortar la imagen para mejorar la composición...
- El procesado. Consiste en interpretar la imagen que tenemos delante. Modificar los colores, la luz... Se trata de eso: de una interpretación creativa de la fotografía. Con esto conseguiremos, sin modificar la "esencia" de nuestra imagen, acercarla un poco más a aquello que queríamos conseguir de un buen principio. Este es el retoque del que hemos estado hablando a lo largo del artículo, el que más nos ayudará a "perfeccionar" nuestras imágenes y a darles ese toque personal.
- La manipulación. Hablamos de manipulación fotográfica cuando "añadimos" o "quitamos" algo de nuestras imágenes. Es decir, cuando manipulamos aquello que hemos fotografiado para conseguir lo que queríamos. Existe un amplio abanico de posibilidades dentro de la manipulación: desde clonar un granito en la piel de un modelo hasta transformar una escena diaria en un escenario mágico.
Como puedes ver, la línea divisoria entre los diferentes tipos de retoque es muy fina. ¿Dónde termina el revelado y empieza el procesado? ¿En qué momento empieza a ser "manipulación"? Esta clasificación no está pensada para poner etiquetas al trabajo digital que hagamos, sino para ser conscientes de que el retoque digital se puede realizar a distintos niveles y deberíamos saber escoger cuál de los niveles nos interesa más en función de lo que queramos conseguir con nuestra imagen.
Por supuesto, ninguno de los caminos mencionados es más o menos bueno que el resto. Simplemente son diferentes alternativas disponibles con las que podemos trabajar.
¿No Quieres Procesar?
Está bien. Es una decisión tuya y nadie puede decirte nada. No es ni mejor ni peor, simplemente una opción fotográfica más, igual de válida que las demás. Aún así, debes ser consciente de que, si disparas en jpg, la cámara ya estará realizando cierto procesado, determinando valores de saturación y contraste, por ejemplo.
Es muy posible que el hecho de hacer fotografías teniendo claro que éstas no pasarán por el ordenador, te ayude a mejorar tu técnica fotográfica, pues tendrás que estar más pendiente de tus actos, de la exposición, la composición, el sujeto... No tendrás una "segunda oportunidad" frente al ordenador, la fotografía tendrá que estar perfecta (en tu opinión) ya desde la cámara, así que éste puede ser un muy buen ejercicio para aquellas personas que empiezan a adentrarse en el mundo de la fotografía.
Sea como sea, recuerda: la imagen final la debes decidir tú, no la cámara.
¿Y tú?
¿Qué tipo de retoque sueles darles a tus fotografías? ¿O eres de los que piensan que una buena foto no necesita de ningún tipo de procesado? ¡Ya sabes que los comentarios son todo tuyos!